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Lo que hace de prensa en el individuo moderno
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Agradezco la dimensión clínica de tu presentación que está en relación con la línea que conduce este seminario. Es decir, poder aislar dentro de esta idea de segundas marcas, qué es lo que sería lo que Lacan llama la marca más particular para el sujeto. Me parece que se trata de algo que has comentado respecto de estos casos. En efecto, se trata de un tipo especial de tatuaje, no es cualquier tatuaje, sino el tatuaje del nombre. También eso nos sirve para preguntarnos ahora, qué es lo que sería una marca, ¿qué puede ser una marca? Hablamos de segundas marcas, pero ¿qué sería una marca para un sujeto?
Marca, no es un concepto en Lacan, si bien habla de marcas en los distintos seminarios que mencionaste, habla de la marca del caso en particular, y me parece que da pie a una observación de Jacques-Alain Miller en un texto que se llama «Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria»5. Ahí ubica el tema del tatuaje a propósito de lo que Lacan llama el «desorden en la juntura más íntima del sentimiento de la vida en el sujeto», según el planteo que hallamos en el escrito «De una cuestión preliminar…»6. Dice Miller que cuando el cuerpo se descompone, hay alguien que viene a inventarse un lazo artificial para reapropiarse, para ceñirse a su propio cuerpo, para hacer una «prensa» —según su expresión—. El segundo caso que relatas es como un «Schreber invertido», porque este decía que los hombrecitos estaban hechos de apuro, que todo el mundo se deshacía, aquí es él quien dice estar «hecho a la ligera» y busca prensarse con algo, hacerse de una marca. Entiendo que todo tu esfuerzo, tu trabajo sostiene esa pregunta: esta pigmentación de la piel ¿puede ser realmente una marca? Lo que menciona Miller en este texto, es que todo eso que puede resultar extravagante en otra época, hoy en día se ha normalizado. En consecuencia, los tatuajes al igual que los piercings están de moda, a punto tal que él extrema el concepto al decir que hoy la moda es la psicosis ordinaria (ordinaire en francés es habitual, común). Aclaro que aquí lo llamamos «psicosis actuales», y los colegas españoles la nombran como «psicosis normalizadas».
Hay algo de la moda que expresa en qué estado de la civilización estamos; hay gente que se tatúa y se tatúa, se borra lo tatuado, y eso no termina de ser una marca. Algo que mencionás de manera reducida, lo podemos hacer extensivo a la civilización. En el seminario 3, Lacan habla del taburete de tres patas, dice:
[…] no todos tienen cuatro patas, algunos tienen tres, y con eso se sostienen, bueno, sepan que los puntos de apoyo significante, que sostienen el mundillo de los hombrecitos solitarios de la multitud moderna, son reducidos en número7.
Está demostrando que la regla moderna del individuo es la reducción del apoyo significante, que el hombre actual es alguien que apenas se tiene en pie y debe sostenerse de alguna otra cosa. Él ahí nos está diciendo algo que viene del futuro.
La pregunta sigue siendo, como dice Jorge Faraoni: ¿qué es lo que retorna? Se trata en gran medida de una clínica del retorno. Tenemos que saber leer ese retorno. Por ejemplo, puede existir una pastilla que nos desangustie, pero finalmente retorna como ingesta compulsiva. Las cirugías llamadas estéticas retornan bajo la forma del cutting.
Entonces —siguiendo el hilo de tu exposición—¿qué es lo que retorna en este caso? El fenómeno del tatuaje, no es un noúmeno, sino un fenómeno que nos ayuda a formular qué es una marca. No es que la marca nos ayuda a formular qué es un tatuaje, sino el tatuaje lo que nos ayuda a formular qué es una marca para el sujeto. Detrás del término marca tenemos una serie de elementos conceptuales: estigma, señal, etiqueta, marbete, nominación, nombre del padre, segunda marca. Los puse todos en serie, dando por descontado que no poseen entre sí la misma jerarquía.