Читать книгу Julito Cabello y los zombis enamorados - Esteban Cabezas - Страница 4

●3
Y MI HERMANITO

Оглавление

ENTONCES, después de esta escena sangrienta, siguiendo con el documental introductorio de la familia Cabello, el tercer miembro del grupo familiar es el Beltrán, que debiera ser mi hermano chico pero que ahora se cree hámster.

En una tienda de mascotas encontró uno y se quedó “paralelo” viéndolo. No hubo forma de sacarlo de allí hasta que ese ratón blando terminó de lavarse la cara con saliva y después se llenó la boca con un montón de semillas. El Beltrán, que es digital (como una mezcla de grabadora y cámara de video), empezó a repetir TODO después.

Ahora se escupe las manos y se las pasa por la cara. Pero eso no es lo peor: también guarda todo el colado en la boca y no hay forma de que se lo trague altiro. Mi mamá ya se aburrió de pedirle que le muestre la boca vacía: ahora le da toda la comida de una vez y lo deja andar por todas partes con la boca llena, hasta que se aburre, se le olvida que es hámster y se lo traga.

Así es (o era) mi casa: todo anda (o andaba) más o menos parecido a lo de siempre. Aparte de mi espinilla, funcionaba como un videojuego, virtualmente perfecto. Hasta que la mañana postelefonazo, cuando nos despertamos, mi mamá no estaba.

Dejó el desayuno servido y una nota: “Me fui a una reunión desayuno”.

Mi papá no lo podía creer.

—¿Reunión desayuno? —se repetía, incrédulo él—. ¿Se puede comer y hacer otra cosa al mismo tiempo? —decía en tono cuestionador.

No se movió ni cuando llegó a buscarme la pan de molde amarillo. Ni cuando el Beltrán estaba con la cabeza metida en el refrigerador, comiéndose una lechuga a minimordiscos. Es que eso sí es un desayuno hámster.

Julito Cabello y los zombis enamorados

Подняться наверх