Читать книгу Jesus 33 nombres nuevos - Dolores Aleixandre Parra, Fernando Rivas Rebaque - Страница 8
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EL DURMIENTE
Jesús dormía en la barca
sobre un cabezal (Mc 4,38).
Había rezado más de una vez en la sinagoga: «Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis, que retraséis el descanso [...] Dios lo da a los que ama mientras duermen» (Sal 127).
Frente al esfuerzo del albañil y el centinela prefería la gratuidad de lo que no se merece ni se conquista, sino que se recibe en el abandono del sueño. Quizá por eso, mientras los discípulos remaban agitados en medio de la tempestad –centinelas vigilantes, albañiles fatigados–, Jesús dormía sobre un cabezal en la barca (Mc 4,38). Conocía al Dios que, a los que ama, se lo da todo mientras duermen.
¿Se le quedaban cortas las horas del día? Sabemos que a veces no tenía tiempo ni para comer (Mc 3,20), que solía rezar de noche (Mc 6,46) y que a veces era ese el momento en que lo visitaba gente que, como Nicodemo, prefería la discreción de la nocturnidad (Jn 3,2). Había nacido en medio de la noche, y los primeros en encontrarle fueron precisamente pastores acostumbrados a la vigilia nocturna (Lc 2,8).
Muchas de sus parábolas acontecían en ese tiempo que pone a prueba la fidelidad o la desidia de quienes esperan: el dueño de la casa debía estar en vela por si llega un ladrón (Lc 12,39); las muchachas debían tener sus lámparas preparadas para salir al encuentro del novio (Mt 25,10).
Los siervos que aguardaran ceñidos la vuelta de su señor merecieron una sorprendente declaración de bienaventuranza: «Dichosos aquellos a quienes el amo encuentre vigilantes cuando llegue»; y asistieron con asombro a la reacción de su amo, que se ponía un delantal, les invitaba a sentarse y les servía él mismo la cena (Lc 12,35-40). Permanecer y esperar se convertían en el mejor modo de expresar fidelidad.
También él supo resistir y mantenerse en vela a lo largo de aquella larga noche que había comenzado cuando Judas salió del Cenáculo (Jn 13,30). La vivió envuelto en las tinieblas de traiciones, detención, juicio, golpes, insultos, negaciones y condena. Estuvo solo, pero se sabía sostenido por su Dueño. Y era un Siervo fiel, capaz esperar en vela hasta la madrugada del Primer día de la semana.
MARCAS DE PRESENCIA
En los Salmos
Si grito invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo;
puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene (Sal 3,2-4).
Yo, por mi rectitud, veré tu rostro,
al despertar me saciaré de tu semblante (Sal 17,15).
De noche pronuncio tu nombre, Señor,
y, velando, tu voluntad.
A media noche me levanto para darte gracias
por tus justos mandamientos (Sal 119,55.62).
En los Padres de la Iglesia
Se fatigó (cf. Jn 4,6), pero es el reposo de los cansados y agobiados (cf. Mt 11,28). Cayó rendido por el sueño (cf. Mc 4,38), pero se hace ligero sobre el mar, da órdenes a los vientos y, cuando Pedro se hunde en las aguas, lo levanta (cf. Mc 4,39) (San Gregorio Nacianceno, Discurso teológico 29,20).
En la poesía
Preguntado acerca del papel del sueño en su poesía, Tomas Tranströmer contestó:
Un poema no es otra cosa que un sueño que yo realizo en la vigilia.
El sueño y el poema vienen de la misma persona.
Tienen algunas leyes compartidas.
Tengo una relación de mucho amor con el sueño.
Me voy a la cama como si fuese a una fiesta.
Tranströmer sufrió una hemiplejia en 1990. Desde entonces y hasta el momento de su muerte no pudo volver a hablar. Sobrecoge que, dieciséis años antes del suceso, escribiera:
Entonces llega el derrame cerebral: parálisis en el lado derecho con afasia. Pero la música permanece, sigue componiendo en su propio estilo.
El poeta, que también fue un excelente músico, explicó que estos versos fueron transcripción exacta de un sueño que tuvo. Y, quizá para obedecer al sueño, después de la hemiplejia compuso sinfonías para su mano izquierda.
INVITACIONES
• En los evangelios descubrimos diferentes tipos de estar dormidos: el que nace de la confianza en Dios y de saber que no todo depende de nuestros esfuerzos (como Jesús en la barca durante la tormenta) y los que salen de abandonar a quien está vigilante (como los discípulos en el huerto de Getsemaní). ¿En qué momentos has experimentado estas dos formas de dormir y cómo las has vivido con posterioridad?
• ¿Cómo conciliar estos dos elementos necesarios para la vida creyente: sueño (oración) y vigilancia (compromiso), María y Marta, confianza y esfuerzo? ¿Dónde consideras que debes hacer más hincapié en tu caso?
• ¿Cómo continuarías una parábola que comenzase: «El reino de los cielos se parece a una persona que está durmiendo plácidamente...»?
• ¿Cuántas noches sin dormir recuerdas? ¿A qué se debió? ¿Sentiste la presencia de Dios en tu vida? ¿Qué te enseñaron?
• En el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra «durmiente» es el madero colocado horizontalmente, sobre todo en los barcos, y sobre el cual se apoyan otros, horizontales y verticales. ¿Cuáles crees que serían los «durmientes» de Jesús, aquellos sobre los que se sustentaba todo lo demás y le permitían vivir en paz y descansar con tranquilidad? ¿Cuáles son tus durmientes?