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TITULO IV.
Del Marqués de Santillana.

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Índice

Don Iñigo Lopez de Mendoza Marques de Santillana, é Conde del Real de Manzanares, é Señor de la casa de la Vega, fijo del Almirante D. Diego Furtado de Mendoza, é nieto de Pero Gonzalez de Mendoza Señor de Alava[8], fué hombre de mediana estatura, bien proporcionado en la compostura de sus miembros, é fermoso en las faciones de su rostro, de linage noble Castellano é muy antiguo. Era hombre agudo é discreto, é de tan gran corazon, que ni las grandes cosas le alteraban, ni en las pequeñas le placia entender. En la continencia de su persona, é en el razonar de su fabla mostraba ser hombre generoso é magnánimo. Fablaba muy bien, é nunca le oían decir palabra que no fuese de notar, quier para doctrina, quier para placer. Era cortés é honrador de todos los que á él venian, especialmente de los hombres de ciencia. Muertos el Almirante su padre, é Doña Leonor de la Vega su madre, é quedando bien pequeño de edad, le fueron ocupadas las Asturias de Santillana, é gran parte de los otros sus bienes: é como fué en edad que conosció ser defraudado en su patrimonio, la necesidad que despierta el buen entendimiento, é el corazon grande que no dexa caer sus cosas, le ficieron poner tal diligencia, que veces por justicia, veces por las armas recobró todos sus bienes. Fué muy templado en su comer é beber, y en esto tenia una singular continencia. Tovo en su vida dos notables exercicios, el uno en la disciplina militar, el otro en el estudio de la ciencia[9]; é ni las armas le ocupaban el estudio, ni el estudio le impedia el tiempo para platicar con los Caballeros y Escuderos de su casa en la forma de las armas necesarias para defender, é quáles avían de ser para ofender, é cómo se avía de ferir el enemigo, é en qué manera avían de ser ordenadas las batallas é la disposicion de los reales, como se avían de combatir é defender las fortalezas, é las otras cosas que requiere el exercicio de la caballería: é en esta plática se deleytaba por la grand habituacion que en ella tovo en su mocedad. E porque los suyos supiesen por experiencia lo que le oían decir por doctrina, mandaba continuar en su casa justas, é ordenaba que se ficiesen otros exercicios de guerra, porque sus gentes, estando habituadas en el uso de las armas, les fuesen menores los trabajos de la guerra. Era Caballero esforzado, é ante de la facienda cuerdo é templado, é puesto en ella era ardid é osado; é ni su osadía era sin tiento, ni en su cordura se mezcló jamás punto de cobardía. Fué Capitan principal en muchas batallas que ovo con Cristianos é con Moros, donde fué vencedor, é vencido: especialmente ovo una batalla contra los Aragoneses cerca de Araviana, otra batalla cerca del rio de Torote, y estas dos batallas fueron muy feridas é sangrientas; porque peleando, é no fuyendo, murieron de ambas partes muchos hombres é caballos: en las quales porque este Caballero se halló en el campo con su gente, aunque los suyos vido ser en número mucho menor que los contrarios; pero porque veyendo al enemigo delante reputaba mayor mengua volver las espaldas sin pelear, que morir ó dexar el campo peleando, cometióse á la fortuna de la batalla, é peleó con tanto vigor y esfuerzo, que como quier que fue ferido é vencido pero su persona ganó honra é reputacion de valiente Capitan. Conoscidas por el Rey Don Juan las habilidades deste Caballero le envió por Capitan de la guerra contra los Moros, el qual recibió el cargo con alegre cara, é lo tovo en la Frontera gran tiempo. El qual ovo con el Rey de Granada, é con otros Capitanes de aquel Reyno muchas batallas, é grandes recuentros, dó fué vencedor, é fizo muchas talas en la Vega de Granada, é ganó por fuerza de armas la Villa de Huelma, é puso los Moros en tal estrecho, que ganára otros Lugares, é ficiera otras grandes hazañas dignas de memoria, salvo quél Rey, constreñido por algunas necesidades que en aquel tiempo ocurrieron en su Reyno, le envió mandar que cesase la guerra que facia, é les diese tregua. E como ovo esta comision, fizo la guerra tan cruda á los Moros, que los puso só el