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ENFRENTARSE A LA ORTOGRAFÍA

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Podemos ser buenos lectores y aun así tener dificultades con la ortografía. ¿Por qué?

La razón principal es que, cuando leemos, alguien más se ha ocupado de la ortografía por nosotros. El trabajo duro ya está hecho. Eso significa que podemos echar un vistazo superficial a las palabras sin fijarnos en cada una de las letras. Hasta es posible leer oraciones a las que les faltan algunas letras.

Espro qe pdas ler sta orcin.

Algunas personas que mandan muchos mensajes de texto hacen esto todo el tiempo, como veremos más adelante (en el capítulo 30), pero, cuando tenemos que deletrear una palabra, no podemos tomar ningún atajo. Cuando deletreas tienes que acertar en todas las letras para que la palabra sea correcta.

Esto puede ser bastante complicado. Piensa en todo lo que tenemos que hacer si alguien nos pide que deletreemos una palabra en voz alta. Digamos que es la palabra inglesa tomatoes. Primero, hay que retener en la cabeza la pronunciación de la palabra. Luego, tenemos que recordar su forma escrita, suponiendo que la hemos visto escrita con anterioridad. Por último, debemos recorrerla entera, letra por letra, y pronunciar en voz alta los nombres de estas en el orden correcto.

Si no recordamos haber visto escrita la palabra antes, tenemos trabajo extra. Debemos recuperar la ortografía correcta a partir de cómo se pronuncia. Si tiene una ortografía regular, seguramente lo conseguiremos sin problemas; pero la gente normalmente no nos pide que deletreemos palabras sencillas. Hacen lo posible por encontrar las más difíciles, especialmente en los concursos, muy habituales en inglés, donde preguntan por horrores como accommodation, bureaucratric o rhinoceros.

Cualquiera que haya participado en un concurso de ortografía sabe lo fácil que es equivocarse. Tal vez sabemos cómo se escribe una palabra, pero, por el pánico de querer hacerlo bien, decimos la letra equivocada, o las desordenamos, y acabamos diciendo «T – O – M – A – T – E – O – S» (en español, ‘tomates’; la ortografía correcta es <tomatoes>). ¡Estábamos tan ansiosos por recordar que hay una <e> al final de la palabra que la decimos antes de tiempo! No sirve de nada reclamar a los jueces. Con la ortografía, hay que hacerlo bien a la primera.

¿Por qué se debe tener una buena ortografía? Porque desde hace unos trescientos años nos juzgamos unos a otros por nuestra ortografía. Si no escribimos correctamente, damos la impresión de ser ignorantes, descuidados o vagos. Y eso puede marcar la diferencia. Si dos personas postulan por el mismo trabajo, y una de ellas rellena el formulario con faltas de ortografía y la otra no, ¿quién crees que obtendrá el puesto?

Tener buena ortografía también es importante cuando navegamos por internet. Si escribimos mal una dirección, no llegaremos a la página web que queríamos. Igualmente, si estamos buscando algo y escribimos mal la palabra en el buscador, podemos encontrar un montón de cosas que no nos sirven para nada. Los buscadores, como Google, son muy inteligentes, ya que reconocen las faltas de ortografía más comunes y nos piden que revisemos lo que hemos tecleado. El otro día necesitaba algo de información sobre Florida y escribí <Flordia> por error. «¿Has querido decir Florida?», me preguntó. Ups, sí. Muchas gracias.

La mayoría de los ordenadores vienen equipados con un corrector de ortografía, que resulta muy útil cuando escribimos algo de manera incorrecta. La palabra equivocada es resaltada de algún modo en la pantalla, normalmente con un subrayado rojo. Sin embargo, no deberíamos confiar ciegamente en un revisor de ortografía, pues solo señala palabras que no existen en su diccionario. No indicará errores ortográficos que resulten ser palabras reales. Por ejemplo, si queremos decir «¿Con quién habló?», pero escribimos <¿Con quién hablo?>, el corrector no detectará un problema, pues la palabra hablo, sin tilde, también existe. Una vez, un profesor estadounidense llamado Jerrold Zar escribió un poema titulado An Ode to a Spellchecker (Oda a un revisor de ortografía), que comienza así:

Eye halve a spelling check her

It came with my pea sea.

It plane lee marks four my revue

Miss steaks aye kin knot sea.3

Ningún corrector ortográfico de ordenador encontraría nada raro en estos versos.

