Читать книгу ¡Corre! Historias vividas - Dean Karnazes - Страница 7
ОглавлениеCalentamiento
«Cuando reces, mueve los pies.»
–A NTIGUO PROVERBIO AFRICANO
EL CUERPO HUMANO fue concebido para moverse. Como una obra de ingeniería, todo en nosotros fue diseñado para la locomoción y la movilidad. Sin embargo, el mundo moderno nos invita justo a lo contrario, a la indolencia.
Pasamos del coche con aire acondicionado a los ascensores de edificios climatizados y acabamos en los cómodos sillones de la oficina. La modernidad identifica comodidad y proximidad –la total ausencia de dolor y esfuerzo– con felicidad. Un número creciente de personas de ideas parecidas y yo creemos justo lo contrario. Hemos alcanzado tal comodidad que somos infelices.
Personalmente nunca me he sentido tan vivo como cuando algo me duele mucho, cuando lucho por perseverar a pesar de insuperables obstáculos y adversidades sin cuento. ¿Privaciones? ¿Sufrimiento? ¡Adelante! Lo he dicho antes y así lo creo: hay magia en el sufrimiento.
Soy consciente de que esta noción va a contracorriente de la tendencia actual del omnipresente pensamiento moderno. Algunos entenderán esta mentalidad, otros no. Al volver de mi carrera diaria una mañana, me encontré con un vecino que había salido en pantuflas a recoger el periódico matutino. Se fijó en mi ropa de deporte y preguntó: «¿No duele correr?». Pensé un momento mi respuesta. «Si lo haces bien, sí». Me miró burlonamente, intentando comprender mi respuesta, que parecía ir contra toda lógica. Como he dicho, algunos entienden esta forma de pensar, otros no.
Con independencia de lo que pienses, espero que disfrutes del libro. A diferencia de muchos libros de otros deportistas, he sido yo quien ha escrito el libro de principio a fin… o quien ha dictado todos sus párrafos. Siguiendo la afirmación de que estamos hechos para el movimiento, «escribí» gran parte de este libro dictándolo en la grabadora digital de mi Smartphone mientras corría. No lo hice sentado delante de un ordenador. Este libro se escribió «sobre la marcha».
Espero que mi voz suene sincera. Aunque sólo sea eso, quiero que sepas que cada pasaje se ha elaborado con dolor, esfuerzo y sudor. Como cabía esperar, no me hubiera gustado que fuese de otro modo.