Читать книгу El último genio del siglo XX. Yuri Knórosov - Galina Ershova - Страница 4
ОглавлениеCAPÍTULO I
Genes del genio
En la ciudad de Sevsk posaban al cochino a cierta altura sobre la viga de un gallinero diciéndole: ¡agárrate, agárrate! La gallina tiene solo dos patas y no se cae...
Proverbio ruso
El norte de Rusia. Los comerciantes de la familia Makárov: La madre
El norte de Rusia ocupa un lugar particular en el mapa del país. Durante cientos de años, las personas que buscaban la libertad y salvar su antigua fe, se escondían aquí de la autoridad y del hostigamiento por parte de la Iglesia. En estos lugares exiliaban a la gente que estaba disgustada con las autoridades. Pero precisamente era aquí donde comenzaba siempre el renacimiento del país. La gente peculiar del norte de Rusia es la fusión de los rusos que vinieron de otras regiones con los múltiples pueblos nórdicos, tales como los komi, los fineses, los carelios, los saami, los vepsios, los chudi… Justamente ellos fueron los que construyeron la flota rusa, levantaron una nueva capital entre los pantanos –Petersburgo–, abrieron el camino hacia Europa, llegaron hasta América, le regalaron a Rusia a Mijaíl Lomonósov, fundador de la ciencia rusa, y finalmente crearon la industria que convirtió al país en una potencia mundial.
Los cuentos místicos y las leyendas del norte son un tema muy especial en la literatura rusa. Los maravillosos cuentos de hadas de los chudi inspiraban a los escritores Vladimir Odóyevski, Alexandr Blok, Serguei Esenin, Pavel Bazhóv... No es de sorprender que incluso el Ded Moroz o Abuelo Frío (Papá Noel para los occidentales) haya resultado ser habitante de la ciudad de Velikiy Ústiug.
Precisamente en el norte de Rusia, en Velikiy Ústiug, de la provincia del Vólogda, encontramos en los archivos los nombres de los antepasados de Yuri Knórosov por la línea materna: una familia humilde de comerciantes, los Makárov.
La historia de Velikiy Ústiug se remonta al siglo xiii, cuando la ciudad se menciona por primera vez en las crónicas históricas. En aquel momento las vanguardias del principado de Rostovo-Súzdalski habían llegado a las tierras de las tribus ugrofinesas. Estas construyeron fortificaciones cerca de la desembocadura del río Yug, en la orilla alta del río Sujona (afluente del Dviná del Norte, que enlazaba esa parte de Rusia con el mar Blanco). En el siglo xiv, la ciudad era el bastión de los príncipes moscovitas en la lucha contra el poderoso Nóvgorod. Dos siglos después, esta ciudad se volvió un gran centro de comercio y de oficios prósperos. Los cristianos antiguos ortodoxos contribuían considerablemente a eso. Desde aquel tiempo, Ústiug se volvió grande.
Hoy en día nadie podría decir de dónde apareció el comerciante Serguei Makárov en Velikiy Ústiug. Pero por alguna razón hasta ahora los descendientes recuerdan obstinadamente que Makárov vino de algún lugar del norte –del puerto de Arjanguelsk (Arcángel), subiendo por el mismo Dviná del Norte. Llegó abandonando la comunidad de los antiguos ortodoxos, que probablemente era de las corrientes más intransigentes de bespopóvstvo (sin sacerdotes) de Felipe.
Los antiguos ortodoxos son una población peculiar que siempre se ha caracterizado por su firmeza espiritual, por la justicia y por llevar una vida correcta. Así los hizo la vida.
La historia de los antiguos ortodoxos está estrechamente relacionada con la historia del cristianismo ortodoxo ruso y de Rusia misma. La escisión espiritual que surgió en el siglo xvii por las jerarquías eclesiásticas en el momento de la lucha por el poder y que obtuvo el nombre de «la reforma del patriarca Nikon» provocó la tragedia de los millones de habitantes más humildes y trabajadores de Rusia. Es increíble, pero aún ahora en el siglo xxi nosotros de vez en cuando nos enfrentamos con las resonancias de aquellos lejanos acontecimientos dramáticos.
Como es sabido, el cristianismo apareció en nuestra época «con el nacimiento de Jesús» como Iglesia única. Sin embargo, casi de inmediato surgieron dos versiones principales: griega y romana o católica.
