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Tipos del poder salvador de Dios
ОглавлениеEn nuestras instituciones médicas misioneras debe ponerse a la gente en contacto con las verdades especiales para este tiempo. Dios dice que habrá instituciones establecidas bajo la supervisión de hombres que han sido sanados por su creencia en la Palabra de Dios, y que han vencido sus defectos de carácter. En el mundo se ha hecho toda clase de provisión para el alivio de la humanidad enferma, pero la verdad en su sencillez debe presentarse a estos dolientes por medio de hombres y mujeres leales a los mandamientos de Dios. Deben fundarse en todo el mundo, manejadas por gente que esté en armonía con las leyes de Dios, que coopere con Dios en presentar la verdad que determina el caso de cada alma por la que Cristo murió...
Toda la luz del pasado, que brilla hasta el presente y que se extiende hasta el futuro, como está revelada en la Palabra de Dios, es para cada alma que viene a nuestras instituciones de salud. El Señor desea que los sanatorios establecidos entre los adventistas del séptimo día sean símbolos de lo que puede hacerse a favor del mundo; tipos del poder salvador de las verdades del evangelio. Deben ser canales para el cumplimiento de los grandes propósitos de Dios a favor de la raza humana.
Las palabras escritas por Moisés guiado por el Espíritu de Inspiración pertenecen al pueblo de Dios y a sus instituciones de esta generación tanto como a las del antiguo Israel:
“Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra” [Deut. 7:6].
“Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó... Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es ésta. Porque, ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” [Deut. 4:5-8]
Ni siquiera estas palabras son capaces de alcanzar la grandeza y la gloria del propósito de Dios que su pueblo debe cumplir.–Manuscrito 166, 1899.