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TITULO I.
Del Rey Don Enrique Quarto.

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Índice

El Rey Don Enrique Quarto fijo del Rey Don Juan el Segundo fué hombre alto de cuerpo, é fermoso de gesto, é bien proporcionado en la compostura de sus miembros. Este Rey seyendo Príncipe dióle el Rey su padre la Ciudad de Segovia, é pusole casa é oficiales, seyendo de edad de catorce años. Estobo en aquella Ciudad apartado del Rey su padre los mas dias de su menor edad, en los quales se dió á algunos deleytes que la mocedad suele demandar, y la honestad debe negar. Fizo abito dellos; porque ni la edad flaca los sabía refrenar, ni la libertad que tenia los sofria castigar. No bebia vino, ni queria vestir paños muy preciosos, ni curaba de la ceremonia que es debida á Persona Real. Tenia algunos mozos aceptos de los que con él se criaban: amábalos con grande aficion, é dábales grandes dádivas. Desobedesció algunas veces al Rey su padre; no porque de su voluntad procediese, mas por inducimiento de algunos, que siguiendo sus proprios intereses, le traían á ello. Era hombre piadoso, é no tenia ánimo de facer mal, ni ver padecer á ninguno: é tan humano era, que con dificultad mandaba executar la justicia criminal: y en la execucion de la cevil, y en las otras cosas necesarias á la gobernacion de sus Reynos, algunas veces era negligente, é con dificultad entendia en cosa agena de su delectacion, porque el apetito le señoreaba la razon. No se vido en él jamás punto de sobervia en dicho ni en fecho, ni por cobdicia de aver grandes señoríos le vieron facer cosa fea ni deshonesta: é si algunas veces avia ira, durábale poco, y no le señoreaba tanto que dañase á él ni á otro. Era grand montero, é placiale muchas veces de andar por los bosques apartado de las gentes. Casó seyendo Príncipe con la Princesa Doña Blanca hija del Rey Don Juan de Aragon su tio, que entonces era Rey de Navarra, con la qual estobo casado por espacio de diez años, é al fin ovo divorcio entre ellos por el defecto de la generacion, que él imputaba á ella y ella imputó á él. Murió el Rey D. Juan su padre, é reynó luego pacificamente en los Reynos de Castilla é de Leon, seyendo ya en edad de treinta años: é luego que reynó usó de grand magnificencia con ciertos Caballeros é Grandes Señores de sus Reynos soltando, á unos de las prisiones en que el Rey su padre los avía puesto, é reduciendo é perdonando á otros que andaban desterrados de sus Reynos, é restituyóles todas las Villas é Logares é rentas, é todos sus patrimonios é oficios que tenian. Teniendo la primera muger de quien se apartó casó con otra hija del Rey de Portugal: y en este segundo casamiento se manifestó su impotencia; porque como quier que estobo casado con ella por espacio de quince años, é tenía comunicacion con otras mugeres, nunca pudo aver á ninguna allegamiento de varon. Reynó veinte años, y en los diez primeros fué muy próspero, é llegó grand poder de gentes é de tesoros, é los Grandes é Caballeros de sus Reynos con grand obediencia cumplian sus mandamientos. Era hombre franco, é facia grandes mercedes é dádivas; é no repetia jamás lo que daba, ni le placía que otros en su presencia gelo repitiesen. Llegó tanta abundancia de tesoros, que allende de los grandes gastos é dádivas que facía, mercaba qualquier Villa ó Castillo, ó otra grand renta que en sus Reynos se vendiese para acrescentar el patrimonio Real. Era hombre que las mas cosas facía por solo su arbitrio, ó á placer de aquellos que tenia por privados: é como los apartamientos que los Reyes acen, é la grand aficion que sin justa causa muestran á unos mas que á otros, é las excesivas dádivas que les dan, suelen provocar á odio, é del odio nacen malos pensamientos, é peores obras, algunos grandes de sus Reynos, á quien no comunicaba sus consejos, ni la gobernacion de sus Reynos, é pensaban que de razon les debia ser comunicado, concibieron tan dañado concepto, que algunas veces conjuráron contra él para lo prender ó matar. Pero como este Rey era piadoso, bien así usó Dios con él de piedad, é le libró de la prision, é de los otros males que contra su Persona Real se imaginaron. E ciertamente se debe considerar, que como quier que no sea ageno de los hombres tener aficion á unos mas que á otros, pero especialmente los