Читать книгу Julito Cabello y los zombis enamorados - Esteban Cabezas - Страница 10
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VIVA LA MADRE NATURALEZA
Оглавление¡SALVADO!
Wow!
Un nuevo día y al Aarón también le salió una espinilla, así que anda escondido de la Marilú. ¡Bien! Esa misma tarde se fue para mi casa (envuelto en una bufanda) y comenzamos a estudiar. Nunca, nunca había tenido tantas ganas de repasar alguna materia.
Nos encerramos, sacamos los cuadernos y les dimos duro a las Matemáticas (igual jugamos un poquito de compu antes).
Todo bien, pero en medio de los números del cuaderno del Aarón, aparecían unos corazoncitos que mi amigo había dibujado.
¿Será contagioso?
Salimos de la pieza solo para hacernos unos panes con palta y un vaso de leche. Mi casa, como ya les conté, seguía patas para arriba. Además de que el hámster (humano) se había comido casi todo el pan, mi papá andaba como perdido sin mi mamá y ella seguía muy encerrada escribiendo sin parar.
Pero, de repente, ella abrió la puerta, nos miró, vio el desorden que teníamos en la cocina y dijo:
—¿Por qué los hombres no tienen la capacidad organizativa de nosotras, las mujeres?
Primero, mi papá abrió la boca. Después, el Aarón y, luego, yo. Hasta el Beltrán la abrió y se le cayó un montón de migas todas masticadas (qué asco).
Mi mamá no es así. O, más bien, no era así. Parece que se puso feminista, con todo ese cuento de las mujeres contra los hombres.
¿Será por el libro que está escribiendo, habrá visto demasiado a Las Chicas Superpoderosas o se habrá aburrido de vivir con tantos hombres en la casa?
No sé.
Nos miró como si fuéramos protagonistas de un programa de Animal Planet, dio la vuelta y se volvió a encerrar. Inmediatamente escuchamos el teclado del computador.
Mi pobre papá seguía con la boca abierta. De repente como que se despertó, agarró al Beltrán y le limpió la cara. Nos ayudó a tostar los panes (todos premasticados por el “roedor”), nos hizo un cariño en la cabeza y salió con Beltrán a tomar un helado.
Lo raro es que él era el que estaba como helado. Creo que no entiende mucho qué le pasó a mi mamá. A lo mejor la abdujeron los marcianos y la devolvieron así: feminista. Entonces fueron las marcianas.
¡Perdón por lo fome!
¡Entiéndanme!, ¡estoy muy estresado!