Si nuestra ortografía es descuidada, muchas cosas pueden salir mal. No solamente nos perderemos por internet, sino que se nos hará muy difícil enviar buenos mensajes. Para que sea «guay» comerse letras, ¡lo primero es saber que esas letras iban ahí en primer lugar! La gente que mejor manda mensajes omitiendo letras son siempre los mejores en ortografía. Piensa también en que, cuando nos registramos en sitios de internet, nos piden un nombre de usuario y una contraseña. Escríbelos mal y no te será autorizado el acceso. Vale la pena hacer el esfuerzo por escribir tan bien como sea posible.

Hay muy pocos lugares donde a la gente no le importe si escribimos las cosas incorrectamente. Quizá podemos permitirnos escribir de forma incorrecta cuando estamos chateando en alguna red social, como Facebook o Twitter, o estamos wasapeando, o escribiendo un correo electrónico. Sin embargo, incluso ahí debemos estar atentos. Si nuestra ortografía es demasiado incorrecta, los demás seguramente no entiendan lo que queremos decir.

Por este motivo se desarrolló la ortografía estándar. Si todos escribimos las palabras del mismo modo, todos entenderemos la escritura de los demás. En cambio, si cada uno utiliza su propio sistema personal de ortografía, será imposible comprenderse. En la Edad Media no existía una ortografía estándar. La gente escribía las palabras más o menos como quería, plasmando en el papel su pronunciación. En Gran Bretaña, alguien del norte escribiría las palabras de una manera, reflejando el acento del norte, y alguien del sur las escribiría de otra manera, reflejando el acento del sur. Las personas también tenían unas combinaciones de letras predilectas, pero nadie se preocupaba demasiado por ser sistemático. En los manuscritos medievales es común encontrar una palabra escrita de diferentes maneras en la misma línea. Ni siquiera los nombres de las personas se escribían con consistencia. Existen seis firmas que se piensa que fueron escritas por el mismo Shakespeare. Entre ellas aparecen Shaksper, Shakspere y Shakspeare.

La situación cambió en el siglo XVIII, cuando una nueva tendencia se abrió paso entre la sociedad. La ortografía se convirtió en una de las maneras en que se podía distinguir a una persona educada de una sin educación. Desde entonces, en los colegios ingleses, los niños tuvieron que aprender correctamente la ortografía. Cada día llevaban a casa una lista de palabras que debían aprender para aprobar un examen al día siguiente. ¡Generaciones de niños aprendieron a golpes la buena ortografía!

¿A qué se debe que la ortografía del inglés sea tan difícil? A las diferentes influencias que este idioma ha recibido a lo largo de los últimos mil años. La primera vez que se escribió el inglés fue en la época anglosajona, alrededor del siglo XVII, por monjes que intentaron que la escritura reflejara fielmente los sonidos. Por ejemplo, la palabra queen ‘reina’, que —si escuchamos con atención— tiene cuatro sonidos, solía escribirse con cuatro letras, usualmente como cwen. Esta grafía cambió después de la conquista normanda de 1066. Los escritores franceses llegaron a Bretaña, trayendo consigo sus maneras predilectas de escribir las palabras. Una de ellas era el uso de <qu>. También comenzaron a escribir el sonido vocal largo como <ee>.

Cientos de palabras fueron reescritas debido a estas nuevas prácticas traídas por los normandos. De ahí viene la <gh> de la palabra night ‘noche’, que no se pronuncia. ¿Y por qué escribimos circle ‘círculo’ y cell ‘célula’ con una <c> y no con una <s>, que correspondería a su sonido inicial /s/? Los franceses comenzaron con eso también.

¿Y la <gh> de ghost, donde se pronuncia la <g> pero no la <h>? Antes, en época anglosajona, era simplemente <g>. Esta vez los franceses no son los culpables. Este cambio vino de otra parte del mundo: Bélgica y Holanda. Cuando un londinense llamado William Caxton montó su imprenta en 1476, empleó gente del norte de Europa, donde había aprendido su oficio. Ellos trajeron consigo algunas de sus formas de escribir; la <gh> fue una de ellas. La palabra ghost era gheest en holandés.

Cuando comenzó la impresión de libros, la ortografía de muchas palabras quedó fijada. Esa es la buena noticia. La mala noticia es que las personas gradualmente fueron cambiando su manera de hablar, así que, con el tiempo, la ortografía dejó de reflejar su pronunciación. En la época anglosajona, la gente pronunciaba la <k> de palabras como know ‘saber’ y knight ‘caballero’, y continuaron haciéndolo durante la Edad Media. Caxton, naturalmente, imprimió estas palabras con una <k>, pero después la gente dejó de pronunciarla (en un capítulo posterior veremos por qué), lo que derivó en la pronunciación vigente en la actualidad. Habría sido maravilloso que la ortografía hubiera cambiado para reflejar la nueva pronunciación, pero eso no sucedió, sino que se mantuvo la ortografía de Caxton. En consecuencia, hoy tenemos que aprender las «letras mudas» en numerosas palabras como estas.