yugo de servidumbre, é los apremió á dar en parias cada año mayor cantidad de oro de la que el Rey esperaba recibir, ni ellos jamás pensaron dar. E allende del oro que dieron, les constriñó que soltasen todos los Christianos que estaban cativos en tierra de Moros, los quales este Marqués redimió del cativerio en que estaban, é los puso en libertad. Gobernaba asimismo con grand prudencia las gentes de armas de su Capitanía, é sabía ser con ellos señor é compañero: é ni era altivo en el señorío, ni raez, en la compañía; porque dentro de sí tenia una humildad que le facía amigo de Dios, é fuera guardaba tal autoridad que le facia estimado entre los hombres. Daba liberalmente todo lo que á él como á Capitan mayor pertenescia de las presas que se tomaban, é allende de aquello les repartia de lo suyo en los tiempos necesarios: é al que le regradescia las dádivas que daba solia decir: si deseamos bienes al que bien nos face, debemoslos dar al que bien nos desea.[10] E guardando su continencia con graciosa liberalidad, las gentes de su Capitanía le amaban; é temiendo de le enojar, no salian de su orden en las batallas. Loan muchas de las Historias Romanas el caso de Manlio Torquato Consul Romano, el qual como constituyese que ninguno sin su licencia saliese de la hueste á pelear con los Latinos contrarios de Roma, é un Caballero de la hueste contraria convidase á la batalla singular de uno por uno al fijo deste Consul, vituperando con palabras á él, é á los de la hueste porque no osaban aceptar la batalla, no podiendo el mancebo sofrir la mengua que de su mengua resultaba á los Romanos, peleó con aquel Caballero, é lo mató: é viniendo como vencedor á se presentar con los despojos del vencido ante el Consul su padre, le fizo atar, e contra voluntad de toda la hueste Romana le mandó degollar, porque fuese exemplo á otros que no osasen ir contra los mandamientos de su Capitan: como si no oviese otro remedio para tener la hueste bien mandada sinó matar el Capitan á su fijo. Dura debiera ser por cierto, é muy pertinaz la rebelion de los Romanos, pues tan cruel exemplo les era necesario para que fuesen obedientes á su Capitan: é por cierto yo no sé que mayor venganza pudo aver el padre del Latino vencido, de la que le dió el padre del Romano vencedor. Deste caso facen grand mencion Frontino y Máxîmo y otros Historiadores, loando al padre de buen castigador, y al fijo de buen vencedor; pero yo no sé como se debe loar al padre de tan cruel castigo como el fijo se quexa, ni como loemos al fijo de tan grand transgresion como el padre le impone. Bien podemos decir que fizo este Capitan crueldad digna de memoria; pero no doctrina digna de exemplo, ni mucho menos digna de loor: pues los mismos loadores dicen que fué triste por la muerte del fijo, é aborrescido de la juventud Romana todo el tiempo de su vida; é no puedo entender como el triste aborrescido deba ser loado. No digo yo que las constituciones de la Caballería no se deban guardar, por los inconvenientes generales que no se guardando pueden recrescer; pero digo que deben ser añadidas, menguadas, interpretadas é en alguna manera templadas por el Príncipe, aviendo respecto al tiempo, al lugar, á la persona, é á las otras circunstancias é nuevos casos que acaescen, que son tantos é tales, que no pueden ser comprehendidos en los ringlones de la ley. E porque estas cosas fueron bien consideradas por este Claro Varon en las huestes que gobernó, con mayor loor por cierto, é mejor exemplo de doctrina se puede facer memoria dél; pues sin matar fijo, ni facer crueldad inhumana, mas con la autoridad de su persona, é no con el miedo de su cuchillo, gobernó sus gentes, amado de todos, é no odioso á ninguno. Conoscidas por el Rey Don Juan las claras virtudes deste Caballero, é como era digno de dignidad, le dió título de Marqués de Santillana, é le fizo Conde del Real de Manzanares, é le acrescentó su casa é patrimonio. Otrosí confiaba dél su persona, é algunas veces la gobernacion de sus Reynos: el qual gobernaba con tanta prudencia, que los Poetas decian por él, que en Corte era grand Febo, por su clara gobernacion, é en campo Anibal, por su grand esfuerzo. Era muy zeloso de las cosas