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Capítulo 9

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Es más fácil tratar con Jake cuando vuelvo al plató. Lo cierto es que sigue comportándose como un capullo, pero al menos es un capullo que parece saber lo que hace. Por suerte, Aidan Keller, mi coprotagonista, no solo es profesional, sino que parece un ser humano decente de verdad. Eilene me dijo que es una rareza en Hollywood: todo el mundo sabe que es fiel a su esposa. De hecho, tuvieron que pagarle una cantidad obscena de dinero para que aceptara un papel que le obliga a estar tan lejos de su familia. En cuanto a mí… Yo no calificaría como obscena la cantidad que cobro, de hecho, es bastante modesta. No obstante, es mucho más de lo que jamás soñé que me fueran a pagar como actriz, así que no me quejo.

Cuando se lo comenté a Eilene, me dijo que tal vez tenía razón, ya que estoy empezando, pero que no debería esperar a avanzar mucho más en mi carrera para quejarme. «Créeme, estoy acostumbrada a la disparidad salarial», añadió en tono sombrío. No es la primera vez que me pregunto cuánto le pagan a Eilene por ser codirectora. No lo suficiente y no tanto como a Jake, seguro.

Jake nos hace ensayar a Aidan y a mí una escena varias veces antes de empezar a grabar. La escena que vamos a rodar hoy es una en la que Sonia no se hace pasar por un hombre. Se topa con Ryan mientras está disfrutando de una cena solitaria en un restaurante. Es la escena que hice para mi primera prueba, y, en lugar de estar nerviosa, lo que estoy es ansiosa por sumergirme en ella. Empezamos con el ensayo de la escena, y va bastante bien. De hecho, Aidan es un buen actor, e incluso hace fácil el rodaje de las escenas sentimentales.

Eilene deja que Jake tome la iniciativa y no hace ningún comentario mientras este hace una crítica rápida que empieza por la actuación de Aidan. Él no parece inmutarse lo más mínimo y acepta todas las indicaciones con una inclinación de cabeza o un «entiendo». Cuando me toca a mí, no estoy tan tranquila, pero tengo que admitir que todo lo que dice Jake tiene sentido, y el segundo ensayo de la escena transcurre sin problemas.

Son necesarias varias tomas para que Jake quede satisfecho. La única indicación que da Eilene durante el ensayo y el rodaje de la escena de la cena es «relájate, Gemma», con una voz tensa como un carrete de hilo. Lo extraño es que hasta ahora estaba relajada. Todo lo posible si tenemos en cuenta que es mi primer día de rodaje. Pero ahora ya no lo estoy. ¿Qué estará tramando Eilene? Asegura que quiere que la ayude a cambiar la dirección de la película, pero ¿cómo voy a hacerlo si no está dirigiendo nada?

Cuando nos tomamos el primer descanso, Jake me sugiere (de una forma muy casual) que dé un paseo cerca de la barrera que separa el plató del resto de la calle. Hay algunos curiosos a los que los guardias de seguridad disuaden de manera eficaz, pero está claro que Jake espera sacar provecho de mi parecido con la chica famosa.

Cruzo los brazos sobre el pecho.

—Ni hablar —respondo.

Puede que tenga que seguir las indicaciones de Jake cuando rodamos las escenas, pero no voy a permitir que me exhiba cual caballo ganador frente a los paparazzi.

—Déjala, Jake —le advierte Eilene con tono grave.

Para mi sorpresa, le hace caso.

Acabamos el rodaje antes de que termine el día, y Jake decide que vamos a ensayar la siguiente escena, la que hice para mi segundo casting. En esta, Ryan persigue a Sonia bajo la lluvia después de su discusión en el restaurante.

Cuando estamos en medio de nuestro ensayo para esta escena, Eilene interviene.

—No está saliendo bien. —Se levanta de su silla de director, que está junto a la de Jake.

Me pilla desprevenida y miro a Aidan con cara de tonta. Sin embargo, me enderezo inmediatamente y miro a Eilene. Tiene razón. Los dos nos esforzamos al máximo, pero esta escena no nos sale.

Aidan y yo tenemos suficiente química en pantalla, así que ese no es el problema. La cuestión es que estamos repitiendo las mismas líneas que leí hace dos semanas durante mi casting, y son igual de repelentes.

—¡Tienes que estar de broma! —Jake lanza las manos al aire—. ¿Cómo puedes decir que no va bien si ni siquiera han terminado la escena?

—¿A ti te convence, Jake? —pregunta ella de forma razonable.

—No —admite él enfurruñado—. Pero podemos arreglarlo.

—De acuerdo. —Eilene se sienta y cruza las piernas a la altura de los tobillos—. Entonces, arréglalo.

Jake le da a Aidan algunas indicaciones de blocking y le indica que tiene que «generar calor». Para mí, sus instrucciones se reducen a «sexualizar» la escena.

