Читать книгу Caminos cruzados - Diego Goldemberg - Страница 16
ОглавлениеCapítulo 9
Al mes de haber empezado las clases y yo tratando de metabolizar lo sucedido comencé a trabajar en el negocio de mi tío. Él tenía 2 zapaterías en Morón y como teníamos que “llenar la olla” como decía mi otra abuela, a la mañana iba a la escuela y a la tarde a trabajar, al principio fueron los 3 días de la semana de más ventas, jueves, viernes y sábado, mientras que los días restantes me cuidaba una tía que para ser honestos no me quería mucho. Eso me dio mucha fuerza para seguir adelante. Empecé a conocer a mis compañeros de aula. Me sentaba al lado de un chico que se llamaba Marcelo y le decían pipo. Durante los 5 años nos sentamos juntos. El era muy estudioso yo un desastre jajajajaja dice Roberto con sonrisa burlona ¿Y qué más? me pregunta Y allí la vi por primera vez a ella. En ese momento no tomé dimensión de lo que años después sucedería.