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ОглавлениеINTRODUCCIÓN
Entre los médicos antiguos Galeno ocupa un puesto singular por varias razones: por su inmensa producción científica, por el sistema médico que propugnó y que durante siglos fue la base de la enseñanza médica y por su propensión a informar detalladamente a sus lectores acerca de su persona y de su obra. La obra de Galeno es de carácter enciclopédico. Abarca prácticamente todas las ramas de la medicina e incluye la lógica, la filosofía y la filología. Precisamente su prolijidad como escritor es uno de los factores que explican la enorme influencia que ejerció tanto en el mundo bizantino y en el Oriente árabe como en la Edad Media occidental.
En las últimas décadas el interés por Galeno ha abandonado un tanto la perspectiva médica para centrarse en aspectos menos conocidos de su doctrina, especialmente su práctica clínica, su epistemología y su concepción religiosa y filosófica. Los estudiosos tratan ahora de conocer mejor la biografía del médico de Pérgamo, a sus contemporáneos y las prácticas médicas del momento, con el fin de situarle adecuadamente en la sociedad y en el contexto histórico y cultural en el que desarrolló su actividad científica e intelectual 1 . A este renovado interés por la figura de Galeno responde la traducción de los tratados que aquí se ofrece.
El presente volumen reúne diversas obras de Galeno de carácter variopinto que tienen, sin embargo, en común el hecho de no ser escritos técnicos de medicina, sino tratados de carácter deontológico, doxográfico, biográfico y filosófico. La Exhortación a la medicina, Que el mejor médico es también filósofo y Sobre las escuelas de medicina se centran en la concepción que Galeno tenía del médico y la medicina y abogan por una estrecha conexión entre la educación, la práctica y la virtud y por la defensa de la libertad intelectual. Los tratados Sobre mis libros, Sobre el orden de mis libros y Sobre el pronóstico son de corte autobiográfico. En ellos encontramos abundantes noticias sobre acontecimientos y experiencias personales que abarcan desde la juventud de Galeno hasta su vejez y que nos permiten tanto reconstruir su vida y su carrera médica como valorar la posición y renombre que alcanzó en la sociedad de su tiempo. Los escritos Sobre mis propias opiniones y Sobre la mejor doctrina ayudan a entender el sistema filosófico de Galeno y a interpretar en una nueva dimensión su eclecticismo y sincretismo filosófico. Finalmente, Sobre los sofismas del lenguaje refleja el interés del médico de Pérgamo por la lógica, el lenguaje y la necesidad de precisión terminológica.
Que Galeno era muy proclive a dar información sobre su propia vida se deja ver claramente en los tratados traducidos en este volumen. La información que nos ofrece sobre su vida y su entorno da pie a hacer en estas páginas introductorias dos tipos de consideraciones: 1, hasta qué punto la imagen que Galeno transmite de sí corresponde a la realidad; y 2, su relación con el movimiento cultural de la Segunda Sofística.
Comenzando por el primer punto, hay que decir que Galeno se presenta a sí mismo como un médico sobresaliente en su época y muy superior a sus colegas. Pero esta imagen parece a primera vista difícilmente conciliable con la opinión que sus contemporáneos pudieron haberse formado de él, sobre todo a la luz de la escasez de referencias al médico de Pérgamo por parte de escritores de su época. Esto y el total silencio que sobre él y sus avances guardan los médicos latinos anteriores al S. V d. C. han hecho que John Scarborough pusiese en duda la reputación de Galeno en su época y en los años posteriores aduciendo que tales datos indicarían que no desempeñó un papel determinante en la mitad latina del Imperio Romano tanto como en el Oriente griego y que el triunfo de Galeno entre sus coetáneos fue reconocido sólo gradualmente y no enteramente aceptado hasta mediados del s. IV d. C., es decir, más de cien años después de su muerte 2 acaecida con seguridad después del año 204 3 . Concretamente, Oribasio es el primer autor griego que hace ‘uso’ de los escritos de Galeno, cuando ca . 360 d. C. acompañó al emperador Juliano a Galia como médico de cabecera y bibliotecario y allí compiló a instancias del emperador un epítome de las obras de Galeno en su Sinopsis médica 4 .
En vano buscamos en otras fuentes contemporáneas a Galeno una referencia a él, pero el silencio más significativo es el del emperador Marco Aurelio, que habiendo sido paciente de Galeno en ningún momento lo menciona en sus Meditaciones , una obra que contiene varios pasajes referidos a la medicina. Fuera del corpus galénico, la única mención al médico de Pérgamo es el elogio que le dedica Ateneo en el prefacio del Banquete de los eruditos I 2e, en donde se dice: «Galeno ha publicado más obras de filosofía y medicina que ninguno de sus predecesores». Pero Scarborough 5 sostiene que este encomio procedería de un interpolador bizantino, ya que el prefacio del Banquete de los eruditos es un epítome elaborado en torno al año 1000 —la época del léxico de la Suda —. También resulta llamativo que Eusebio, en su Historia eclesiástica V 28, 13-14, presente a Galeno sólo como filósofo y crítico textual y nunca como médico 6 .
