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PRÓLOGO

Soy profesor de ecología de la conducta en la Universidad de Telemark, en Bø, Noruega. Mi investigación principalmente abarca la comunicación química en los mamíferos; mi fascinación por los perros se inició a los doce años, cuando mi hermano gemelo Terje y yo tuvimos nuestro primer perro, Tinka, un pastor de Shetland. Ya a esa edad, empecé a observar cómo los mamíferos se comunican entre ellos a través del uso de sustancias odorantes, y así se despertó mi interés. El primer título académico que obtuve fue en ingeniería química (1988-1991), pero lo que más me fascinaba era el comportamiento de los animales y decidí especializarme en ecología del comportamiento químico. Fina-licé mi doctorado en 2002 y me convertí en profesor de esta materia cinco años después. Durante veinte años, he investigado y he impartido clases sobre la comunicación basada en el olor de muchas especies distintas de mamíferos, incluyendo el castor, el oso pardo, la marmota de vientre amarillo y el tejón europeo.

Nací y me crié en Halden, en el condado de Østfold, Noruega. Mi investigación se ha centrado sobre todo en el castor, desde que observé el primero el 21 de julio de 1990, el día antes de cumplir veintiún años. Después de eso, Tinka se convirtió en mi fiel compañero en las frecuentes excursiones para observar castores y, a partir del otoño de 2008, amplié el foco de atención de mi investigación a los perros. He disfrutado muchísimo con todos los perros con los que he convivido, tanto en Halden como más tarde en Bø, en Telemark. Tinka 1 y los border collies Tinka 2, Tapio, Shib, Tapas y Chilli usaron ávidamente su olfato, marcaron «en todas partes», salieron corriendo tras perras en celo, se revolcaron sobre heces y olfatearon las caras, los traseros y las marcas de olor de otros perros. A menudo he observado este comportamiento con interés y asombro y, de vez en cuando, con irritación.

El perro ha sido el «mejor amigo» del hombre desde hace entre 11.000 y 33.000 años y, en siglos más recientes, ha sido empleado para muchos más propósitos que exclusivamente el de un amigo. Este libro habla sobre cómo hemos utilizado el olfato de los perros y les hemos asignado numerosas tareas distintas. Todos hemos oído hablar de los perros de caza; las organizaciones de búsqueda y rescate usan perros para encontrar personas desaparecidas, las autoridades aduaneras cuentan con sus propios perros para detectar narcóticos, dinero y otras mercancías de contrabando con el olfato, mientras que los perros policía están entrenados para encontrar armas, sangre y semen. El ejército emplea perros adiestrados para buscar bombas, minas y otros explosivos, mientras que los canes de las autoridades para el control de plagas se han especializado en detectar hormigas carpinteras, ratas, ratones y chinches. Miles de perros nos protegen de criminales, contrabandistas, terroristas y pirómanos. También se emplean para encontrar por el olor especies de animales o plantas no autóctonos o en peligro de extinción, para localizar contaminantes, así como para detectar diabetes y diferentes tipos de cáncer en una fase muy temprana. Estos son solo algunos de los temas que se tratarán en este libro. También hablaré de los perros «multiuso;» Demi y Andrea; la perra de la tienda de vinos y licores Tutta; AJ, el buscador de mascotas; el perro de rescate Barry; el perro de caza Balder; los perros policía Rasko, Trixxi y Kaos; los perros rastreadores de aduanas Rossie, Dusty y Harvey; la perra militar Lisa; los perros de detección de cáncer Jack y Kaktus; las perras detectoras de diabetes Shirley y Nemi; el perro rastreador de tortugas Ridley; el Lundehund Frøya; el perro detector de excrementos de ballena asesina Tucker; los perros rastreadores de castores Mie, Shib y Tapas; los perros detectores de escarabajos de abeto Meja y Aska; la perra detectora de la podredumbre Cleo; la perra inspectora de edificios Luna; los perros buscadores de trufas Lello, Louise y Kokkos; la perra viticultora Miss Louisa Belle; los perros especializados en vertidos de petróleo Jippi y Tara; el perro detector de embarazos Elvis; los perros rastreadores de heces humanas Sable y Logan, y el perro rastreador de pelotas de golf Goya.

