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Sus aspiraciones van más allá del dinero

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Mientras el emprendedor/pyme buscaba la riqueza y el bienestar material, las nuevas generaciones de emprendedores buscan su realización personal, su identidad, el sentido de la vida que lo diferencie de la masa, que le permita el día de mañana caminar con su hijo por la calle y decirle eso que vez ahí, lo hice yo.

Desean además dejar una marca en la vida, como lo hacían los pioneros en el viejo oeste norteamericano, que estampaban su nombre en las rocas, para hacer saber que habían estado en ese lugar y habían contribuido al desarrollo de su país.

¿Por qué cometer los mismos errores si hay tanto nuevos errores por cometer? Claro, pero como decíamos, cometer errores inteligentes y no negligentes.

Los nuevos emprendedores enseñan que determinar un alto nivel de objetivos constituye el primer paso para convertir lo invisible en visible, que son los cimientos de todo éxito en la vida. Es como si una inteligencia infinita llenara cualquier molde que se crea, usando como fuerza modeladora los propios pensamientos y emociones. Así lo dice una parte de este verso de Claude Bernard (1813-1878), fisiólogo francés: “Si piensas que estás vencido, lo estás; si piensas que no te atreves, no lo harás; si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes, no lo lograrás; si piensas que perderás, ya has perdido; porque en el mundo encontrarás que el éxito empieza con la voluntad del hombre.”

Gente como Bernard enseñan que se puede soñar en grande. En vez de colocar nuestras experiencias en un dedal, hay que ponerlas en un tonel gigantesco. Hacer una obra maestra y no interpretar la vida a través de las pinturas de los demás.

“Si no puedes ser autopista, sé una senda; Si no puedes ser el Sol, sé una estrella. No es el tamaño el que dirá tu éxito o fracaso; pero sé el mejor de lo que puedas ser”, decía el poeta estadounidense Douglas Malloch (1877-1938)

La acción emprendedora nace con un sentimiento de insatisfacción de la persona, principalmente con lo que le está pasando en su carrera profesional. Un sentimiento de frustración y disgusto que, en algunos casos, no lo deja dormir y lo torna irritable. Nace el deseo de dejar un testimonio en la vida, algo que lo sustente en el futuro, una razón para sentirse importante.

Comienza así la búsqueda de algún producto o servicio que pueda generar el desarrollo de un nuevo negocio, que solucione el problema a un consumidor siempre en la búsqueda de nuevas cosas. En este sentido, hay que tener presentes los grandes éxitos desarrollados en los últimos años por emprendedores en las áreas de la biomedicina, servicios, telecomunicaciones, computación y otros, que estuvieron dispuestos a asumir riesgos, endeudarse financieramente, hacerse de responsabilidades para las que no se habían preparado ni se las habían enseñado en la universidad, desarrollar planes de negocios, dejar sus trabajos seguros y comprometer a la familia en proyectos considerados por muchos como riesgosos y poco probables de tener éxito.

En síntesis el entrepreneur ship o desarrollo emprendedor, es una actitud positiva hacia la gestación de negocios y constituye una tecnología que se puede aprender, para romper con el paradigma clásico que dice que se nace bueno para los negocios.

La mentalidad del empresario moderno se modifica actualizándose. Ya no existe aquel heroico empresario del pasado que todo lo enfrentaba con temeridad, incluso con sacrificios de todo orden, con el único afán de vencer la adversidad.

El empresario explota nichos tradicionales y construye grandes proyectos a través de empresas, delega su administración en subordinados, gerentes, empleados, estructuras y procesos, mientras el entrepreneur es poseedor de una aguda sensibilidad económica para identificar oportunidades nuevas de mercado, verdaderos nichos de sintonía fina, busca atender al consumidor en sus deseos de nuevos productos y/o servicios para, de este modo, satisfacer su realización personal y profesional. Para un emprendedor, un buen negocio es aquel que satisface al consumidor y también a él mismo.

Como los grandes nichos de mercado ya están ocupados, ha surgido este nuevo empresario, el empresario del siglo XXI, el entrepreneur, capaz de descubrir los nuevos espacios que surgen en la sociedad postindustrial en que vivimos.

El entrepreneur se constituye en el responsable del cambio social porque genera nuevos empleos, origina nuevas tecnologías para hacer más fácil la vida en comunidad y, también, entre otras cosas, colabora en el desarrollo de nuevas drogas y dispositivos medicinales que curarán muchas enfermedades. Pero por sobre todo, ser entrepreneur constituye una nueva actitud de positivismo que requiere el mundo latino para enfrentar las grandes oportunidades que ofrece el mercado. Ejemplo: Mi nuevo teléfono inteligente es un objeto que me presta mucha utilidad y creo haber pagado US$ 20 por su carcasa y teclado, unos US$ 50 más por sus aplicaciones y unos US$ 500 por su intelecto.

“Es hora de no condenarse a un cuentapropismo vegetativo o a un destino gris en cargos que, lejos de apasionarnos, nos hagan morir de a poco en grageas de ocho horas diarias”, afirma Gerardo Saporosi, ingeniero y entrepreneur argentino. Cuentapropista es un argentinismo aceptado por el Diccionario de la Lengua Española con el significado de persona que, sin ser comerciante o profesional, vive de su propio negocio.

Lo que un emprendedor moderno graba en el subconsciente está programado para tornarse realidad física. El pensamiento da la orden y el subconsciente cumple. Por este motivo, el emprendedor es el resultado del subconsciente que lo acepta como verdadero, lo que lo lleva a mover el cielo y la tierra para realizarlo. El emprendedor que tuvo sueños en otros tiempos y que le parecían improbables, hoy pueden ser realidad en sus vidas.

Para realizar un sueño, el emprendedor debe despertar a su gigante interior y crear una fuerte convicción y no sólo una tenue esperanza. Si el emprendedor tiene una convicción, su idea surgirá a cada instante, electro-magnetizada y esa fuerza emocional sensibilizará al subconsciente para que actúe y concrete ese deseo.

Para un emprendedor moderno, la vida es una fiesta de brazos abiertos que lo acoge afectuosamente y le ofrece oportunidades. Eso es vivir el mundo de los sueños que ellos se encargan de convertirlos en realidad. Por lo tanto, para realizar un proyecto se requiere soñar y, luego, utilizar los medios ciertos para conseguir esos objetivos.

El emprendedor es único, y es consecuencia de una serie de circunstancias que desgraciadamente suele olvidar. Es creativo, iluminado, advierte las necesidades de la sociedad y las satisface, se adelanta a los cambios, se sobrepone al desaliento, no le teme a la fatiga, es voluntarioso y al temor lo conjura con osadía y entereza. Y precisamente, en esta suma de virtudes podría estar su debilidad: las capacidades y talentos se desarrollan únicamente mediante el estudio y el empeño metódico, concentrado y perseverante, que no se transfieren a los hijos, por el hecho simple de la procreación y el nacimiento. Los talentos hay que desarrollarlos y a mayor abundamiento de ellos, mayores sacrificios. ¿Los hijos de las mujeres y los hombres exitosos están siempre dispuestos a las privaciones cuando lo tienen todo?

Padre rico, hijo flojo, nieto pobre

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