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Introducción

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«Somos y seremos educadores y estudiantes durante toda la vida» (Gill Giardelli).

«Pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido» (Oseas 4:6, NVI).

Hace casi una década trabajo profesionalmente en el área de Comunicación Digital y Social Media. Desde mi conversión en 2003 utilizo Internet como fuente de investigación y estudio para ampliar mis conocimientos acerca de Dios. Recuerdo que al llegar al trabajo cada día buscaba un devocional en Lagoinha. com, portal de la Iglesia Bautista de Lagoinha, de la cual soy miembro. La estructura de las páginas web en ese entonces era muy diferente de lo que es hoy en día. En aquella época pocas iglesias tenían página en Internet. Algunas solo tenían (y aún siguen teniendo) una página más institucional con una breve presentación acerca de la iglesia, la ubicación, y días y horarios de los cultos.

Los años pasaron, y el haber estudiado Periodismo y Social Media para interiorizarme más en el tema despertó en mí una pregunta: ¿Qué ha hecho la iglesia con todas las posibilidades que ofrece el medio digital en nuestra generación? Reflexionando acerca de la historia de Jesús, pude observar que en diversas ocasiones Él utilizó las herramientas de las que disponía en su época para alcanzar a los hombres con el mensaje del Reino de Dios. Ya sea caminando sobre las aguas, en una barca, a pie o en un burro, llegó a cada lugar y cumplió su misión.

¿Y nosotros? ¿Hemos utilizado todos los recursos con los que contamos hoy en día para hablar acerca del Reino?

Siempre estuve muy involucrada en las cuestiones ministeriales. Presencié y participé de diversos proyectos evangelísticos, impactos y vigilias, entre otras actividades. Mi primera experiencia en la transmisión del mensaje del Reino de Dios por Internet fue en 2008 cuando, con la autorización del liderazgo, creé el Blog de los Jóvenes de Lagoinha. Tomaba fotografías de los cultos y eventos de los jóvenes, y anotaba todo lo que se predicaba. Luego hacía breves resúmenes a fin de que aquellos que no habían podido estar presentes, ya sea porque vivían en otra ciudad, estado o país, o porque no tenían forma de asistir al culto ese día, se informaran de lo hablado. De ese modo le dábamos la chance a todo el que quisiera de poder recibir «algo» de lo que habíamos recibido nosotros.

De acuerdo con una investigación divulgada por We are Social en paralelo con el Hootsuite, en enero de 2019, en el mundo hay una población de 7.676 mil millones de personas. De ellas, el 57% tiene acceso a Internet, el 67% usa smartphones y el 45% utiliza las redes sociales. Solo en el período que va de enero de 2018 a enero de 2019 hubo un incremento de 367 millones de personas con acceso a Internet. Y aunque hay iglesias que transmiten sus cultos on-line mediante video, es necesario pensar en otras maneras creativas de llevar el mensaje, ya sea mediante textos, fotografías, video, diseños o cualquier otro tipo de contenido multimedia. Como la calidad de la conexión a Internet no es la misma en todos los países ni todas las personas del mundo pueden ver un culto en vivo por Internet, gracias a YouTube podemos tener acceso a diversas predicaciones. Pero tampoco debemos detenernos allí.

Hablar del uso adecuado de las redes sociales suena como si estuviéramos hablando de reglas: lo que está bien y lo que está mal. Pero no es tan así. Y me pregunto: ¿Nuestras iglesias, ministerios y aún nosotros como cristianos hemos utilizado cada medio digital a conciencia? ¿Nos detuvimos a pensar que Internet va mucho más allá de la utilización que le demos de forma personal o como entretenimiento? ¿Entiende por qué usted, su iglesia o ministerio necesitan tener una página web o blog? ¿Sabía que es muy importante producir contenidos específicos para cada red social? ¿Sabía que cada red social posee características distintas y que publicar un contenido equivocado en el lugar incorrecto no dará resultados? ¿Sabía que el número de seguidores y likes («me gusta») no son sinónimo de tener «éxito» en Internet?

Es exactamente por eso que llevo esta temática a donde voy, y la transmito a través de clases o conferencias. Justamente mi misión es hablar acerca del uso de la Social Media y del medio digital en las iglesias. Es importante tener conocimiento de la Palabra de Dios y también conocimiento técnico para manejarse en el medio digital. Por eso doy clases sobre el tema en diversas instituciones, y también charlas y consejos por Internet. Y, al hacerlo, me encontré con personas que entendieron la importancia de utilizar las herramientas correctas del modo correcto. Hablo de lo importante que es encontrar el punto de equilibrio entre la vida on y off-line (en Internet y fuera de ella). Reflexionamos acerca de la seguridad personal y del exceso de exposición a Internet, como también de las estrategias de Comunicación para que podamos hablar con eficiencia, ya sea en la iglesia o a través de la Web. Piense en el impacto que han tenido los medios de comunicación, como el diario, la radio, la televisión e Internet en la sociedad en las últimas décadas. Estamos acostumbrados a debatir acerca del lado malo de Internet —que es sumamente importante, como los vicios en el uso de las redes sociales, la pornografía, la seguridad y la exposición en exceso. Pero, más allá de eso, deseo que usted sepa que Internet es buena o mala según el uso que se le dé.

Cuando hablo acerca de la Social Media en la iglesia no solo estoy incentivando a las iglesias y a los ministerios a que se conecten a Internet. Tampoco me refiero a que deben crear perfiles en todas las redes sociales. Pero sí deben reflexionar acerca del alcance de estas herramientas y de su eficiencia para poder alcanzar aún a más personas con el evangelio, además de las que ya han alcanzado hasta ahora. Muchas veces un mensaje publicado en Internet puede llegar a una persona que jamás pisaría una iglesia. ¿Se detuvo a pensar en eso? Yo lo pienso todos los días. Y también, en la responsabilidad que tenemos de contar con algo tan extraordinario y usarlo con tan poco entusiasmo. La idea de subir un E-book (libro digital) de forma gratuita a Internet fue justamente poder compartir conocimientos, posibilitar el contacto, generar una reflexión, y hablar acerca de las experiencias y herramientas que se encuentran disponibles y que muchas veces no utilizamos. La versión impresa vino con un «plus»: detallar un poco más las cuestiones técnicas para quienes desean implementar un área de Comunicación Digital en su iglesia o ministerio, o para quienes ya tienen una y desean perfeccionarla.

Al brasileño le apasionan Internet y las redes sociales. Pasamos cerca de 9:29 hs. al día on-line. Brasil viene después de Filipinas, cuya población está conectada un promedio de 10:02 hs diarias.

Espero que este libro lo anime tanto a usted como a su iglesia local a cumplir el mandato de «Id…», ya sea a través de Internet como fuera de ella, ya sea on como off-line. «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15, RVR1960).

¡Que tenga un lindo tiempo de lectura!

Redes Sociales para la Iglesia

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