Un poco después, en el siglo XVI, más letras mudas se integraron sigilosamente. Algunos escritores pensaron que sería útil que la ortografía inglesa reflejara el origen de las palabras. Esto ocurrió, por ejemplo, en la palabra debt ‘deuda’. Se pronuncia como «det» /'dεt/ —y así es como se escribía en la Edad Media: hay testimonios escritos de <det> y <dett>—. Entonces, ¿de dónde viene la <b>? Debt proviene de la palabra latina debitum. Los escritores agregaron la <b> para dar una pista de los orígenes de la palabra, y esa práctica se expandió. Ahora todos la escribimos así.

Durante los siguientes cuatrocientos años, la gente de Bretaña viajó por todo el mundo y al volver trajo consigo nuevos objetos, experiencias, ideas —y palabras—. Estas nuevas palabras provenían de muchos idiomas: portugués, italiano, árabe y chino, y se tuvo que decidir cómo escribirlas. El resultado fueron palabras con una ortografía muy extraña —ortografía que nunca antes se había visto en inglés—. He aquí una pequeña selección:

grotesque, pizza, gymkhana, karate, tattoo, llama, bazaar, guitar

Con algunas de estas palabras pasó mucho tiempo antes de que se eligiera la manera más adecuada de escribirlas. Aún hoy existen palabras sobre las que los escritores no han logrado ponerse de acuerdo. ¿Se come yogurt, yoghourt o yoghurt? En la actualidad se pueden encontrar estas tres formas de escribirla en inglés.

En resumen, la ortografía del inglés es complicada porque su sistema original, que era bastante sencillo, ha sido estirado en muchas direcciones a lo largo de los últimos mil años. Algunas personas han tratado de reformarlo, de hacerlo más simple, pero nunca con mucho éxito. Aprender a escribir en inglés, pues, exige mucho tiempo y energía, pero una vez conseguido, contamos con una enorme habilidad a nuestra disposición. Sabemos que seremos capaces de leer cualquier cosa que se haya escrito en inglés en cualquier parte del mundo. Y sabemos que lo que escribimos podrá leerse por cualquiera de habla inglesa. En cuanto todos aprendimos a escribir de la misma manera, la tarea de comunicarse se volvió mucho más sencilla. Ese es el fundamento, de hecho, de algunos sistemas de comunicación. Sin una escritura estándar, internet colapsaría.

HORA DE JUGAR CON LA ORTOGRAFÍACuando existe un sistema estándar de escritura, la gente puede jugar con él para crear algunos efectos especiales. Hay tiendas que escriben su nombre de una forma distintiva, como QuikTrip, SuperValu y Toys ‘R’ Us (a menudo colocando la <R> al revés). Numerosos productos se escriben de una manera particular, como Nu Skin. Es especialmente común encontrar una escritura rara en páginas de internet, ya que, al crear un nuevo dominio, casi ninguna palabra con la escritura correcta está disponible. Esa es la razón de que veamos nombres como Flickr.A los grupos de música también les gusta jugar con la ortografía. He aquí una pequeña selección:
the BeatlesRob da BankEminemOutkastSugababesGorillazSiouxsie Siouxthe MonkeesBoyzone
No es difícil inventar nuevos nombres siguiendo este método. Digamos que creas un grupo música y se te ocurre llamarlo «Cool Dudes». Este nombre podría parecer un poco aburrido, pues cool dudes se usa muy frecuentemente en el habla cotidiana, pero, si empiezas a jugar con la ortografía, surgen posibilidades interesantes. ¿Qué te parece «Kool Doods»?
El efecto solo funciona porque conocemos la escritura «verdadera» que yace detrás. Cualquiera que piense que la escritura normal de cool es con <k> no entenderá la gracia. Los raperos también tienen que conocer bien la ortografía.

3 Si el poema se lee en voz alta, la fonética de las palabras que utiliza nos ayuda a reconstruir el significado: «I have a spelling checker / It came with my PC / It plainly marks for my review / mistakes I cannot see» ‘Tengo un revisor de ortografía / venía con mi ordenador. / Señala para que los revise / errores que no puedo ver’. Tal como está escrito, no tiene sentido, aunque todas las palabras existen, por lo que un corrector no las marcaría.

El pequeño libro del lenguaje

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