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2. Génesis del poema
ОглавлениеHemos señalado los hechos histórico-políticos que rodean la aparición del poema y también lo motivan según el propio autor afirma 23.
José Hernández que lleva muchos años alejado de su tierra natal a causa de sus ideas políticas, viene a Buenos Aires a reclamar justicia para sí y para sus gauchos. No puede ser que no haya nadie que levante su voz para denunciar la situación del país y los atropellos cometidos por Mitre y ahora aumentados por Sarmiento. Desde Buenos Aires oirían mejor su palabra.
Emplea el medio que está al alcance de su mano: el periódico. El 6 de agosto de 1869 nace “El Río de la Plata” bajo su dirección y propiedad. Agrupa el pensamiento de ilustres escritores y patriotas como son estos amigos: Guido Spano, Navarro Viola, V. Quesada, M. Pelliza, A. de Vedia, Evaristo Carriego, Olegario Andrade, Ovidio Lagos, Nicasio Oroño, G. Rawson, M. Quintana, E. Zeballos.
Este grupo siempre fue opositor a la política de Sarmiento y de las actividades de Mitre y su partido. Y también de distinta concepción ideológica que Estanislao del Campo e Hilario Ascasubi, los dos poetas gauchescos; y que Chassáig, Gutiérrez, Varela y Acevedo.
Ahora Hernández entabla una nueva “lucha del cerebro”, como en los tiempos de “La Reforma Pacífica” cuando estaba junto con N. Calvo, L. N. Alem, González del Solar.
Sus ojos han visto demasiadas cosas y en su cerebro bullen demasiadas ideas como para quedar callado. Y comienza la defensa y el ataque, el ataque y la defensa, a través de su periódico. En su primer número escribe “que son propósitos esenciales del diario: Autonomía de las Municipalidades, abolición del contingente de fronteras, elegibilidad popular de jueces de paz, comandantes militares y consejeros escolares” 24. En sucesivas editoriales llega al fondo de la cuestión, reclama iguales derechos para los hijos de la campaña que para los hijos de la ciudad.
“¿Por qué no se hace ese servicio de fronteras extensivo a los hijos de la ciudad?...
Hernández es el primer escritor que se atreve a abogar por la causa de los “oprimidos”. Se enfrenta con la realidad, con los problemas sociales argentinos. Tampoco tiene miedo de desenmascarar la oligarquía y sus fabulosos negociados.
Indudablemente la libre expresión de estas ideas era la peor derrota que se le podía infringir a la política sarmientista. Por eso Sarmiento toma sus preocupaciones y José Hernández deja de publicar su periódico en abril de 1870 y va nuevamente a Entre Ríos para continuar la lucha con las armas ya que se le impedía la lucha del espíritu.
Tras la derrota, porque casi siempre la ley del más fuerte se cumple, dos años de exilio en Brasil y Uruguay. Pero dos años decisivos para su vida de escritor. Allí en Montevideo conoce a Antonio D. Lussich un escritor y amigo de los gauchos como él. 25 Seguramente es él quien influye en su mente para que se decida a cantar en verso lo que tantas veces había proclamado en los periódicos y que llevaba muy dentro de sí porque en definitiva se trataba de la historia vivida, de su vida misma.
“Don Antonio Lussich, que acababa de escribir un libro felicitado por Hernández “Los Tres Gauchos Orientales”, poniendo en escena tipos gauchos de la revolución uruguaya llamada “Campaña de Aparicio”, diole, a lo que parece, el oportuno estímulo. De haberle enviado esa obra, resultó que Hernández tuviera la feliz ocurrencia. La obra del señor Lussich apareció editada en Buenos Aires por la imprenta La Tribuna el 14 de junio de 1872. La carta con que Hernández felicitó a Lussich, agradeciéndole el envío del libro, es del 20 del mismo mes y año. “Martín Fierro” apareció en diciembre. Gallardos y generalmente apropiados al lenguaje y peculiaridades del campesino, los versos del señor Lussich formaban cuartetas, redondillas, décimas y también aquellas sextinas de payador que Hernández debía adoptar como las más típicas” 26.
Dejemos de lado si el poema de Lussich inspira a Hernández o no; lo importante es que “Martín Fierro” lo supera ampliamente en todos los sentidos. Sí estamos de acuerdo con Borges en considerar a Lussich verdadero precursor de Hernández.
