Читать книгу Más allá de la pareja - Eve Rickert - Страница 53
Falta de honestidad
ОглавлениеLa honestidad es uno de los factores determinantes que diferencia las relaciones poliamorosas del engaño. También es, como era de esperar, uno de los elementos definitorios de la buena comunicación. De todos modos, puede ser más complicado de lo que parece. Aunque probablemente todo el mundo estemos de acuerdo en que la honestidad es importante en una relación, es sorprendente cuán a menudo seguimos eligiendo la falta de honestidad. Personas con buenas intenciones que generalmente actúan de buena fe pueden terminar tomando esa decisión por muchas razones.
La razón más común es la vulnerabilidad emocional: miedo al rechazo, miedo al ridículo, miedo a equivocarse, a que les digan que no, a que les encuentren menos deseables que otros miembros de la relación. Y aunque aseguremos que queremos honestidad, puede que, de forma sutil, disuadamos a nuestras relaciones de que sean honestas porque sentimos que no seríamos capaces de escuchar verdades que nos podrían resultar dolorosas.
Las personas que optan por la falta de honestidad con sus relaciones, especialmente cuando no lo hacen mintiendo sino ocultando cosas o no diciendo lo que piensan, a menudo buscan controlar la información como una manera de controlar la conducta de sus relaciones. Otra razón por la que la gente es deshonesta es porque temen «molestar» u «ofender» a las personas con quienes tienen una relación. Especialmente en relación al sexo. Si no disfrutas con lo que hace una de tus relaciones puede que no se lo digas para que no se sienta mal. Esto tiende a ser contraproducente en las relaciones a largo plazo, porque alguien que no sabe que la persona con quien tiene una relación está insatisfecha no podrá mejorar nunca, y una relación insatisfactoria siempre estará en tensión.
El problema es que una de las reglas más básicas de la vida es que no puedes conseguir lo que quieres si no lo pides.
Franklin gestiona una web con recursos educativos sobre BDSM (actividades relacionadas con dominación, sumisión o sadomasoquismo). Hace muchos años, una persona visitó su web y le escribió para contarle que siempre había querido a explorar el BDSM pero que nunca lo había hecho. Había estado casado durante diez años pero nunca se lo había contado a su esposa porque tenía miedo de su reacción. Le preguntó a Franklin: «¿Qué crees que debería hacer yo?».
Naturalmente, Franklin le dijo: «Habla con ella. Dile “Esto es algo que me interesa. ¿Qué piensas al respecto?”». Una semana después Franklin recibió la respuesta. Ese hombre finalmente reunió el valor necesario para hablar con su mujer sobre explorar el BDSM. Él descubrió que años antes de conocerse, ella había estado involucrada en el BDSM y que lo había disfrutado mucho pero que nunca se lo había contado a él... ¡porque tenía miedo de la reacción que él pudiera tener!
Esta falta de comunicación sucede cuando nos guían nuestros miedos en lugar de nuestras esperanzas. Si pasamos demasiado tiempo pensando sobre lo que puede ir mal, nos olvidamos de lo que puede ir bien. La vida es mejor cuando te guían tus esperanzas, no tus miedos.
Quizá la justificación más común para la falta de honestidad en una relación es la idea de que la verdad hará más daño que una mentira. La persona que miente a una de sus relaciones puede pensar: «Si digo la verdad, le va a hacer daño, pero si no se lo digo, no tendrá que experimentar ese dolor». Este razonamiento dice más de la persona que razona así que sobre la persona a quien está «protegiendo», porque el consentimiento no es válido si no es informado. Ocultando la verdad, le negamos a nuestras relaciones la oportunidad de dar su consentimiento para continuar en nuestra relación. Controlar la información para mantener a una de nuestras relaciones (o para conseguir que haga lo que queremos) es una de las maneras de tratar a las personas como cosas.
Y recuerda, la honestidad comienza por ti. Una persona que es deshonesta consigo misma no puede ser honesta con nadie más. La gente es deshonesta consigo misma por muchas razones, incluyendo ideas sobre cómo «deberían» ser. Si piensan que desear tener varias relaciones es algo inmoral, pueden convencerse a sí mismas de que no lo desean, incluso cuando lo están deseando. Del mismo modo, si alguien quiere tener solo una relación, puede convencerse a sí misma porque cree que el poliamor es más «avanzado». La gente también puede mentirse a sí misma por razones más sutiles. Una mujer cuyo marido se siente amenazado por la idea de que ella tenga otro amante masculino puede decirse a sí misma «Bueno, no importa, en realidad no quiero estar con otro hombre», incluso si, en algún rincón de su mente, sí querría.