Reyes, que están en el miradero de todos, tanto menor licencia tienen de errar, quanto mas señalados y mirados son que los otros: mayormente en las cosas de la justicia, de la qual tambien deben usar mostrando su aficion templada al que lo meresciere, como en todas las otras cosas: porque de mostrarse los Reyes aficionados sin templanza, é no á quien, ni cómo, ni por lo que deben ser, nascen muchas veces las envidias, dó se siguen las desobediencias, y vienen las guerras é otros inconvenientes que á este Rey acaecieron. Era grand músico, é tenia buena gracia en cantar é tañer, é en hablaren cosas generales; pero en la execucion de las particulares é necesarias, algunas veces era flaco, porque ocupaba su pensamiento en aquellos deleytes de que estaba acostumbrado, los quales impiden el oficio de la prudencia á qualquier que dellos está ocupado. E ciertamente vemos algunos hombres hablar muy bien, loando generalmente las virtudes, é vituperando los vicios; pero quando se les ofresce caso particular que les toque, entonces, vencidos del interese ó del deleyte, no han lugar de permanescer en la virtud que loaron, ni resistir el vicio que vituperaron. Usaba asimismo de magnificencia en los recibimientos de Grandes hombres, é de los Embaxadores de Reyes que venian á él, faciándoles grandes é sumptuosas fiestas, é dándoles grandes dones: otrosí en facer grandes edificios en los Alcazares é Casas Reales, y en Iglesias é lugares sagrados. Este Rey fundó de principio los Monesterios de la Virgen Santa Maria del Parral de Segovia, é de Sant Hierónymo del Paso de Madrid, que son de la Orden de Sant Hierónymo é dotólos magníficamente: é otrosí el Monesterio de Sant Antonio de Segovia de la Orden de Sant Francisco: é hizo otros grandes edificios é reparos en otras muchas Iglesias é Monesterios de sus Reynos, é dióles grandes limosnas, é fizoles muchas mercedes. Otrosí mandaba pagar cada año en tierras é acostamientos gran número de gente de armas: é allende desto gastaba cada año en sueldo para la gente de caballo continua que traía en su guarda otra grand cantidad de dinero. E con esto fué tan poderoso, é su poder fué tan renombrado por el mundo, que el Rey D. Fernando de Neápoles le envió suplicar que le recibiese en su omenage. Otrosí la Ciudad de Barcelona con todo el Principado de Cataluña le ofresció de se poner en su señorío, y de le darlos tributos debidos al Rey Don Juan de Aragon su tio, á quien por entonces aquel Principado estaba rebelde. Por inducimientos é persuasiones de algunos que estaban cerca dél en su consejo, mas que procediendo de su voluntad, tuvo algunas diferencias con este Rey de Aragon su tio, que asimesmo se intitulaba Rey de Navarra, y entró por su persona poderosamente en el Reyno de Navarra, y envió gran copia de gente de armas con sus Capitanes al Reyno de Aragon, é fizo guerra á los Aragoneses é Navarros: é puedese bien creer que segun su grande poder, é la disposicion del tiempo é de la tierra, é la flaqueza é poca resistencia que por entonces avia en la parte contraria, si este Rey fuera tirano é inhumano, todos aquellos Reynos y Señoríos fueran puestos en su obediencia, dellos con pequeña fuerza, é dellos de su voluntad. E para pacificar estas diferencias se trataron vistas entre él y el Rey Don Luis de Francia, que como árbitro se interpuso á las pacificar: á las quales vistas fué acompañado de Grandes Señores é Perlados, é de grand multitud de Caballeros é Fijosdalgo de sus Reynos. En los gastos que fizo, é dádivas que dió, y en los arreos é otras cosas que fueron necesarias de se gastar é destribuir para tan grande acto, mostró bien la franqueza de su corazón, é paresció la grandeza de sus Reynos, é guardó la preeminencia de su persona, é la honra é loable fama de sus súbditos. Fué la fabla destos dos Reyes entre la Villa de Fuenterabía que es del Reyno de Castilla, é la Ciudad de Bayona que es del Reyno de Francia, en la rivera de la mar. Continuó algunos tiempos guerra contra los Moros: fizo algunas entradas con grand copia de gente en el Reyno de Granada. En su tiempo se ganó Gibraltar é Archidona, é otros algunos Lugares de aquel Reyno. Constriñó á los Moros que le diesen parias algunos años porque no les ficiese guerra: é los Reyes comarcanos temian tanto su grand poder, que ninguno osaba facer el contrario de su voluntad, é