Genial. Si sexualizo esta escena todavía más, me enrollaré sobre Aidan como una envoltura de plástico con mi lengua en su oreja. Aidan y yo intercambiamos una mirada, pero ¿qué podemos hacer? Jake es el director.

Repetimos la escena y el resultado es incluso peor.

Mis hombros se encogen a la defensiva cuando Jake grita:

—¡Corten!

Espero a que explote, pero, en lugar de eso, se vuelve hacia Eilene y, para mi sorpresa, añade:

—Tienes razón. —Me quedo con la boca abierta. «¿El gran Jake Tyler está admitiendo que otra persona puede tener razón?»—. ¿Alguna idea? —«¿Y que alguien más pueda tener ideas?». Es oficial: el infierno se ha congelado.

—Me gustaría reescribir la escena —propone Eilene con calma. No hay regodeo ni pedantería, solo confianza. Mi admiración por ella, ya de por sí elevada, se dispara a la estratosfera—. A ver si podemos conseguir algo con lo que Gemma y Aidan se sientan más cómodos.

Jake echa un vistazo a Aidan.

—¿Qué te parece?

—Haré lo que tú decidas —dice Aidan con tono tranquilo.

Jake dirige su mirada hacia mí.

—¿Y tú? ¿Te sientes incómoda con esta escena tal como es?

—Bueno —me cohíbo—, la parte en la que le digo a Ryan que tenga cuidado no supone ningún problema para mí, pero hay otra justo antes…

—¿Cuál? —inquiere Jake.

A decir verdad, la mayor parte del diálogo hace que quiera que la tierra me trague. ¿Cómo puedo elegir solo una cosa? A espaldas de Jake, Eilene me hace un gesto de ánimo, así que tomo aire y digo:

—Como cuando Ryan me llama su pequeña mariposa.

—La película se llama así, Butterfly —señala Jake con tono sarcástico—. ¿O no te habías dado cuenta?

—Esa frase hace que Ryan parezca un idiota —indica Aidan de repente.

Le lanzo una mirada de agradecimiento y espero a que Jake lo fulmine con los ojos o diga algo sarcástico, pero se limita a encogerse de hombros. Se dirige a Eilene:

—Parece que nuestros dos protagonistas están de acuerdo contigo. Trabaja con Henry y haz una reescritura, pero rápido. Tenemos una agenda muy apretada. —Se vuelve hacia Aidan y hacia mí y añade—: En cuanto Eilene y Henry os den las nuevas líneas para esta escena, memorizadlas. Retomamos los ensayos mañana. —Coge su megáfono y, con voz resonante, anuncia—: ¡Esto es todo por hoy!

Mientras todo el mundo se dispersa para cerrar el plató, Eilene me lleva aparte.

—Gracias por tu sinceridad, Gemma —murmura.

Me sonrojo mucho.

—No ha sido nada.

—Claro que sí —me corrige con suavidad—. Es una oportunidad para sacar esta película adelante.

* * *

Al día siguiente, ensayamos la escena reescrita de Eilene bajo la lluvia, y estoy tan nerviosa por no estropearla que, por supuesto, fracaso en mi intento.

Jake grita mucho y mi estómago se tensa porque sé que tiene razón. Interpreté esa escena con tanta emoción como un fideo mojado.

Pero, por horrible que sea el enfado de Jake, no es tan malo como cuando Eilene me lleva aparte para decirme que confía en mí. Como si no lo supiera. Como si mi preocupación por decepcionarla no fuera precisamente la razón por la que he arruinado la escena.

Para el segundo ensayo, Jake me recuerda que debo interpretar a Sonia como una «gatita sexy con tacones». Uf, Jake es un completo idiota. Como si hubiera alguna duda. Para colmo, sus palabras me recuerdan mis empeines doloridos y el par de zapatos de charol que me están aplastando los dedos de los pies como si se tratase de una cámara de torturas.

—Recuerda que estás confundida. No has superado tu relación con Ryan, pero tienes miedo de quemarte. Es una atracción peligrosa a la que no puedes resistirte —añade Eilene.

Aliviada, sigo sus indicaciones. No puedo interpretar a Sonia a menos que cobre vida para mí. «¿Una gatita sexy en tacones?». Lo único que esa idea evoca es una imagen mental de una «gatita» que se tambalea con tacones de aguja y un corsé, y me distrae por completo. Pero… «¿Atracción irresistible? ¿Jugar con fuego?». Eso me gusta.

El segundo ensayo sale mejor. Y, después de un par de tomas, dejo de dudar de mí misma y empiezo a meterme en el personaje. Al terminar el día, siento que lo he logrado.

Jake farfulla su aprobación y Aidan me felicita por mi gran trabajo.

—Bu cuo —me dice Eilene con una sonrisa.

Me sonrojo por su elogio. Como ya he dicho, no hay nada como un «no está mal» en chino. ¿Y uno de mi ídolo? Aún mejor.

En efecto, bu cuo.

Heredera por sorpresa

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