El cristianismo de Rusia en el siglo x tenía origen griego y pertenecía a la versión «ortodoxa» o conservadora. Esta versión no permitía revisiones ni en las prácticas religiosas ni en el dogma. Mientras tanto, la versión romana del cristianismo, es decir, el catolicismo, de alguna manera u otra se corregía, adaptándose a la vida real que estaba cambiando con el tiempo y que desde hace mucho no tenía nada que ver con los cultos iniciales ni con la espiritualidad cristiana inicial.
En Rusia, el cristianismo ortodoxo llegó a llamarse «La Iglesia ortodoxa». Se consideraba como la única fe correcta. Durante siete siglos, en el país hubo muchos cambios en el idioma, en las tradiciones y en la vida. No siempre los copistas alfabetizados que vertían el significado del texto de los libros de la Iglesia podían comprender algunos realia del viejo idioma. Por lo tanto, introducían las aclaraciones y las interpretaciones correctas según su punto de vista. Por eso en el siglo xvii formalmente se consideraba que la reforma había sido dirigida «para corregir» los errores surgidos. Es decir, se trataba de la recuperación de la regularidad perdida. De la misma manera se corregían las prácticas religiosas que se desviaban cada vez más de los cánones griegos. Las ideas acerca de la misma regularidad tampoco estaban muy claras. Como solía pasar, detrás de la reforma eclesiástica estaba una política grande y la lucha fuerte por el poder.
Finalmente, resultó que escribir «Iisús» (Jesús) en lugar de «Isús» o usar la imagen de la cruz de los cuatro puntos en lugar de los ocho puntos, así como el llamamiento para santiguarse no con dos sino con tres dedos, llegó a ser motivo suficiente para una profunda escisión de toda la nación, desde los gobernantes hasta los últimos campesinos. Todo comenzó cuando, después de los Concilios de los años 1650 y 1660, muchos jerarcas de la Iglesia estaban contra las transformaciones y los cambios. El prepotente patriarca y sobre todo político Nikon los expulsó de Moscú, desatando las persecuciones y las horrorosas represiones.
Una resistencia fuerte a las innovaciones religiosas tuvo lugar principalmente en el norte de Rusia y en el río Dviná del Norte, que era la principal arteria de transporte de Pomorie, una región histórica del mar Blanco. Desde luego, el centro principal quedaba en el monasterio Solovetski. Los intentos del zar Aleksei Mijailovich de dominar mediante la fuerza a los monjes rebeldes únicamente provocaron la aparición de mártires y la participación amplia de los antiguos creyentes en disturbios callejeros en todo el país. A pesar de que Nikon había sido despojado de su cargo eclesiástico de patriarca y apartado de forma definitiva por el zar, el disgusto entre el pueblo crecía. Todos se quejaban: los comerciantes, los boyardos (nobleza), los arqueros, los campesinos. Rusia defendía desesperadamente no las prácticas religiosas sino la misma fe y las costumbres, la cultura y la dignidad nacional. Luchar contra el ejército y la autoridad era complicado. Por lo tanto, la principal arma era la negación de la misma autoridad y la negación de la Iglesia que le servía.
La extrema y desesperada forma de esta negación llegó a ser la autocremación: las quemas colectivas en Dviná del Norte que comenzaron en 1683, con la aparición de las expediciones punitivas que les quitaba enteramente a los antiguos ortodoxos el pan y el ganado. El inteligente y calculador Pedro el Grande había sido obligado a suavizar su actitud hacia los antiguos ortodoxos. Los miembros de estas comunidades eran mejores artesanos y comerciantes, y eran muy solicitados por el zar-constructor. Por otro lado, al final del gobierno de Pedro el Grande, después de la conspiración y la muerte del príncipe Aleksei, que se sospechaba tenía relación con los antiguos ortodoxos, comenzaron las persecuciones. Debido a ellas las colonias de los antiguos ortodoxos se dispersaron por toda Rusia, incluso dentro y fuera de Siberia y Zabaikalye.
