Читать книгу Más allá de la pareja - Eve Rickert - Страница 16
Diferentes enfoques de las relaciones
ОглавлениеOcultas tras los diferentes tipos de estructuras relacionales poliamorosas hay ideas muy diferentes sobre las relaciones en general: Sobre autonomía, comunidad, complicidad, interdependencia, romance, sexo y colaboración. Las personas poliamorosas suelen hablar de estos diferentes enfoques en relación a dos ejes. Un eje que abarca desde «quien va por su cuenta» hasta «con tendencia a vivir en comunidad». El otro abarca desde «por su cuenta» hasta «entrelazarse». Parecen similares, pero no lo son.
Algunas personas poliamorosas se consideran a sí mismas independientes, que van por su cuenta. Es decir, que tienen en alta estima su autonomía personal, resaltan la importancia de la capacidad para tomar sus propias decisiones y ser capaces de actuar sin requerir el permiso de nadie. El modelo de persona poliamorosa independiente puede ser complicado de entender al principio. Es fácil cometer el error de pensar que quienes van por su cuenta no se comprometen, o no tienen en cuenta las necesidades de sus parejas (o de las parejas de sus parejas) o que no les importa la comunidad. No es cierto. En realidad, el modelo independiente coloca en cada persona, de manera individual, la responsabilidad a la hora de tomar las decisiones y afrontar sus consecuencias.
Por ejemplo, tus relaciones actuales te pueden contar cómo se sienten respecto a tu deseo de comenzar una nueva relación, y tú puedes escucharles y decidir si seguir adelante con tu plan en base a lo que han dicho; pero la elección es tuya, no suya. Tú valoras sus temores, y eres tú quien decide. El grado máximo de independencia se llama «anarquía relacional» o A.R. Es un enfoque que rechaza la necesidad de clasificar y jerarquizar las relaciones en absoluto («Joe es mi amigo; Mark es mi novio; Keyser es mi marido»), de crear normas o definir roles. En particular, la A.R. no privilegia las relaciones sexuales o románticas por encima de las otras.
En el extremo opuesto de la escala está lo que alguna gente llama «modelo poliamoroso con orientación comunitaria». Quienes adoptan este modelo se centran en la interconexión de sus relaciones y su comunidad. Podrías pensar que la diferencia entre las personas poliamorosas independientes y las que tienen una orientación comunitaria es la actuación independiente frente al consenso, pero eso es demasiado simplista. Quienes son independientes, y particularmente quienes practican la anarquía relacional, empatizan con la necesidad de negociar y del beneficio mutuo por encima de la idea de que hay una manera «normal» o «correcta» de tener relaciones. Sería más acertado decir que la diferencia es la prioridad dada a los diferentes factores que influyen en el proceso de la toma de decisiones; la gente con una orientación comunitaria tiende a priorizar el impacto de una decisión en el conjunto del grupo frente a las necesidades de los individuos de ese grupo. Eso no significa necesariamente que las personas con orientación comunitaria estén obligadas a tener el permiso de con quienes ya tienen una relación para comenzar una nueva. De todos modos, las decisiones se toman con miras a ver cómo una nueva relación podría encajar con las otras.
El otro eje, el de la independencia poliamorosa al poliamor entrelazado, se parece aparentemente pero refleja un conjunto de valores completamente diferente. Las personas que practican la independencia poliamorosa se presentan al mundo como solteras, a primera vista. Se han bajado de la «escalera mecánica de las relaciones»: la suposición de que las relaciones siguen un plan predeterminado. Te conoces, te enamoras, convives, compartes la propiedad, tienes criaturas y envejeces en pareja. Las personas poliamorosas independientes pueden no querer vivir con ninguna de sus relaciones, o si quieren hacerlo, puede que elijan no compartir sus economías domésticas o sus propiedades.
Por el contrario, otras personas prefieren tener relaciones que son más interdependientes: En la práctica, económicamente o ambas. Estas personas valoran compartir el espacio donde viven, compartir tiempo en compañía, compartir sus economías o las tareas de la casa, y similares. Pueden verse a sí mismas como parte de una unidad, como una unidad familiar que comparte responsabilidades y que abordan la vida en equipo.
Por lo que la escala desde la independencia a la comunidad se refiere, entonces, a la toma de decisiones en una relación, mientras que la escala desde la independencia a la interdependencia se refiere a la forma que tomarán las relaciones. Poca gente está en los extremos de estas escalas. Es más común encontrar gente en el centro. Por ejemplo, personas que están viviendo con su amante pero que prefieren aun así pensar que están viviendo como individuos autónomos, o personas que prestan mucha atención a cómo encajan nuevas relaciones potenciales pero que de todos modos toman sus propias decisiones.