Читать книгу Relatos no salvajes II - Domingo Flores - Страница 11

Оглавление

RELATO IV

¡Día de la Familia!


En muchas partes del mundo está fijado en el calendario. Ello es un homenaje y recordatorio de los valores familiares. En otros lugares, el día de encuentro de la familia es el día domingo.

Inmigrantes españoles e italianos que vinieron a Argentina consolidaron ese encuentro donde estaban los padres, los hijos, los nietos, tíos y primos. Casi siempre la comida de esos encuentros fueron las pastas y el asado. Muchas veces las pastas amasadas y hechas en la propia casa. Tarea pesada para la dueña de casa que, muy temprano, el domingo, comenzaba con los preparativos.

Con el paso del tiempo los encuentros fueron más espaciados, influyendo la nueva conformación de la sociedad. El mayor trabajo fuera de casa de la mujer, siendo así que esa tradición fue quedando reducida a pocas familias.

En una sociedad conmocionada por actitudes violentas y salvajes, ese encuentro de los domingos, puede ser uno de los elementos que nos ayude a acercarnos a un mayor respeto por el otro, a una mayor tolerancia y mejor diálogo.

Al estar próximos los miembros de la familia aunque sea una vez a la semana; al compartir los preparativos del almuerzo; al contar cosas de la vida, las travesuras de los pequeños, las andanzas de los jóvenes, algunos lamentos de los más grandes, hace todo ello consolidar las relaciones; también escuchar las voces de los mayores aunque no se compartan. Ayuda sobre todo a los jóvenes a sentirse integrados, a ser parte de un núcleo social. Permite a los jóvenes a ver la presencia de referentes adultos. Los motiva a comparar conductas. Los lleva a formarse en un marco de respeto en donde pueden crecer bien los valores humanos.

Hoy, en tiempos de familias ensambladas, también es necesario realizar un contacto semanal en la que los adultos con prudencia y equilibrio, alejados de sus tareas laborales, compartan con los niños y jóvenes sus vivencias y enfoques de la vida.

Es bueno en estos momentos limitar o suprimir lo tecnológico buscando un real contacto personal. Es triste ver como muchos encuentros son desperdiciados al estar sólo puesta la atención en celulares o televisión.

Que jamás empañe una reunión familiar una discusión política. Por respeto a los demás, habrá que saber callar o buscar otros temas que no sean conflictivos para así conservar el objeto de la reunión familiar, que es el crecimiento en afecto, amor y solidaridad.

Si estamos buscando evitar la violencia y el salvajismo en la sociedad, debemos en familia y en comunidad, promover encuentros creativos, de crecimiento humano, de despertar de valores, de señalar las necesidades de la solidaridad, la honestidad y el respeto por el otro.

Seguramente esos encuentros no serán la única solución para enseñarnos a vivir en paz en la familia y en la sociedad, pero será un aporte que cada padre o madre responsable puede hacer en bien propio, de sus hijos y de su país. La cantidad de actitudes positivas va reestructurando a la sociedad toda, que es la suma del aporte de los individuos. La responsabilidad básica está en los padres y madres de familia, y estos encuentros semanales son la ocasión de una enseñanza de valores que no es posible desperdiciar.

¡No pretendamos sacarnos de encima la enseñanza y educación de nuestros hijos atribuyéndosela al Estado o a los maestros!

La primera obligación y devoción por la educación de ellos es de papá y mamá. Sí! Digo: “devoción” “por la educación de ellos” pues lo hacemos con el amor de querer hacerlos buenos hijos, buenos ciudadanos, buenos padres y madres, buenos seres humanos en todo sentido.

Consubstanciados con ello, ese encuentro semanal con primos, tíos y abuelos puede ser de importante ayuda para la integración y formación de todos.

Ahora nos toca no teorizar, sino que conscientes de lo que puede hacer nuestro esfuerzo educativo, realizar con entusiasmo y contribuir a ese encuentro familiar semanal, que con el tiempo dará seguramente abundantes frutos.

Que aquella tradición, hoy renovada conscientemente por padres y madres jóvenes comprometidos, nos dé el impulso necesario para lograr una familia unida y una Patria sin grietas, ni odios, ni salvajismos inhumanos.

¡Es posible lograrlo!

Colaboración de Alejandro Bruno de ENTREJO BAR y Juli Genta

Reflexiono y medito

a) ¿Soy consciente de la importancia de la familia en la formación de niños y jóvenes?

b) ¿Contribuyo y participo de encuentros familiares que favorezcan el crecimiento interior de niños y jóvenes?

c) ¿Siembro y estimulo en ellos semillas de solidaridad, equilibrio y amor por los demás?

d) ¿.................................................?

Relatos no salvajes II

Подняться наверх