Las llamadas «autoquemas» finalizaron solamente en 1753, llevándose consigo cientos de vidas humanas. En 1762, al asumir su cargo de zarina, Catalina II suspendió las persecuciones e incluso intentó regresar al país a los exiliados mediante un manifiesto especial. Desde este momento a los antiguos ortodoxos se les permitió «reasentarse mediante slobodá especial (barrios libres) donde se mantendrán de acuerdo con las leyes con el doble de la tarifa y tendrán la libertad para inscribirse al campesinado y al comercio. Viviendo en el barrio obtendrán los beneficios durante seis años por diversos impuestos y trabajos». Dos años después apareció una nueva concesión: «aquellos que no se aíslan de la Iglesia ortodoxa y aceptan las ordenanzas de la Iglesia, de los sacerdotes ortodoxos» y solo respetan «por motivo de la superstición» algunas tradiciones viejas que no contradicen a los dogmas «no se ausentan de la Iglesia, no se llaman cismáticos y se liberan del doble de la tarifa». Para el desarrollo de las tierras nuevas, la emperatriz Catalina necesitaba trabajadores buenos, inteligentes, con iniciativa, lúcidos y sobrios. Debido a tal política desapareció la confrontación y el fanatismo de parte de los escisionistas. La cantidad de fieles a la fe antigua aumentó abruptamente no sólo en los monasterios, sino también en los pueblos y las aldeas comunes.
Debido a que los antiguos ortodoxos vivieron fuera de la legalidad durante un largo periodo, surgieron nuevos problemas. Los sacerdotes cismáticos más viejos estaban falleciendo y no había forma de nombrar a los nuevos. Así aparecieron dos corrientes. Los que aceptaban bajo determinadas condiciones a los nuevos sacerdotes del cristianismo ortodoxo oficial (fuera ruso o griego) se llamaban popóvtsy (los de sacerdotes) o beglopopóvtsy (los de sacerdotes tránsfugas). El centro de estos últimos llegó a ser Moscú.
La otra parte de los antiguos ortodoxos rechazaron por completo el sacerdocio. Ellos creían que las dos principales ordenanzas –el bautismo y la penitencia– debían ser permitidas para los laicos también en virtud de las reglas canónicas: «El mismo Jesucristo será nuestro obispo invisible, ya que sin dudas él es la cabeza visible de la Iglesia ortodoxa». Estos tuvieron por nombre bespopóvtsy. Las comunidades más grandes se asentaron en el norte de la parte europea de Rusia, en las ciudades de Nóvgorod y Pskov, así como en Siberia. Los dirigían los preceptores elegidos.
En la primera mitad del siglo xviii el territorio de los inicios del río Dviná del Norte adoptó la corriente más radical de los bespopóvtsy –«el acuerdo de Felipe». La comunidad no reconocía en absoluto a los sacerdotes y no aceptaba ningún acuerdo con las autoridades y con la Iglesia oficial. Incluso el matrimonio entre los bespopóvtsy se consideraba asunto rutinario y se contraía mediante la bendición del mentor. En 1743 el ejército rodeó a Felipe junto con sus grupos afines y ellos celebraron la autocremación en una casa de troncos de madera. Pero este acontecimiento solamente reforzó a los filípovtsy en su creencia y motivó la expansión del movimiento hacia las provincias Tverskaya y Yaroslavskaya.
Desde la primera mitad del siglo xix el gobierno comenzó a tratar de forma más benévola a los antiguos ortodoxos, ya que precisamente ellos seguían desarrollando de manera activa el comercio y la agricultura. Temiendo que tuvieran demasiada independencia económica, en 1853 las autoridades decidieron destruir algunos monasterios. En algunas partes, por algún interés de las autoridades locales, nuevamente comenzaron los hostigamientos a las comunidades. Algunos comerciantes y artesanos prefirieron vivir en las ciudades. La capacidad increíble de los antiguos ortodoxos de mantener la unión con su propio pueblo y, al mismo tiempo, un cierto aislamiento durante las migraciones por el territorio de Rusia e incluso por otros continentes, mostró la altísima calidad de sus talentos para adaptarse a la vida con creatividad y dignidad, en cualquier punto del mundo y bajo cualquier condición natural o social.
Así podría ser la historia de la aparición del comerciante Makárov en la ciudad de Velikiy Ústiug. Algunos suponen que esto había sucedido en los tiempos del zar Pedro el Grande. Pero se sabe un detalle fiable: el tatarabuelo de Yuri Knórosov abandonó su poblado aislado de antiguos ortodoxos y vino a vivir a la ciudad. Decidió y lo hizo. Rompió para siempre los lazos del pasado, sin importar su valor. Por esta misma razón ahora, medio siglo después, nadie se acuerda de aquel periodo de su vida. Posteriormente sus hijos, e incluso sus bisnietos heredaron este rasgo ambiguo de romper los lazos familiares para siempre.