Esta tesis sobre la escasa fama de Galeno entre sus contemporáneos ha sido rebatida por Vivian Nutton 7 , quien, gracias principalmente al testimonio de Alejandro de Afrodisias y de ciertos papiros ha demostrado que la alta estima en la que Galeno tenía sus logros y la imagen que nos transmite de sí mismo como un médico destacado entre sus contemporáneos y sucesores en conocimiento y lucidez no es producto del autoengaño de un ególatra o de la fantasía de escritores griegos tardíos, sino que tiene su origen en opiniones contemporáneas. Y de ellas se deduce que Galeno era un hombre enormemente reconocido en las disciplinas filosófica y médica, al menos en el mundo griego.
En cuanto a la relación de Galeno con la Segunda Sofística, hay que señalar que Galeno dedicó doce años exclusivamente a su formación médica y ello gracias a los medios económicos y materiales que su padre Nicón puso a su disposición. El acceso a la mejor educación —en diversas escuelas médicas y filosóficas y en lugares tan distantes como Roma, Alejandría o Asia Menor— es uno de los principales argumentos esgrimidos por la crítica moderna 8 para subrayar la posición singular de Galeno frente a la mayoría de sus colegas médicos y su dependencia de la tradición cultural cultivada por los representantes de la Segunda Sofística. En favor de esa dependencia intelectual cuentan otros factores como son la pertenencia a una clase privilegiada de la sociedad, los debates mantenidos con filósofos de diferentes escuelas o las demostraciones anatómicas públicas que llevó a cabo y a las que acudían representantes de la vida política e intelectual de Roma.
Es mérito de Jutta Kollesch 9 el haber intentado contextualizar las noticias que tenemos sobre la biografía de Galeno en el ámbito de la Segunda Sofística 10 . En relación con este movimiento cultural y literario se pone, por ejemplo, la actividad literaria de Galeno y sus intereses no sólo médicos, sino también filosóficos y filológicos, si bien hay que subrayar que desde el punto de vista estilístico el griego utilizado por nuestro autor buscaba ante todo la claridad de expresión (saphḗneia) y se distanciaba de las sutilezas lingüísticas propias de los sofistas y de su aticismo exagerado 11 .
Galeno comparte asimismo con los representantes de la Segunda Sofística su afán por hacer carrera. Esta ambición le llevó a Roma, ya que, aunque en Sobre la facultad de los medicamentos purgantes 2, asegura que su elección por la capital imperial se debe a que su enorme población le ofrecía un interesante campo de trabajo en medicina, allí podía conocer a personas de enorme influencia política, afirmar su posición frente a los otros médicos y ganarse un puesto apetecible y prestigioso en la sociedad 12 . En varios pasajes de Sobre el pronóstico 13 Galeno cuenta lo arduo que era para un médico hacerse un nombre en Roma. Él logró tan difícil objetivo en poco tiempo gracias a la protección que recibió de su compatriota y maestro Eudemo, el cual se puso en sus manos con motivo de una enfermedad y le ensalzó después entre todos sus conocidos. De este modo tuvo acceso a las clases más altas de la sociedad romana, cónsules, senadores y emperadores.
Con todo, la relación de Galeno con las personalidades más influyentes de su tiempo fue principalmente de tipo médico. A diferencia de los sofistas, Galeno nunca ocupó un puesto público y, aunque pertenecía a una familia de la alta sociedad de Pérgamo cuya fortuna le permitió llevar una vida desahogada y hasta proporcionar ocasionalmente ayuda a sus colegas necesitados 14 , lo cierto es que no procedía de la más rica aristocracia de Pérgamo ni hizo nunca donativos generosos a su ciudad natal, como sí era costumbre entre los sofistas.
Galeno se distancia de la Segunda Sofística sobre todo en su relación con la tradición, y en especial con Hipócrates 15 : la medicina hipocrática no desempeña para Galeno ningún papel, por ejemplo, en su concepción patológicohumoral. Por ello, la reivindicación del médico de Cos y el intento de consensuar las opiniones de aquél con las suyas propias sólo se explica por su sensibilidad hacia una tradición histórica que le enseñó a ver en Hipócrates el fundador de la medicina científica. Galeno nunca se vio a sí mismo como un innovador, sino, antes bien, como un continuador de la tradición médica hipocrática y helenística. Ello le convierte a menudo en historiador y doxógrafo de las doctrinas médicas y filosóficas y, aunque a menudo distorsiona el pensamiento de sus adversarios y lo interpreta de manera tendenciosa —especialmente el de los médicos contemporáneos, a los que nunca menciona, excepto para rebajarles, subrayar sus errores y ocasionalmente ofrecerles consejo—, su papel en la transmisión del conocimiento médico es determinante.
