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TITULO. III.
El Conde de Haro.

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Índice

Don Pero Fernandez de Velasco Conde de Haro, hijo de Don Juan de Velasco[7], é nieto de Don Pero Fernandez de Velasco, fué hombre de mediana estatura, tenia las cervices torcidas, é los ojos un poco vizcos. Era de linage noble y antiguo. Hállase por las Corónicas, que él é su padre é abuelos fueron Camareros mayores de los Reyes de Castilla sucesivamente por espacio de ciento é veinte años. Era hombre agudo é de buen entendimiento. Vivió en los tiempos del Rey Don Juan el Segundo, é del Rey Don Enrique Quarto su fijo. En su juventud la edad lozana, é no aun madura ni experimentada en los inconvenientes que acaescen en la vida, le indució que se juntase en parcialidades con otros Grandes del Reyno sus parientes, é repugnase la voluntad é aficion grande que el Rey Don Juan mostraba en obras y en palabras á algunos privados: é por esta causa estubo algun tiempo en la indignacion del Rey, é padesció algunos infortunios. E como acaesce algunas veces que las adversidades dán al hombre mejor doctrina para ser cauto, que las prosperidades para ser templado, este Caballero despertó en la adversidad su buen entendimiento, é conosció como dende en adelante viviese con mas seguridad é menos peligro. Fablaba con buena gracia, é con tales razones traídas á propósito, que todos avian placer de le oír. Era temeroso de Dios, é hombre de verdad, é inclinado á justicia: la qual como sea dividida en partes, una de las quales se dice legal, porque es instituída por ley; otra igual, que la razon natural nos manda seguir, puedese por cierto creer deste Caballero, que ni falleció en lo que manda la razon natural, ni era transgresor de lo escripto por ley; antes fué un tan gran zelador de la justicia, que no se puede decir otro en sus tiempos que con tan gran estudio la mirase, ni con mejor diligencia é moderacion la cumpliese y executase. Y esta virtud mostró bien en la gobernacion de sus Villas é Lugares, é otras muchas tierras que tovo en administracion; porque allende del derecho que igualmente facia guardar de unos é otros, dió tal forma en sus tierras, que los ministros que ponía en la justicia dellas eran obligados de pagar todo el robo que en el campo se ficiese á los moradores, ó á otra qualquier persona que pasase por ellas, ó dar el malhechor que lo oviese fecho, ó perseguirlo hasta lo aver, ó dar razon donde fuese receptado é defendido. E luego que sabía el lugar donde estaba facía tales diligencias, que avía el malhechor, é facía justicia dél, ó apremiaba en tal manera al que lo receptaba, que le facía restituir el robo, y el robado quedaba satisfecho: é con esta diligencia, que tenia en la justicia sus tierras eran bien guardadas, é florescian entre todas las otras comarcanas. Tenia tierras vecinas á las Montañas, é como quier que junto en parentela con algunos de los Caballeros dellas; pero conoscida la gente ser turbulenta é presta al rigor, con tal prudencia los supo tratar, que en su tiempo no le alcanzó parte de algunos males que de sus disensiones les vinieron; porque era varon inclinado á paz, y enemigo de la discordia, é gran zelador del bien público: en la gobernacion del qual le placía gastar el tiempo y el trabajo. Loan los Historiadores á Bruto Consul Romano, que mató sus hijos porque contra el bien público de Roma trataban de reducir al Rey Tarquino, é dicen que la gran cobdicia de loor venció al amor natural: é alega Virgilio que fué caso infelice; é si infelice, no sé como la infelicidad debe ser loada, ni qué loor puede conseguir aquel que repugna la natura, é contraría la razon. Podemos bien creer que este Cónsul, si lo hizo con ira, fue mal; y si con deliberacion, peor: porque de muchos Gobernadores Castellanos leemos, que no matando sus hijos, mas templando sus pasiones, supieron muy bien gobernar sus tierras é provincias. E este noble Conde, no señoreado de ambicion por aver fama en esta vida, mas señoreando la tentacion por aver gloria en la otra, gobernó la república tan rectamente, que ovo el premio que suele dar la verdadera virtud: la qual conoscida en él alcanzó tener tanto crédito é autoridad, que si alguna grande y señalada confianza se avía de facer en el Reyno, quier de