La historia no guardó la memoria de si el Makárov mayor había llegado solo o ya con su esposa. Sin embargo, hay datos acerca de Vasili Makárov. Él se casó en Velikiy Ústiug con una muchacha de familia ortodoxa regular. Para contraer matrimonio, posiblemente tuvo la obligación de unirse a la Iglesia ortodoxa oficial. En la ciudad vivía una gran cantidad de antiguos ortodoxos. Pero, sea como sea, los hijos del comerciante se educaron en el cristianismo ortodoxo. Vasili Makárov no había ganado mucha riqueza, pues se notaba su peculiar probidad de antiguos ortodoxos en el manejo de sus asuntos y en el comercio. Además, él había comenzado desde cero, sin apoyo de la familia y sin ningún capital paterno.
Los recuerdos familiares de los Knórosov conservan la memoria acerca del hijo del comerciante Makárov. Se trata del burgués Serguei Vasílievich, que se casó con una mujer hermosa llamada Natalia Pávlovna. Según se cuenta él tampoco se veía muy aficionado al comercio. Probablemente a Serguei Makárov le interesaba otra cosa.
Historias de Ústiug
En aquellos tiempos Velikiy Ústiug, ubicado ahora en el punto de unión de las regiones de Vologoda, Arjánguelsk y la República de Komi, se consideraba como un centro comercial de primera importancia. Desde ahí comenzaban los viajes más increíbles por el mundo. Antes de abrir una ruta comercial nueva a Europa por el Báltico, eran las ciudades del norte las que llevaban el comercio con el Occidente. Pero los tiempos iban cambiando y la vía fluvial Sujon-Dviná poco a poco iba perdiendo su importancia. Entonces los comerciantes de Ústiug dirigieron sus negocios hacia el oriente –a Siberia– y después a América. Por Velikiy Ústiug pasaba la ruta de los exploradores rusos, explorada todavía en el siglo xvi. La ruta iba desde la ciudad de Vólogda por Sujon, seguía por las ciudades Totma y Velikiy Ústiug hacia el río Výchegda, por la ciudad de Solvychegodsk, después al río Kama y Chusovaya. De ahí, directamente al Oriente, «hacia el sol». Precisamente esta ruta ha sido utilizada en la famosa primera expedición de Kamchatka (1725-1730) donde había participado Vitus Bering. La expedición llegó hasta la ciudad de Yakútsk y más lejos, hasta la península Kamchatka.
En la siguiente expedición que llegó hasta América por el estrecho de Bering trabajaba de grumete un tal Lorenzo Vaksel. Entre las ciudades Vólogda y Velikiy Ústiug, en la región de Kádnikov, se encontraba el dominio familiar de los Vaksel. Allí se guardaba la gran colección de los dibujos hechos por Lorenzo durante la navegación a América en 1741. Se considera que este acontecimiento fue el inicio de la «América rusa».
Existen todavía documentos sobre la actividad empresarial del comercio local en Siberia, Kamchatka y las islas Aleutas en la segunda mitad del siglo xviii y en la primera mitad del siglo xix. Algunos empresarios compraron un barco bajo el nombre de San Julián. Lo arreglaron, les proporcionaron todo lo necesario y en septiembre del año 1758 enviaron en él a América al artel de negociantes.
La expedición del San Julián se terminó en agosto de 1762. Los viajeros aguantaron en el camino «grandes insuficiencias de agua y de alimento. Se quitaban el último calzado del pie, lo cocían y se lo comían». Los industriales regresaron a Kamchatka cuando ya los consideraban muertos. El marinero Stepan Glotov informó a los superiores locales acerca de los resultados de la expedición y escribió el registro de las tierras abiertas, anexando el mapa de las islas Aleutas. Dos años después, estos documentos se encontraron en la capital, en el Senado. Catalina II fue informada acerca de los descubrimientos. Ella tomó la decisión de mandar una expedición especial a las islas descubiertas. Los 12 comerciantes que participaron en la expedición fueron condecorados con medallas de oro con la imagen de la zarina Catalina y con una leyenda acerca del descubrimiento de las islas. Mijaíl Lomonósov también se interesó por el descubrimiento.