todas las cosas le acarreaba la fortuna como él las quería, é algunas mucho mejor de lo que pensaba, como suele facer á los bien afortunados: é los de sus Reynos todo aquel tiempo que estobieron en su obediencia gozaban de paz, é de los otros bienes que della se siguen. Fenecidos los diez años primeros de su señorío, la fortuna, envidiosa de los grandes estados, mudó como suele la cara próspera, é comenzó á mostrar la adversa. De la qual mudanza muchos veo quexarse, y á mi ver sin causa: porque segund pienso alli hay mudanza de prosperidad dó hay corrupcion de costumbres. Y así por esto, como porque se debe creer que Dios queriendo unir en esta vida alguna desobediencia que este Rey mostró al Rey su padre, dió lugar que fuese desobedecido de los suyos, é permitió que algunos criados de los mas aceptos que este Rey tenia, é á quien de pequeños fizo hombres grandes, é dió títulos é dignidades é grandes patrimonios, quier lo ficiesen por conservar lo avído, quier por lo acrecentar é añadir mayores rentas á sus grandes rentas, erraron de la via que la razon les obligaba: é no podiendo refrenar la envidia concebida de otros que pensaban ocuparles el lugar que tenian, conocidas en este Rey algunas flaquezas nascidas del habito que tenia fecho en los deleytes, osaron desobedecerle é poner disension en su casa. La qual porque al principio no fué castigada segund debía, cresció entre ellos tanto, que fizo descrecer el estado del Rey, y el temor é obediencia que los Grandes de sus Reynos le avían. Donde se siguió que algunos destos se juntaron con otros Perlados é Grandes Señores del Reyno, é tomaron al Príncipe Don Alonso su hermano, mozo de once años, é faciendo division en Castilla, lo alzaron por Rey della, é todos los Grandes é Caballeros, é las Ciudades é Villas estubieron divisos en dos partes: la una permaneció siempre con este Rey Don Enrique; la otra estobo con aquel Rey Don Alonso: el qual duró con título de Rey por espacio de tres años, é murió en edad de catorce años. En esta division se despertó la cobdicia, é creció el avaricia, cayó la justicia, é señoreó la fuerza, reynó la rapiña, é disolvióse la luxuria, é ovo mayor lugar la cruel tentacion de la sobervia que la humilde persuasion de la obediencia, é las costumbres por la mayor parte fueron corrompidas é disolutas, de tal manera que muchos, olvidada la lealtad é amor que debian á su Rey é á su tierra, é siguiendo sus intereses particulares, dexaron caer el bien general de tal forma que el general y el particular perescia. E Nuestro Señor, que algunas veces permite males en las tierras generalmente, para que cada uno sea punido particularmente segun la medida de su yerro, permitió que oviese tantas guerras en todo el Reyno, que ninguno puede decir ser exîmido de los males que dellas se siguieron; y especialmente aquellos que fueron causa de las principiar se vieron en tales peligros, que quisieran dexar gran parte de lo que primero tenian, con seguridad de lo que les quedase, é ser ya salidos de las alteraciones que á fin de acrecentar sus estados inventaron: é así pudieron saber con la verdadera experiencia lo que no les dexó conocer la ciega cobdicia. E por cierto así acaesce, que los hombres antes que sientan el mal futuro, no conoscen el bien presente; pero quando se ven envueltos en las necesidades peligrosas en que su desordenada cobdicia los mete, entonces querrian é no pueden facer aquello que con menor daño pudieran aver fecho. Duraron estas guerras los otros diez años postrimeros que este Rey reynó, é los hombres pácificos padecieron muchas fuerzas de los hombres nuevos que se levantaron é ficieron grandes destruiciones. Gastó en estos tiempos el Rey todos sus tesoros: é allende de aquellos, gastó é dió sin medida quasi todas las rentas de su patrimonio Real, é muchas dellas que le tomaron los tiranos que en aquel tiempo eran: de manera que aquel que con el abundancia de los tesoros compraba Villas é Castillos, vino en tanta extrema necesidad, que vendió muchas de veces las rentas del su patrimonio, todo para el mantenimiento de su persona. Vivió este Rey cinquenta años, de los quales reynó veinte, é murió en el Alcazar de la Villa de Madrid de dolencia del hijada, de laqual en su vida muchas veces fué gravemente apasionado.

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