Me gustaría dar las gracias a todas las personas que han contribuido con fotografías, trucos y consejos, las que me han aceptado como visitante y las que han leído y comentado el contenido del libro. Un agradecimiento especial para Ole K. Auten (capítulos 7 y 9), Terje Groth Berntsen (capítulos 1 y 2), Dag K. Bjerketvedt (capítulos 10-12), Susan Bulanda (capítulos 5 y 6), Turid Buvik (capítulo 10), Olav Inge Edvardsen (capítulo 11), Birgit Espedalen (capítulos 10-12), Rune Fjellanger (capítulos 1, 9 y 12), Asbjørn Grande (capítulos 7-9), Claire Guest (capítulo 10), Monica Hagerup (capítulo 5), Inger Hanssen-Bauer (capítulo 6), Anne Hermansen (capítulos 1-3, 7 y 8), György Horvath (capítulo 10), Tadeusz Jezierski (capítulo 7), Kai Iversen (capítulo 7), Per Tore Iversen (capítulo 5), Imke Jürgens (capítulos 10–12), Jon Einar Karlsen (capítulo 7), Kristin Killingmo (capítulo 13), Rolf von Krogh (capítulo 8), Torun Knapperholen (capítulo 8), Marcia Koenig (capítulo 7), Tor Iljar (capítulo 12), Anne Molia (capítulo 13), Howard Parker (capítulo 6), Kåre Vidar Pedersen (capítulo 6), Paola A. Prada (capítulo 3), Ole Reitan (capítulos 3–6 y 11), Christain A. Robstad (capítulo 11), Gary S. Settles (capítulo 2), Knut Skår (capítulo 5), Cato Sletten (capítulo 12), Monica Alterskjær Sundset (capítulo 1), Siri Stedje (capítulo 10), Bjørn G. Steen (todo el libro), Øyvind Steifetten (capítulos 10 y 11), Thor Svendsen (capítulo 8), Per Arne Sødal (capítulo 7), Mona Sæbø (capítulo 1), Helga Veronica Tinnesand (capítulos 10 y 11), Torun Thomassen (capítulos 1–3), Silje Vang (capítulo 6), Vidar Vestreng (capítulo 8), Andreas Zedrosser (capítulos 10 y 11) y Frode Ødegaard (capítulo 12). Asimismo, quiero expresar mi gratitud al personal de la biblioteca de la Universidad de Telemark en Bø por procurarme incontables libros, informes y artículos científicos sobre perros, y a Dean Tone Jøran Oredalen, que ha apoyado mi proyecto sobre los perros desde el principio. Deseo dedicar un agradecimiento especial a Tor Iljar de Dogpoint por un proyecto canino muy instructivo y a mi alumna de doctorado Hannah B. Cross, a la estudiante del máster Christin Beate Johnsen y al amante de los perros Beate Jaspers por sus fantásticos esfuerzos durante todas nuestras sesiones de entrenamiento de perros. Otro agradecimiento especial para el editor de Gyldendal Sakprosa, Bjørn Olav Jahr, por sus numerosos comenta-rios constructivos y el gran esfuerzo que ha dedicado a la publicación de este libro.


Foto: Frank Rosell

Y, por último, debo agradecer a Frid Elisabeth Berge e Yrja Skjærum su paciencia y apoyo mientras he trabajado en este proyecto.

Espero que la lectura de este libro te ofrezca una visión más profunda del extraordinario universo olfativo canino.

¡Disfruta el libro!

Bø, Telemark, 16 de septiembre de 2014

Frank Rosell

Un olfato para todo

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