Un año después de la navegación del San Julián, Fiodor y Vasili Kulkov prepararon el nuevo barco que iría hacia las orillas de América: Zajari y Elizaveta. Después de regresar, Fiodor Kulkov informó acerca de lo visto a la Kunstkámera y realizó la descripción bajo el título «Las noticias recolectadas de las conversaciones del comerciante de Vólogda Fiodor Afanasievich Kulkov sobre las islas Aleutas en San Petersburgo en 1764». En las noticias se describían las condiciones naturales, el mundo vegetal y animal, la vida cotidiana de los isleños; la ropa, los adornos, los alimentos, las tradiciones matrimoniales, las peculiaridades del cuidado de los recién nacidos. Después de los informes acerca de lo visto, Fiodor Kulkov informó sobre «lo que había escuchado». Por ejemplo, «acerca de la tierra de América, cuyas huellas puede que algunos industriales conozcan, principalmente aquellos que durante mucho tiempo dieron vueltas por el mar y llegaron bastante lejos».
Se sabe que en 1771 el comerciante de Vólogda Matvei Okónschikov, junto al comerciante yakuto Procopio Protodiákonov preparó y envió hacia las islas Kuriles el buque San Procopio, con el artel de los comerciantes para investigar el mercado de animales marinos en la isla de Urup.
Otro empresario ruso que durante mucho tiempo quedó como un gran héroe de las crónicas de Ústiug fue Mijaíl Buldakov. Precisamente él, a principios del siglo xix, participó activamente en la organización de las circunnavegaciones del mundo que glorificaron la flota rusa, y también fue explorador de Alaska.
El comerciante de Ústiug Matvei Buldakov envió a su talentoso hijo menor Mijaíl a la ciudad siberiana de Irkutsk para «las prácticas», como dirían ahora. Allí lo distinguió el famoso marinero Grigory Ivánovich Shélijov, quien invitó al hábil joven a su empresa comercial. Después de la muerte de Shélijov fue su esposa, Natalia Alekseevna, la nieta del rico comerciante de Ústiug, quien encabezó la empresa. Nikolai Petrovich Rezanov, esposo de la hija mayor, Anna Shélijova, era un representante de la nobleza y jefe de cancillería del Senado que participaba en la administración de la empresa comercial. Shélijova casó a su hija de 15 años, una muchacha hermosa llamada Avdotia, con el comerciante Mijaíl Buldakov. Gracias a los esfuerzos conjuntos de los yernos, Rezanov y Buldakov, Natalia Alekseevna logró salvar la empresa de su esposo de las manos de unos tramposos comerciantes de Irkutsk que intentaron apropiarse de ella. Simultáneamente, el 10 de noviembre Natalia Shélijova obtuvo el título de nobleza por los méritos de su esposo en la exploración de América del Norte.
Мijaíl Buldakov se dirigió con su suegra a San Petersburgo, donde junto con Nikolai Rezanov fortalecieron la nueva empresa. En 1798 se aprobó el acta de la unión de las compañías bajo el nombre Empresa de América del Norte, que posteriormente cambió a Empresa Ruso-Americana. Esta se estableció con el propósito de explorar el territorio de la América rusa y de las islas Kuriles. Se le concedió el uso exclusivo de explotación de recursos y reservas minerales que se encontraban en estos territorios, así como el permiso para todo tipo de actividades. Además tenía derecho de organizar las expediciones, ocupar las tierras descubiertas y comerciar con los países vecinos. El esposo de la hija menor, el comerciante de Ústiug Mijaíl Buldakov, llegó a ser el director general de la empresa.
En 1800, por mandato real del emperador Alejandro I, la administración del negocio pasó a San Petersburgo. Buldakov se trasladó con su familia a una casa en la calle Millionnaya, comprada para él por Nikolai Rezanov. Unos años después, la Empresa Ruso-Americana adquirió una casa en Moika, del conde Vorontsóv. Dos años después el nuevo dueño de la casa, el comerciante Buldakov, nieto del humilde herrero de Ústiug, obtuvo el rango de asesor de Colegio (departamento del gobierno) que le dio el título de nobleza, lo que equivale al grado militar de mayor o capitán de primer rango.
Entre las obligaciones del «primer director» estaba el establecimiento de los contactos con los habitantes locales y el abastecimiento de los poblados rusos en América del Norte. Buldakov participó personalmente en la organización de la primera expedición alrededor del mundo bajo el mando de Kruzenshtérn y Lisianski en los barcos Nadezhda y Nevá. Nikolai Rezanov fue nombrado jefe de la expedición, y también se encargaba de la misión diplomática. Un poco antes de eso, después del parto murió la esposa de Rezanov, Anna Grigorievna, lo cual perturbó a Nikolai Petrovich. En este caso el viaje alrededor del mundo podía distraerlo de su dolor.