que á varon pertenescia facer, é tan repreensor de las flaquezas que veía en algunos hombres, que como viese llorar á un Caballero en el infortunio que estaba, movido con alguna ira le dixo: O! quan digno de reprehension es el Caballero que por ningun grave infortunio que le venga derrama lágrimas, sinó á los pies del confesor! Era hombre magnánimo, é esta su magnanimidad le era ornamento é compostura de todas las otras virtudes. Acaecióle un dia que hablándole en su facienda, é ofresciéndole acrescentamiento de sus rentas, como hombre poco atento en semejantes pláticas respondió: Eso que decís no es mi lenguage: hablad, dixo él, esa cosa allá con hombres que mejor la entiendan. E solia decir á los que procuraban los deleytes, que mucho mas deleytable debia ser el trabajo virtuoso, que la vida sin virtud, quanto quier que fuese deleytable. Tenia una tal piedad, que qualquier atribulado ó perseguido que venia á él fallaba muy buena defensa é consolacion en su casa, pospuesto qualquier inconveniente que por le defender se le pudiese seguir. Consideraba asimismo los hombres é las cosas segun su realidad, é no segun la opinion, y en esto tenia una virtud singular é casi divina; porque nunca le vieron facer acepcion de personas, ni miraba dónde ni quien, sinó cómo é quál era cada uno. Este Caballero ordenó en metros los proverbios que comienzan: Fijo mio mucho amado, &c. en los quales se contienen quasi todos los preceptos de la Filosofia moral, que son necesarios para virtuosamente vivir. Tenia grand copia de libros, é dábase al estudio, especialmente de la Filosofia moral, é de cosas peregrinas é antiguas: é tenía siempre en su casa Doctores é Maestros con quienes platicaba en las sciencias é lecturas que estudiaba. Fizo asimismo otros tractados en metros y en prosa muy doctrinables para provocar á virtudes, é refrenar vicios: y en estas cosas pasó él lo mas del tiempo de su retraimiento. Tenia grand fama é claro renombre en muchos Reynos fuera de España; pero reputaba muy mucho mas la estimacion entre los sabios, que la fama entre los muchos. E porque muchas veces vemos responder la condicion de los hombres á su complexion, é tener siniestras inclinaciones aquellos que no tienen buenas complexiones: podemos sin duda creer que este Caballero fué en grand cargo á Dios por le aver compuesto la natura de tan igual complexion, que fué hábil para recibir todo uso de virtud, é refrenar sin grand pena qualquier tentacion de pecado. No quiero negar que no tubiese algunas tentaciones de las que esta nuestra carne suele dar á nuestro espíritu, é que algunas veces fuese vencido, quier de ira, quier de luxuria, ó que excediese faciendo, ó faltase alguna vez no faciendo lo que era obligado: porque estando como estobo envuelto en guerras, é en otros grandes fechos que por él pasaron, dificile fuera entre tanta multitud de errores vivir sin errar. Pero si verdad es que las virtudes dan alegria, é los vicios traen tristeza: como sea verdad que este Caballero lo mas del tiempo estaba alegre, bien se puede juzgar que mucho mas fué acompañado de virtudes que dan alegria, que señoreado de vicios que ponen tristeza. E como quiera que pasaron por él infortunios en batallas, é ovo algunos pesares por muertes de fijos, é de algunos otros sus propinquos; pero sufrialos con aquella fuerza de ánimo que á otros doctrinaba que sufriesen. Fenesció sus dias en edad de sesenta é cinco años con grand honra é prosperidad: é si se puede decir que los hombres alcanzan alguna felicidad[11] despues de muertos segun la opinion de algunos, creemos sin dubda que este Caballero la ovo; porque dexó seis fijos varones, y el mayor que heredó su mayorazgo le acrescentó é subió en dignidad de Duque, é el segundo fijo fué Conde de Tendilla, é el tercero fue Conde de Curuña, el quarto[12] fué Cardenal de España é Arzobispo de Toledo é Obispo de Cigüenza, é uno de los mayores Perlados que en sus dias ovo en la Iglesia de Dios: é á estos quatro, é á los otros dos, que se llamaron Don Juan é Don Hurtado, dexó Villas é Lugares é rentas, de que fizo cinco casas de mayorazgos, allende de su casa é mayorazgo principal.

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