personas, quier de fortalezas, ó de otra cosa de qualquier qualidad, siempre se confiaban dél: y en algunas diferencias que el Rey Don Juan ovo con el Rey de Navarra, é con el Infante Don Enrique sus primos, y en algunos otros debates é controversias que los Grandes del Reyno ovieron unos con otros, si para se pacificar era necesario que los de la una parte é de la otra se juntasen en algun Lugar para platicar en las diferencias que tenian, siempre se confiaba la salvaguarda del tal Lugar dó se juntaban á este Caballero, é la una parte é la otra confiaban sus personas de su fé y palabra, é muchas veces se remitian á su arbitrio é parescer. Fué eso mismo hombre que por ganar honra deseaba facer cosas magníficas: siguiéndo esta su condicion juntó muchas veces gran copia de gente de su casa, así para la guerra contra los Moros, como para servir al Rey, é sostener el estado é preheminencia Real en las diferencias é guerras que en el Rey no acaescieron: y esto fizo en lugares é tiempos tan necesarios, que como quier que sufrió grandes miedos, é se puso á muchos discrimines y aventuras, pero al fin destos trabajos ganó gran honra é reputacion, é su casa por respecto de sus servicios fué acrescentada. Queria llevar las cosas por orden, é que no saliesen punto de la razon; y esta condicion le facía mirar tanto en los negocios, é poner tales dudas é inconvenientes, que tarde y con gran dificultad se determinaba á las facer. Verdad es que tardío, é ser súbito en la determinacion de las cosas, son dos extremos que se deben fuir. Tambien es cierto que recibe alguna pena el que delibera en deliberar tarde, y el que le espera en esperar mucho; pero por la mayor parte vemos mas é mayores inconvenientes en la persona é fechos de aquel que delibera súbito, que en el que es grave é tardío en sus movimientos: porque si por deliberar tarde se pierde alguna vez el bien que se podria aver, por determinar presto vimos perder muchas veces el bien avido, é acarrear tales mudanzas é variedades, é aun vanidades, que afean la persona é pierden la honra. Era deseoso como todos los hombres de aver bienes, é supólos adquirir é acrescentar, é muy bien conservar. Era asimesmo reglado en sus gastos continuos, é con tanta diligencia miraba á quien avía de dar, é cómo é por qué le daba, que algunas veces fallescía en la virtud de la liberalidad. Era hombre esencial, é no curaba de aparencias, ni facia muestras de lo que tenia, ni de lo que facia. Aprendió letras Latinas, é dabase al estudio de Coránicas, é saber fechos pasados. Placiale asimesmo la comunicacion de personas Religiosas é de hombres sabios, con los quales comunicaba sus cosas. Al fin veyendose en los dias de la vejéz, porque ovo verdadero cognoscimiento de los gozos falsos, é miserias verdaderas que este mundo dá á los que en él están envueltos, apartóse dél, é puso fin á todas las cosas mundanas, é encomendó su casa é toda su gente de armas á su fijo mayor: é fundó en la su Villa de Medina de Pomár un Monesterio de Monjas de la Orden de Santa Clara, é un Hospital para pobres, é dotólos de lo necesario, é allí de su voluntad se retraxo antes que muriese por espacio de diez años. Y como quier que fué requerido algunas veces por el Rey, é por otros Grandes Señores sus parientes, que saliese de aquel retraimiento para entender en las disensiones que en aquellos tiempos acaescieron en el Reyno, no quiso mudar su propósito; antes acordó de tomar en su casa compañía de hombres Religiosos de buena é honesta vida, é fizo grande é estrecha inquisicion sobre las cosas de su consciencia desde el dia que fué de edad para pecar, é cometióles que alimpiasen su ánima, así en la penitencia de su persona, como en la restitucion que debía facer de sus bienes: é todos los que en aquellos tiempos vinieron á le demandar qualquier cargo, así de servicios que le oviesen fecho, como de otra qualquier calidad á que de justicia fuese obligado, fueron oídos é satisfechos. E al cabo de aver fecho su penitencia é restituciones dexó su casa é patrimonio á su fijo mayor, que fué Condestable de Castilla: é dexó otros dos fijos herederos, en buen estado. E dando doctrina de honrado vivir, é exemplo de bien morir, fenesció en edad de setenta años dentro en aquel Monesterio que fundó.

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