Читать книгу Combatir las alergias - Dra. Anna Cisteró - Страница 4

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INTRODUCCIÓN

Estornudos, picores, ojos rojos... Los molestos síntomas de las alergias son conocidos por todos. Afortunadamente, en la mayoría de los casos son pasajeros y fáciles de combatir, pero en ocasiones pueden convertirse en un problema más grave que nos impide llevar una vida normal. Es ante esa circunstancia cuando los alergólogos tenemos que actuar.

El mundo de las alergias es fascinante, y aún nos queda mucho por saber de ellas. El alergólogo es como un detective que tiene que descubrir quién es el criminal. Averiguar qué le produce una alergia a un paciente a veces es una tarea de investigación casi policial. A diferencia de lo que ocurre con otras enfermedades, en las que los síntomas pueden facilitar el diagnóstico y la causa, con las alergias el camino es muy diferente. Para averiguar qué le produce alergia a una persona tenemos que investigar en su entorno, su casa, sus hábitos de vida, su alimentación e incluso su trabajo.

Las enfermedades alérgicas se consideran enfermedades crónicas, ya que afectan a la calidad de vida durante largos períodos de tiempo. Pueden afectar uno o varios órganos y ser muy diferentes en cuanto a intensidad entre una persona y otra. Muchas de ellas se describirán en este libro, de modo que el lector pueda obtener una información clara y concisa para determinar si puede padecer una alergia, cuándo acudir al médico y qué esperar de los tratamientos que nos ofrece la alergología actual.

La alergia es la causa de enfermedades tan frecuentes como algunos tipos de conjuntivitis, muchas rinitis, el asma y afecciones digestivas y cutáneas.

Afortunadamente, la mayoría de las alergias no acostumbran a ser graves, pero sí pueden ser muy molestas e impedir a quienes las padecen llevar una vida normal.

LA IMPORTANCIA DE LAS ENFERMEDADES ALÉRGICAS EN NUESTRA SOCIEDAD

Año tras año, aumenta la incidencia de enfermedades alérgicas en nuestra sociedad. Actualmente se calcula que entre un 30 y un 40% de la población se ve afectada por algún tipo de reacción alérgica a lo largo del año. La mayoría son personas jóvenes y niños, lo cual hace temer a los especialistas que en un futuro próximo la prevalencia de trastornos relacionados con las alergias será aún más elevada.

Aunque desconocemos qué factores favorecen exactamente este incremento de enfermedades alérgicas, el aumento de la contaminación atmosférica y la temperatura, debido al cambio climático, parecen ser la clave. Es cada vez mayor la correlación entre las alergias relacionadas con el polen, la presencia de insectos y los hongos. Otras patologías como la alergia a fármacos y alimentos también van en aumento y se tratarán en esta obra.

La alergia es una de las primeras enfermedades de cuyo conocimiento hay constancia escrita. ¿Quieres saber cuándo se describió por primera vez?

UN POCO DE HISTORIA

Existen escritos de la antigua Grecia y la literatura médica tradicional china que ya mencionan casos de alergia. En Egipto, el faraón Menes, de Menfis, parece que falleció debido a una picadura de avispa en el año 2640 antes de Cristo. El emperador romano Augusto tenía problemas respiratorios en primavera, y decía sentirse «acatarrado», además de sufrir picores en la piel. Aunque los médicos de aquella época no entendían aún el fenómeno de la alergia, es evidente que este famoso personaje se veía afectado por el polen.

Los primeros estudios científicos sobre alergias no se llevaron a cabo hasta el siglo XIX, cuando John Bostock describió lo que hasta hace pocos años llamábamos «fiebre del heno» o Fever estivalis, la típica alergia primaveral. A partir de ese momento se empezaron a desarrollar los test de alergias y las vacunas.

Las alergias debidas a la inhalación del polen son todavía uno de los trastornos más frecuentes en todo el mundo.

TRABAJO DE DETECTIVES

La diferencia entre las alergias y otras enfermedades es que no siempre afectan del mismo modo a todas las personas. Sí que hay una serie de síntomas comunes que nos sirven a los alergólogos para sospechar que existe una causa, un alérgeno, que está enfermando a nuestro paciente, pero son muchas las pesquisas que tenemos que hacer antes de descubrir exactamente cuál es el origen de la enfermedad.

Como si lleváramos a cabo una labor detectivesca, estamos obligados a realizar un trabajo de investigación exhaustivo que va desde entrevistar a la persona afectada y preguntarle sobre todos los detalles de su vida cotidiana, hasta hacer una inspección en su casa o su lugar de trabajo para encontrar pruebas. Estos indicios, junto con los análisis clínicos y los test, nos servirán para desenmascarar al alérgeno causante de la enfermedad. Una vez identificado, podremos actuar para «detenerlo».

Este es uno de los aspectos más fascinantes de nuestro trabajo, en el que ningún caso es igual que otro. Asimismo, la satisfacción de ayudar a los pacientes a superar su alergia tampoco es comparable a ninguna otra sensación.

Combatir las alergias

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