“El Gaucho Martín Fierro” fue escrito y editado en Buenos Aires desde el silencio y el ocultamiento, gracias a los quince mil pesos concedidos a Hernández en calidad de préstamo por la Sra. Da. Nicolasa P. de Serantes 27.
Cuando la obra es dada a conocer encuentra un eco popular estruendoso y también provoca el consiguiente enojo de Sarmiento y su gente. Señal inequívoca de que el autor ha logrado su objetivo. Es alabada en la ciudad por sus valores estéticos y devorada en la campaña por su mensaje social. Nació humildemente como las obras inmortales, cobijada por las sombras y amenazada por el despotismo. Nació así en medio de la lucha del pobre contra el rico, del oprimido contra el opresor, como única arma ofensiva y defensiva. El mismo Hernández explica que empleó este medio ya que no tenía acceso a la tribuna parlamentaria y su periódico había cerrado las puertas. Además le resultaba cómodo el hacer versos:
V. 49. - | “Yo no soy cantor letrao; |
Más si me pongo a cantar, | |
No tengo cuándo acabar | |
Y me envejezco cantando: | |
Las coplas me van brotando | |
Como agua del manantial”. |
Esta Primera Parte de su poema titulada “El Gaucho Martín Fierro” es de carácter completamente lineal y polémico. No es solamente la historia de un gaucho, sino de toda la raza gaucha que vive en la adversidad:
V. 1319 - | “El que anda siempre juyendo, |
Siempre pobre y perseguido; | |
No tiene cueva ni nido, | |
Como si juera maldito, | |
Porque el ser gaucho… ¡barajo! | |
El ser gaucho es un delito”. |
Más aún, Hernández se ha dado cuenta que ese personaje Martín Fierro es él mismo; sus vidas se identificaron. Y desde ahora va a “cantar opinando porque es su modo de cantar”. Y también Hernández debe huir de Buenos Aires, perseguido por la policía de Sarmiento y permanecer alejado de su hogar ante un futuro incierto 28.
Hernández había dedicado su libro a un amigo y gaucho como él, don José Zoilo Miguens, dueño de un campo de la Provincia de Buenos Aires. En una carta que le escribió le decía: “No le niegue su protección (a los gauchos) Ud. Que conoce bien todos los abusos y todas las desgracias de que es víctima esa clase desheredada de nuestro país”.
Hacia fines de 1874 Hernández regresa a su ciudad, vuelve del “destierro” o del “desierto”. Como vimos en el anterior apartado comienza otra época para el país, otra era política. Y también cambia la situación de Hernández que vive completamente en paz con su familia trabajando en su Librería del Plata y preparándose a ocupar altos cargos en el gobierno.
Por eso que la Segunda Parte de su poema que edita en 1879 titulada “La Vuelta de Martín Fierro” tiene características muy distintas a las de la Primera. No quiere esto decir que Hernández deje de defender al gaucho y de fustigar las injusticias. Lo hace especialmente a través de los dos hijos de Fierro y de Picardía quizá con más fuerza que en la primera parte. Pero la actitud es otra. Como los tiempos han cambiado, el gobierno, la política y su vida misma han cambiado, adopta una actitud no polémica sino conciliatoria. Toda la “Vuelta” es una invitación a la unión después de las luchas entre hermanos durante el período de la Organización Nacional.
V. 7007 - | “Los hermanos sean unidos, |
Porque esa es la ley primera; | |
Tengan unión verdadera | |
En cualquier tiempo que sea; | |
Porque si entre ellos pelean, | |
Los devoran los de ajuera”. |
De ahí también que en la segunda parte ya no es Martín Fierro el personaje central, sino que introduce a los demás y toma un cariz moralizante valiéndose de los consejos. Y dice abiertamente que no quiere más muertes, como si se operara una conversión en su interior y detestara su vida pasada.
V. 6827 – | “Más cada uno ha de tirar |
En el yugo en que se vea. | |
Yo ya no busco peleas, | |
Las contiendas no me gustan; | |
Pero ni sombras me asustan | |
Ni bultos que se menean”. |
No parece el M. Fierro de la primera parte; es otro. En el final Hernández se muestra ambiguo, por un lado defiende a sus personajes y por otro permite que se “dispersen a los cuatro vientos”, como aceptando su destrucción y reconociendo el nuevo régimen de cosas, la europeización, la nueva civilización.
