Читать книгу Filosofía primera. Tratado de ucronía post-metafísica - Fabián Ludueña Romandini - Страница 9
ОглавлениеLos textos aquí publicados corresponden a un hallazgo en las ruinas de las afueras de la ciudad de Hatteria, en el cono sur del continente americano del planeta-madre de los humanos, la Tierra. Se trata de la ciudad que, hace más de dos milenios, llevaba el nombre de Buenos Aires. Se sabe que una vez aniquilada durante los sangrientos episodios de la Sexta Guerra Mundial Póstuma, en sus antiguos suburbios se asentaron poblaciones nómades que, desde tiempos de datación incierta, ya venían recogiendo una serie de textos que eran, a todas luces, versiones radicales y proto-místicas de la oscura Herejía de la Disyunción que, por entonces, había dado muestras de sus primeros conatos.
Nunca del todo admitidos en el Canon de los Puros en la comunidad de los Nóvisimos, los textos revistieron una gravitación sustantiva para los Antiguos Maestros de la Herejía. Muchos creyeron, en el fragor del primer hallazgo, que se trataba de un Evangelio de la Disyunción pero nada estaba más alejado de la verdad, pues la herejía emergente era, nuevamente, la filosofía en su carácter más profano que, justamente, la habilitaba a tomar bajo su órbita toda la esfera de lo otrora denominado lo divino desde una perspectiva completamente anateológica. Hay que admitir, no obstante, que ninguna noticia habíamos tenido de estos textos y algunos de los puntos de vista expresados en el indispensable volumen de von Junzt titulado Unaussprechlichen Kulten han quedado perimidos luego de la recuperación de los presentes manuscritos.
El conjunto de textos que se editan a continuación poseen una innegable unidad. Han sido hallados en la Cueva 14AZ1 de las excavaciones en Hatteria. El idioma corresponde a una lengua muerta que, por entonces, se utilizaba en la región: el castellano rioplatense, antecedente de lo que, en los milenios futuros, se constituyó en el dialecto hispano de la Lengua Universal del Imperio Póstumo. La catalogación de los escritos es TFG 480-700 y 950-1170 de la gran edición del Corpus de los textos de la Herejía de la Disyunción.
Los documentos fueron hallados en forma manuscrita en cuadernos en octavo, numerados del uno al cinco. El conjunto textual es diverso pero puede clasificarse, ostensiblemente, en tres grandes grupos. En primer lugar, un tratado, hasta ahora desconocido, acerca de la para-metafísica de la doctrina esotérica de la Herejía de la Disyunción, esto es, el abordaje del enigma del Ser a partir del esquema conceptual matricial conocido como teoría de los fractos y que se convertiría, con el tiempo, en el tesoro más custodiado por los Maestros Novísimos. En segundo lugar, siguen una serie de glosas y comentarios, representativos de los géneros cultivados por los escribas nómades, donde se ahonda sobre aspectos particulares de la doctrina central.
El tercer grupo textual, de gran valor ultra-histórico, arroja nuevas perspectivas sobre la Edad Oscura, es decir, sobre el período de los Ciclos Pandémicos que llevaron a las Grandes Guerras Biotécnicas y al abandono definitivo del planeta Tierra según el plan de conquista interestelar liderado por los Póstumos. Los estudiosos no logran aún un consenso sobre la autoría de los textos de los tres grupos, aunque se presupone que fueron puestos por escrito por Póstumos disidentes del primer cuarto del siglo XXI en la pre-historia del fenómeno que, con el correr de los siglos, se daría a conocer como Herejía de la Disyunción. La terminología presupone una unidad de pensamiento pero la fragmentariedad de la exposición hace sospechar de la intervención de varios autores. Desde luego, la transmisibilidad de los textos puede haber alterado algún matiz pues, como sabemos, los originales se han perdido en la noche de los milenios y aquí tenemos una cuidada transcripción de alguna copia secularmente muy posterior en el tiempo a la que tuvo acceso el siempre escrupuloso Escriba de los Maestros nómades.
El hecho de que las pesquisas paleográficas den cuenta de la presencia de una misma mano en la redacción de los textos concernientes a la Herejía de la Disyunción no aclara el problema, pues los Maestros Nómades tenían por costumbre dictar sus textos a selectos escribas de la comunidad y, en no pocas oportunidades, se ha visto el testimonio de un mismo escriba que había puesto por escrito la doctrina de Maestros de diversa filiación. La paleografía no cuenta aquí con el auxilio de las prácticas de los propios amanuenses de los Novísimos pues, como se sabe, el anonimato de los Escribas era una condición anclada en la comprensión de la Tradición como transmisión sin autoría personal.
Cabe destacar que el texto que hemos añadido como coda bajo la rúbrica “Envío II” no pertenece al conjunto original y se trata del fragmento de un texto perdido. Dada la legendaria puntillosidad de los Escribas novísimos, el manuscrito se halla datado diez años después de la compilación de la Cueva 14AZ1 y pertenece a la mano de otro amanuense que llamaremos Escriba II y que notifica el abandono del mundo existencial por parte del Escriba I, hecho que parece haber acontecido en algún momento impreciso durante la década previa. Dada la inveterada costumbre de los Escribas novísimos de glosar los contenidos de sus predecesores, hemos estimado conveniente la publicación de ese fragmento que no sólo juzga la labor de su antecesor sino que aporta reflexiones de la máxima relevancia para la comprensión de los dramas profundos que atravesaron los dilemas políticos y existenciales de la Herejía de la Disyunción.
No existen todavía explicaciones plausibles acerca de la emergencia de los Novísimos como desprendimiento herético de los Póstumos y se espera que estos documentos arrojen algo de claridad acerca de la pre-historia de los susodichos Póstumos pues, según las hipótesis más osadas, los Novísimos manifestaron una incubación histórica larvaria que debe ser calculada en, por lo menos, dos milenios y que, en ese escenario, los situaría en los albores del siglo XXI. En otras palabras, cuando los Póstumos estaban consolidando su ascenso al poder mundial, ya habrían existido los primeros indicios, aunque indetectables entonces, de aquello que muchos siglos más tarde se conocería como el Levantamiento de los Novísimos.