Читать книгу El Mundo Incinerado - Emilce Strucchi - Страница 9
3. PURO HUMO Y ALGUNAS PARADOJAS
ОглавлениеA ver. ¿Se verá?
Todo encendido. Aguas y tierras, seres vivientes. Todo infecundo.
Aire negrísimo. Aire transfigurado. Puro humo. Puro humo. Fuego del fuego que todo lo arrasa. Un verdadero desastre. Si lo dejo así se van a encontrar estos pocos papeles y el asunto terminará antes de haber comenzado, me decía.
Tengo que buscar alguna manera de elaborar un tema y por qué no varios temas que se prolonguen durante un extenso tiempo o el tiempo de un libro de esos que dan ganas de leer de un tirón y hay pocos libros que dan ganas de leer de semejante modo hasta el final sin detenerse más que lo imprescindible y los que hay ¡ya están escritos hace milenios! o al menos centurias.
A mí, seamos sinceros, lo que me quedaría mejor es el silencio; todavía es algo que no puedo conseguir exitosamente y debo hablar aunque sea con los pocos o tan pocos vocablos que me quedan.
Argumentar a través de otra, como anticipé, será una buena alternativa.
Mientras tanto, en el desierto en que estoy, tengo que decir las incongruencias o algunas paradojas que enloquecen a cualquiera y debo decirlas antes de la incineración completa de este mundo, me ordenaba.
Alguien tiene que plantear (y no sé si pueda endosárselo todo a mi protagonista) esa desagradable cuestión con la que insisten explicándote qué importante es la salud y te muestran personas que no se sabe cómo hacen para mantenerse en pie sin desmayarse o quebrarse con unos cuerpos huesudos de flaquísimos o casi raquíticos (esdrújulamente expresados quedan casi musicales como esqueléticas figuras manejadas por titiriteros). También te dicen qué importante es tu salud de todos modos tenés que trabajar veinte horas diarias para tener muchas y aún muchísimas cosas o hasta tener muy pocas o por qué no casi ninguna entonces igual intentá lograr lo mucho, tratá de tener lo mucho o además sentirte un fracaso por no lograrlo, buscá y rebuscá sin detenerte hasta tener en cantidad o en demasía y además tratá de tomarte este brebaje y yo te aseguro que serás muy y muy feliz. ¡Ya!
Y solo por citar algunas cositas, te transmiten también de múltiples maneras que podés fumarte esto magnífico que te mata te juro que te mata antes de tiempo como a esta calavera de dibujito animado y por qué no bebés hasta tu hartazgo también para ganarte la completa felicidad que es algo muy o súper especial.
Tenés que hacerlo ahora, te decretan. Ahora mismo, en este mismísimo instante. Si no, quedate en la pobreza y que alguien te mantenga.
¡Qué extraordinaria, cuán importante es tu salud! ¿Qué, todavía no lograste alcanzar este auto? Tendrás que aceptar tu parte de frustración y qué decepción sentirás… o cuánta angustia.
Ad infinitum pensaba que al final les importa un carajo mi salud tu salud nuestra salud y la de ellos.
¡Pesimista! me dirán. No hay que dejar entrever posibles juicios de valor, no hay que opinar tan explícitamente ni tampoco autocensurarse.
¿Qué suponías, relatora, que vivías en otro siglo, en otra dimensión o quizás en otro universo? A estamparse sin anestesia contra los agotadores hechos. O la ficción.
Lo que digo no es un invento, es parte de la historia de las aguas y tierras, los seres vivientes hasta las piedras preciosas y los minerales. Mundo encendido. Aire negrísimo. Aire espurio. Puro humo. Fuego del fuego.
Infecundo y mudo devenir.
****
Taciturna su boca,
las encías tan blandas de saliva abundante
con aquella lentitud de los labios
(vanos o buscadores)
y la panza abultada por la pena.
Y lo ígneo avanzaba
implacable avanzaba
mientras la angustia oscura en sus ojitos vislumbró algún refugio.
Construyó algún resguardo
donde fraguar una caligrafía exquisita
debajo de aquella roca.
Pero ese rugido estridente se adueñó de los tiempos
y los fuegos pasaron o los hielos pasaron
y quedaron las runas
(silenciosas).