1 Cf. A. DEBRU , «Galen», en Le Savoir Grec: Dictionnaire critique , París, 1996 (cito por la versión inglesa de esta obra: J. BRUNSCHWIG , G. E. R. LLOYD [eds.], Greek thought. A guide to classical knowledge , Londres, 2000, págs. 618-630, en esp. 628). Hay también traducción española: El saber griego. Diccionario crítico , Madrid, 2000.
2 J. SCARBOROUGH , «The Galenic Question», Sudhoffs Archiv 65 (1981), 1-31, en esp. págs. 18-21.
3 Cf. V. NUTTON , «Galen ad multos annos», Dynamis 15 (1995), 25-39, para los argumentos en favor de esta fecha, que podría posponerse hasta el año 216.
4 Epítome que todavía estuvo a disposición del patriarca FOCIO (cf. Biblioteca , cod. 216), pero que hoy se ha perdido.
5 «The Galenic Question», cit., pág. 20.
6 La razón, según J. SCARBOROUGH , «The Galenic Question», cit ., pág. 17, está en que sus teorías sobre los humores, los elementos, las cualidades, las tres partes del alma y los pneúmata se basan ampliamente en Platón, Aristóteles y Posidonio y a que Galeno utiliza para exponerlas la terminología técnica de esos filósofos. R. WALZER , Galen on Jews and Christians , Oxford, 1944, 1949, págs. 75 sigs., recuerda que EUSEBIO , Historia eclesiástica V 28, 7 insiste en el carácter eminentemente filosófico de la obra de Galeno al responsabilizarle en parte de los orígenes de la herejía teodotiana.
7 V. NUTTON , «Galen in the eyes of his contemporaries», Bulletin of the History of Medicine 58 (1984), 315-324 (reproducido con la misma paginación en V. NUTTON [ed.], From Democedes to Harvey. Studies in the History of Medicine , Londres, 1988).
8 Desde G. W. BOWERSOCK , Greek Sophists in the Roman Empire , Oxford, 1969, en esp. págs. 59-75, hasta los más recientes trabajos de J. SCARBOROUGH , «On Ballester’s Galen: An extended review», Episteme 1 (1975), 23, n. 9, y V. NUTTON (ed.), Galeni De Praecognitione. Galen On Prognosis (Corpus Medicorum Graecorum V 8, 1), Berlín, 1979, en su comentario a Sobre el pronóstico, passim .
9 J. KOLLESCH , «Galen und die Zweite Sophistik», en V. NUTTON (ed.), Galen: Problems and Prospects. A collection of papers submitted at the 1979 Cambridge Conference , Londres, 1981, págs. 1-11.
10 Recientemente ha reexaminado el asunto H. VON STADEN , «Galen and the ‘Second Sophistic’», en R. SORABJI (ed.), Aristotle and after , Londres, 1997, págs. 33-54, cuyo punto de partida es el análisis del lenguaje técnico utilizado por Galeno para describir sus demostraciones anatómicas públicas.
11 Para el problema del aticismo en Galeno, cf. I. VON MÜLLER , «Galen als Philologe», Verhandlung der 41. Versammlung deutscher Philologen und Schulmänner, München, 1891 , Leipzig, 1892, págs. 80-91, en esp. págs. 85 sigs.; B. P. REARDON , Courants littéraires grecs des IIe et IIIe siècles après J. C. , París, 1971, págs. 62 y 88 y V. NUTTON (ed.), Galeni De Praecognitione , cit., págs. 61 sigs.
12 Cf. J. KOLLESCH , «Galen und die Zweite Sophistik», cit., pág. 6.
13 Corpus Medicorum Graecorum V 8, 1: 68, 3-72, 12; 92, 23-26.
14 Cf. M. MEYERHOF , «Autobiographische Bruchstücke Galens aus arabischen Quellen», Sudhoffs Archiv für die Geschichte der Medizin 22 (1929), 72-86, en esp. pág. 84.
15 Cf. J. KOLLESCH , «Galen und die Zweite Sophistik», cit., págs. 8-9, y sobre todo G. HARIG , J. KOLLESCH , «Galen und Hippokrates», en L. BOURGEY , J. JOUANNA (eds.), La collection hippocratique et son rôle dans la l’histoire de la médecine. Colloque de Strasbourg (23-27 octobre 1972) , Leiden, 1975, págs. 257-274.