Читать книгу Más allá de la pareja - Eve Rickert - Страница 45
Escasez vs. abundancia
ОглавлениеCuando se trata de relaciones románticas, la gente suele caer en dos patrones: o sigue el modelo de la escasez o el modelo de la abundancia.
En el modelo de la escasez, las oportunidades para el amor parecen escasas. Hay pocas relaciones potenciales y es difícil encontrarlas. Como la mayoría de la gente que conoces espera tener una relación monógama, encontrar relaciones poliamorosas es especialmente difícil. Cada requisito adicional que pones reduce las posibilidades todavía más. Como la posibilidad de tener una relación es tan escasa, es mejor que aproveches cada oportunidad que se presente y te aferres a ella con todas tus fuerzas. Al fin y al cabo, ¿quién sabe cuándo tendrás otra oportunidad?
El modelo de la abundancia propone que las oportunidades para tener relaciones están a todo nuestro alrededor. Sin duda, solo un pequeño porcentaje de la población cumple nuestros requisitos, pero en un mundo de siete mil millones de personas, las oportunidades son abundantes. Incluso si excluimos a todas las personas no interesadas en el poliamor, y todas las personas con el sexo y orientación «que no queremos», y todas las personas que no tienen cualquier otra característica que estemos buscando, eso todavía nos deja decenas de miles de relaciones potenciales, lo que sin duda es suficiente para mantener ocupada a la persona más ambiciosa.
Lo curioso de ambos modelos es que los dos tienen razón: el modelo que elijamos tiende a ser una profecía autocumplida. Si tenemos un modelo de escasez para las relaciones, puede que nos aferremos a las veces en que nos han rechazado, lo que puede bajar nuestra autoestima, lo que reduce nuestra autoconfianza… y eso hace más complicado que encontremos con quien tener una relación, porque la autoconfianza es atractiva. Puede que empecemos a buscar desesperadamente tener una relación, lo que reduce nuestro atractivo aún más. Y así terminamos teniendo menos éxito, lo que refuerza la idea de que las relaciones son escasas.
Cuando aplicamos un modelo de la abundancia a las relaciones, es más fácil que simplemente hagamos cosas que nos hacen felices, sin preocuparnos de buscar a alguien con quien tener una relación. Eso tiende a darnos más atractivo, porque las personas felices, seguras de sí mismas, son más deseables. Si nos dedicamos a hacer lo que nos hace felices, conocemos a otras personas que están haciendo lo mismo. ¡Genial! La facilidad con la que encontramos relaciones potenciales, incluso cuando no estamos buscándolas, refuerza la idea de que abundan las oportunidades para el amor, lo que nos facilita dedicarnos a lo que nos hace felices, sin preocuparnos demasiado por encontrar relaciones… y el ciclo se repite. Creemos que nuestras percepciones cambian con la realidad, pero la verdad es que la realidad que nos encontramos a menudo se deriva de nuestra propia percepción[4].
Esas ideas también van a influir en nuestra disposición a permanecer en relaciones que no nos funcionan, tanto directa como indirectamente. Si creemos que las relaciones son escasas y difíciles de encontrar, puede que no abandonemos una relación incluso cuando nos está haciendo daño. Del mismo modo, si creemos que las relaciones son difíciles de encontrar, eso puede aumentar nuestro miedo a la soledad, lo que puede provocar que permanezcamos en relaciones que no nos están haciendo bien.
De todos modos, hay una pega. A veces, las cosas que buscamos, o la manera en que las buscamos, crean una escasez artificial. Esto podría deberse a que hacemos algo que desanima a otras personas, o porque estamos buscando algo poco realista. Si estás buscando a modelos canadienses que hayan ganado el premio Nobel y tengan un patrimonio de 20 millones de dólares, puede que encuentres relaciones potenciales muy de vez en cuando. Del mismo modo, si a la gente le das la impresión de que has creado un espacio en el que deben encajar y en el que no podrán crecer, puede que tampoco abunden las oportunidades para iniciar nuevas relaciones.