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Todo tiempo pasado fue mejor…

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Debemos tomar especialmente en cuenta que, al perfil psicodeportológico así descripto, por medio de los cinco factores mencionados, se suma:

A. El constante avance tecnológico comunicacional, que implica nuevos usos y costumbres de expresión, comunicación y enseñanza para con el logro del óptimo aprendizaje de nuestros jugadores.

La lógica nos indica que somos nosotros, en cuanto conductores-formadores, quienes debemos conocer y adaptarnos a esta generación y su particularidad, y no ellos a la nuestra, ya que nosotros somos los que vivenciamos la actualidad y sus cambios permanentes como consecuencia de los avances comunicacionales, y presenciamos, vivimos y conocemos la historia de ésta, y no a la inversa.

Nuestros hijos y jugadores escuchan asombrados cuando contamos que nuestro primer mundial de fútbol lo vimos por televisión blanco y negro; o que no nos permitían usar una calculadora en el colegio (cuando ahora los proveen de calculadoras científicas o computadoras para facilitar su aprendizaje); o cuando esperábamos durante meses para poder acceder a un teléfono de línea; o escribíamos una carta a una novia y debíamos ponerle una estampilla y llevarla hasta el correo o al buzón de la esquina para que llegara a destino…

No se trata de hacer un juicio de valor que determine que lo actual es nocivo o negativo y que “todo tiempo pasado fue mejor”, y actuar en función de ello, pretendiendo anular, reemplazar o bloquear la actual forma de comunicación, o querer imponer la histórica nuestra u otra.

He presenciado hechos inéditos al respecto, como el de un entrenador que quería prohibir el uso del facebook porque se le complicaba usarlo y era uno de los medios a través de los cuales más se comunicaban sus jugadores y su staff.

Muy por el contrario, se trata de intentar adaptarse y lograr, por medio de la creatividad, la llegada a estos nuevos y diferentes (ni mejores ni peores) receptores, utilizando estas nuevas herramientas de comunicación a favor de nuestra misión. Si bien es lógico que pretendamos establecer una comunicación de tipo directiva, ya que es la que internalizamos en nuestra infancia, y por medio de ella fuimos educados, debemos al menos comprender que hoy es obsoleta y que no nos conducirá fácilmente a la obtención de la formación humana y el rendimiento deportivo que pretendemos en nuestros jugadores.

La comunicación interactiva (de la que nos ocuparemos en el desarrollo de este libro) es, sin lugar a dudas, la más apropiada y, por lo tanto, el estilo de comunicación que deberemos esforzarnos en integrar y adaptarnos a utilizar para conseguir nuestros objetivos en cuanto conductores-formadores.

Por último, y para finalizar con el presente tema, se agrega al constante avance tecnológico comunicacional mencionado:

B. El importante y también constante desarrollo y crecimiento del rugby argentino, que implica un mayor compromiso en tiempo y forma del mundo rugbístico en general.

La sumatoria de los cinco factores a los que hicimos referencia (que hacen el perfil psicodeportológico generacional) y los puntos A y B mencionados derivan en la consecuente conclusión diagnóstica de un progresivo ensanchamiento de la brecha intergeneracional por falta de empatía (producto de dicha carencia de comprensión).

El noble objetivo de desarrollar personas a través del deporte (ayudarlas a crecer y superarse deportiva y humanamente) nos obliga hoy a tener en cuenta el diagnóstico mencionado y a utilizar en consecuencia, y en forma inevitable, tres “herramientas” fundamentales, a saber:

1 Tener muy presentes todos los aspectos mencionados hasta el momento, lo que derivará en una toma de conciencia que nos llevará a las dos siguientes.

2 Capacitarnos y actualizarnos en nuestros conocimientos rugbísticos y las áreas que lo auxilian (preparación física, nutricional, psicológica, etc.).

3 Capacitarnos y actualizarnos en el uso de las herramientas comunicacionales indicadas para poder transmitirlos (esto implica comprender y aprender a interactuar con esta nueva generación a través de una adecuada comunicación). Esta última herramienta es el pilar fundamental donde se asienta la aplicación de cualquier área de conocimiento, y es un aspecto prioritario, ya que el conocimiento en sí mismo no implica necesariamente la sabiduría suficiente para su transmisión.

Por eso, es de fundamental importancia conocer primero la realidad y la necesidad del receptor (perfil psicodeportológico mencionado), para que podamos intentar hacernos comprender y nuestros jugadores puedan tener un real acceso a nuestro mensaje. Se trata de una cuestión de formas, y no solo de contenido. Recordemos que la capacidad de expresar una idea es tan importante como la idea en sí misma.

Por lo tanto, la mayoría de las veces, resultará más eficaz el conductor que no cuenta con demasiados conocimientos rugbísticos pero conoce la mejor forma de transmitirlos según las necesidades del receptor, que aquel que está capacitado en cuanto a conocimientos rugbísticos, pero no está lo suficientemente preparado en el arte de la transmisión.

De estas cuestiones, entre otras varias, es que se ocupa la práctica de la psicología aplicada al deporte, que tiene como uno de sus objetivos prioritarios el auxiliar al resto de las disciplinas que le dan apoyo.

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