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Capítulo 1 Lo que necesitamos saber acerca de nuestro Limbo

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Los hombres deben saber que del cerebro, y solo del cerebro, surgen nuestros placeres, gozo, risas y bromas.–Hipócrates

Nunca llegué a uno de mis descubrimientos a través del proceso de pensamiento racional.–Albert Einstein

En busca de simplicidad, permíteme presentarte a tu “Limbo”, el apodo que le he dado a la parte de nuestro cerebro conocida como el “sistema límbico”. Nuestro Limbo contiene varias estructuras, todas con nombres complicados, pero conocerlo como “Limbo” funcionará para nuestros propósitos. Como estamos a punto de descubrir, nuestro Limbo es una parte increíblemente importante de nosotros, y es de nuestro interés mantenerlo en perfecto estado de funcionamiento.

En caso de que te preguntes dónde vive nuestro Limbo, está ubicado en el medio de nuestro cerebro, justo debajo de la parte que parece una coliflor, a la que llamo el “Líder”.


Se ha descubierto mucho sobre el Limbo a través del trabajo de investigadores curiosos especializados en el cerebro, a quienes les encanta presionar botones y ver lo que sucede. Comenzaron conectando el Limbo de gatos y ratas de una manera que les permitía enviar un pequeño impulso eléctrico al área cuando los investigadores presionaban un botón.

Los investigadores notaron que, si estimulaban una parte del Limbo de un gato, el gato comenzaba a ronronear (y a refregarse contra el cuerpo, por supuesto), se ponía juguetón, y básicamente se convertía en un animal muy feliz y simpático.11 De manera interesante, si continuaban estimulando esta parte del Limbo del gato, perdía todo interés en la comida. Felices y delgados: tener nuestro Limbo conectado de esta manera puede sonar atractivo.

Pero los investigadores descubrieron que, si movían ligeramente los cables y estimulaban otra parte del Limbo del gato, ocurría la reacción opuesta. El gato lanzaba un ataque histérico: se erguía, lanzaba arañazos; e incluso arrojaba algo de saliva para darle “efecto”. Lo que es más, el gato comía cualquier cosa que se pusiera a su alcance. La estimulación repetitiva del Limbo del gato de esta manera hizo que se transformaran en un demonio obeso y hostil al que nadie quería acercarse.

Para que las ratas en el laboratorio no se sintieran excluidas, los investigadores también conectaron su Limbo, pero agregaron otro elemento. Les dieron a las ratas la capacidad de presionar un botón para que pudieran estimular su propio Limbo. Para el asombro de los investigadores, las ratas presionaron repetidamente el botón, incluso en preferencia a comer y beber.12 Si no se las controlaba, las ratas finalmente morían de agotamiento, con sus pequeñas patas aún presionando el botón en un intento de recibir una descarga más.

Nota: Existe un debate entre los científicos especialistas en el cerebro con respecto a qué estructuras se consideran parte del sistema límbico. Yo asumiría que el sistema límbico incluye el giro parahipocampal, el giro cingulado, la amígdala cerebral, el hipocampo, los núcleos septales, el hipotálamo, el sistema olfativo, las áreas de asociación sensorial de la corteza cerebral y porciones del tálamo.13 ¡Me alegra que hayamos clarificado esto!
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