Читать книгу En vivo y en directo - Fernando Vivas Sabroso - Страница 7
Sobre la segunda edición
ОглавлениеNo han pasado muchos años —apenas siete— desde la primera edición, pero sí ha pasado el más grande ampay de la precaria industria televisiva: la difusión de los vladivideos que provocó un trauma general en el gremio y una profunda desconfianza del público que ha afectado, irónicamente, más a la ficción que a la noticia. Además, hubo mucha telenovela corta y miniserie larga, remedo, bronca, homenaje forzado, reporte duro y reality amañado.
A todo eso he pasado revista, deteniéndome rápidamente para no perder el ritmo acelerado, en algunos programas y en los monstruos que los animan. El empleo de este término no es injuriante, es asombro ante la capacidad dramática y la chispa de sus estrellas, y es también solidaridad con la masa que desconfía y empieza a dar señales de capacidad organizativa para reclamar reformas de contenido.
Verán, pues, que mi acercamiento al aparato es ambivalente como las mejores horas de nuestra tele, y que más que una proximidad ocasional es un seguimiento constante a la pantalla, que desde noviembre del 2003, tras dejar la revista Caretas, lo he continuado, en El Comercio. En el diario, el intenso ritmo me hizo reducir mi paseo por el medio pero incrementé mis entregas, a tres y hasta cinco columnas semanales. Por eso, para el capítulo 9 aumentado en esta segunda edición, más que observaciones in situ y entrevistas en persona, abundan llamadas telefónicas a amigos de la pantalla y amables figuras de esta. La memoria del medio suele ser frágil e imprecisa, pero la disposición para contribuir a un recuento y reflexión histórica es grande. (Eso sí, no puede ser del todo reconocida pues algunas revelaciones de los últimos años se deben a fuentes que no pueden ser citadas. Por esa razón, hacia el final del libro hay muy pocas notas a pie de página.).
A nadie escapará que la principal razón para reeditar hoy este libro es que la televisión peruana cumple sus bodas de oro. A la vez que aprovechar la efemérides para ganar la atención de los lectores, quiero contribuir a que se reconozcan hitos, tradiciones, manías, perversiones, picos creativos, que se suman a los descritos en la primera edición. A los nuevos lectores les digo que aunque algo encontrarán de referencias de rating, líos societarios, casos judiciales y la compleja relación de la televisión con otros poderes, esta es una historia escrita desde los contenidos de la pantalla. Esa es la sustancia y no podría ser otra para un crítico de televisión cercano a cumplir veinte años en el oficio y algunos más como crítico de cine.
A la nueva historia antecede una revisión de lo escrito en la primera edición, sin cambiar su contenido. Apenas he corregido algunas erratas, resuelto algunas imprecisiones, reagrupado capítulos y procurado nuevas fotos, que se reúnen en cuatro cuadernillos en un nuevo formato bien ejecutado por los profesionales del Fondo Editorial de la Universidad de Lima, a quienes agradezco su paciencia y rigor al volver sobre terreno conocido.
A diferencia de las páginas que lo preceden, el capítulo aumentado “Hacia las bodas de oro”, ofrece algo menos de información sobre cada programa. La razón es práctica: en los años recientes la Internet abunda en entradas sobre espacios y personajes. Fuera de las miles de entradas a foros y blogs de poca confiabilidad como fuente, hay notas periodísticas con mayor rigor que las viejas secciones de espectáculos, y está el informativo periódico de la asociación Valores Humanos, que más que ponderarlos manifiesta su rechazo moral a contenidos de la tele, pero es acucioso al registrar los datos básicos y describir cada edición. También uno se topa con entradas específicas en dos grandes bases de datos universales que registran algunos títulos y nombres de la televisión peruana: el muy organizado International Movie Data Base y la muy irregular Wikipedia que tiene algunas sorpresas de exhaustividad.
Reitero una advertencia obligada: esta no es ni en rigor ni en justicia una historia de la televisión peruana, porque todo está visto desde Lima. Tampoco exploro las redes y cadenas alternativas. Pero me atrevo a usar en el título la referencia del Perú pues mucho de lo que se hace en Lima tiene difusión nacional. Qué tanto tiene de placer o de malestar, de provechoso o de perverso, ustedes podrán juzgarlo, espero, con la ayuda de estas páginas.