Esta dualidad en el Hernández de 1879 también se pone de manifiesto en el comienzo de la segunda parte del poema donde emplea muchos versos para defenderse y atajarse.
V. 2349 - | “Y empezaré por pedir |
No duden de cuanto digo; | |
Pues debe crerse al testigo | |
Si no pagan por mentir”. |
Otro detalle que distingue la segunda parte de la primera es que en esta Hernández defiende al indio, pondera sus cualidades y pone sus tolderías como única tabla de salvación para su personaje, “Ya que hasta los indios no alcanza la facultá del Gobierno”.
V. 2191 - | “Yo sé que allá los caciques |
Amparan a los cristianos, | |
Y que los tratan de “hermanos” | |
Cuando se van por su gusto. | |
A qué andar pasando sustos… | |
Alcemos el poncho y vamos”. |
V. 2233 - | “Allá habrá seguridá, |
Ya que aquí no la tenemos | |
Menos males pasaremos, | |
Y ha de haber grande alegría | |
El día que nos descolguemos | |
En alguna toldería”. |
Sin embargo en la segunda parte hay un contraste muy notable ya que en ella se hace un proceso al elemento indígena, a sus costumbres. Martín Fierro cuenta cómo pasó los dos años en la indiada junto con su amigo Cruz y describe el trato receloso que recibieron y otros defectos de los indios.
V. 2545 – | “Allá no hay misericordia |
Ni esperanza que tener: | |
El indio es de parecer | |
Que siempre matar se debe; | |
Pues la sangre que no bebe | |
Le gusta verla correr”. |
Por eso que Martín Fierro en este nuevo ambiente también se siente desgajado de la sociedad y resuelve volver a la que había dejado.
“Besé esta tierra bendita, que ya no pisa el salvaje”. Y aunque no sabe cuál será su destino su decisión es tajante:
V. 3863 – | “Me voy, le dije, ande quiera, |
Aunque me agarre el gobierno; | |
Pues infierno por infierno, | |
Prefiero el de la frontera”. |
Aquí también la actitud conciliatoria es muy clara. Y para terminar este punto en el cual tratamos de ver el momento diverso en la génesis de cada una de las partes, del poema, algunos consejos que el autor pone en boca del protagonista y cuya intención es la de buscar una solución para el país. Carácter didáctico por lo tanto.
V. 6944 - | “Y es justo que les prevenga: |
Aquel que defectos tenga, | |
Disimule los ajenos”. |
V. 7031 - | “El que obedeciendo vive |
Nunca tiene suerte blanda; | |
Más con su soberbia agranda | |
El rigor en que padece. | |
Obedezca el que obedece, | |
Y será güeno el que manda”. |
Después de lo que hemos considerado queda bien diferenciada la primera de la segunda parte, porque nacieron en fechas y en circunstancias distintas.
Aunque en ambos casos el motivo social – político subyace en el fondo. El mérito de José Hernández es haberle dado perfecta unidad y cohesión a pesar de que cuando concluyó “El Gaucho Martín Fierro” no tenía previsto cómo lo iba a terminar 29.
23 Ver en la Introducción la cita de la carta de Hernández a don Mariano Pelliza.
24 Según nota de P. De Paoli ob. Cit. Pág. 220.
25 Es tradicional considerar al gaucho como oriundo del Sur de Brasil, Uruguay y llanura bonaerense.
26 Palabras de Leopoldo Lugones en “El Payador” que reproduce J. L. Borges en “Martín Fierro”, pág. 17.
27 Guillermo Luzuriaga Agote publica una fotocopia del recibo firmado por Hernández en esa ocasión. (En: “Universalización de Martín Fierro”, Ed. Troquel, Buenos Aires 1967, pág. 11).
28 La tesis defendida por Pedro De Paoli es que “los motivos del Martín Fierro están en la vida de José Hernández”.
29 Carlos Alberto Leumann tuvo los manuscritos del “Martín Fierro” y dice que Hernández no siguió un plan prefijado al escribirlo. Afirma que Picardía fue el primer personaje que había pensado, con lo cual se aclara el texto.