Читать книгу El ministerio médico - Elena G. de White - Страница 38
La fuente del éxito
ОглавлениеEl Señor nos ha instruido respecto a que todos nuestros sanatorios deben ser dirigidos, no como si el éxito de la obra hecha se debiera a la habilidad o al conocimiento de los médicos, sino al poder divino unido al médico. El Gran Sanador debe ser magnificado. Debe demostrarse que el favor de Dios está en la institución debido a que allí se respetan los principios de la reforma a favor de la salud y se reconoce a Cristo como el Médico Jefe. En el pasado nuestros sanatorios han sido un medio de bendecir y de mejorar a la humanidad, y continuarán siéndolo si se manejan en la forma debida. Si la verdad se representa de un modo correcto, los que patrocinan nuestros sanatorios sabrán mucho de sus principios, y muchos se convertirán. Estas instituciones me han sido presentadas como haces de luz que muestran la verdad como es en Jesús. El Señor Jesús es el gran Ministro de la curación y su presencia en nuestras instituciones ha tenido sabor de vida para vida. Cristo vino al mundo como el gran Médico de la raza humana. Nuestros sanatorios, doquiera estén establecidos, deben ser fuerzas educadoras. El Señor se complacería de ver que ustedes y sus colaboradores organizan su obra para que lleve a cabo un trabajo más especial en las líneas religiosas.
Ha sido maravilloso el resultado del plan de Dios en el establecimiento de tantas instituciones de salud. La intemperancia de toda clase está tomando al mundo cautivo, y los que son verdaderos educadores en este tiempo, los que instruyen con abnegación y sacrificio propio, tendrán su recompensa. Ahora es nuestro tiempo, ahora es nuestra oportunidad para hacer una obra bendecida.–Carta 50, 1909.