Pero precisamente durante este viaje sucedió aquella historia trágica de amor del conde Rezanov con la hermosa y joven hija del gobernador de California, la española Conchita, historia que ahora deja las salas llenas en el espectáculo Yunona y Avos en los teatros de Moscú.
Después de la muerte inesperada de Nikolai Rezanov, la empresa perdió su alto patronazgo. Desde el año 1820, los administradores y los almirantes comenzaron a desplazar a los comerciantes. Esto le permitió al gobierno tomar completamente el control sobre la actividad comercial, sin tomar en cuenta la opinión de la gerencia general. En 1811 la empresa pasó a subordinarse al ministerio del Interior, lo cual empezó a destruir el negocio. El gobierno, sin siquiera avisar a la dirección de la compañía, comenzó a firmar contratos, provocados por la lucha competitiva entre los ingleses y los americanos, que pretendían dominar el mercado. Como resultado, la gestión inepta de los funcionarios codiciosos llevó en 1868 a la venta de Alaska, que era la tierra rusa en América del Norte.
Los cuentos sobre la América rusa ocuparon durante mucho tiempo un lugar especial en la vida de las ciudades de la región de Vólogda. Así, por ejemplo, Tijon Shalamov, el padre del conocido escritor ruso, al casarse en 1893 y recibir el sacramento de sacerdocio, se fue a las islas Aleutas como misionero ortodoxo. Durante mucho tiempo lo recordaron como «el predicador en el servicio exterior que dominaba perfectamente el inglés, el francés y el alemán con el diccionario, siendo excelente misionero y conferencista». En 1905 regresó a Rusia. En 1918, cuando después de la Revolución a Shalamov dejaron de pagarle su pensión, el monje que lo sustituyó en la parroquia de las Islas Aleutas le enviaba a su predecesor una pequeña cantidad de dinero que recolectaban los aleutas conversos por el sacerdote ruso.
Se puede imaginar que una ciudad pequeña, provincial, donde todos se conocían y todos sabían todo sobre todos, literalmente zumbaba por las historias acerca de los lejanos viajes hasta la América Rusa. Sin duda, precisamente con estas historias de los navegantes, los descubrimientos, las tierras y los pueblos desconocidos habían crecido las hijas del comerciante Serguei Makárov. Se sabe que su hija Alejandra nació en 1886, el 3 de abril, según el estilo viejo (o sea, de acuerdo con el calendario religioso juliano). Al día siguiente la llevaron a bautizar a la Iglesia Dimitriyevskaya Dymkovskaya. La madrina de la niña llegó a ser María Alekseevna Makárova, la hija soltera del hermano mayor de Serguei Vasílievich. La ordenanza fue realizada por el sacerdote Alejandro Zhukov con el salmista Mijaíl Ivoninski.
La diferencia de edades entre las hermanas de la familia Makárov, Varvara, Liubov, Tatiana y Alejandra, no era grande. Probablemente les enseñaban a dedicarse al bordado y a la cocina. Pero estaba claro que esto no era lo principal en su educación. ¿Será que las chicas también jugaban a ser viajeras y exploradoras? Sí, con las mujeres de la familia de Serguei Makárov no cuadra la definición de «ama de casa».
El asunto de la fe para el comerciante Makárov siempre fue muy importante. Su hija Alejandra, ortodoxa durante toda su vida, fue una persona profundamente creyente. En cuanto a la educación de las hijas, el padre era firme a su manera: ellas debían recibir la mejor educación de aquellos tiempos. Él pensaba que cada una de ellas debía decidir su propio destino y no depender de las opiniones ajenas, por buenas que fueran. Cada uno debe ser libre en su camino de vida, eligiendo lo que le gusta y donde puede obtener mayor éxito.
Por eso mismo, envió a sus dos queridas hijas, Tatiana y Alejandra, al San Petersburgo metropolitano para estudiar y tomar cursos para mujeres. Probablemente el comerciante Makárov soñaba con que sus hijas también llegarían a hacer grandes avances científicos, como lo hizo María Sklodowska-Curie al descubrir el radio y el polonio en 1898…
Para las mujeres en aquellos tiempos no era fácil dedicarse a los estudios. Las muchachas que ingresaban a los cursos debían presentar un permiso escrito por los padres o tutores. Además, debían presentar la confirmación de la disponibilidad de fondos para comprobar que podían cubrir su estancia durante todo el periodo de los estudios. El comerciante fue personalmente para acordar su ingreso, ya que la admisión dependía de la discreción del director. La cantidad de lugares en esta institución educativa para mujeres era bastante limitada.
Cursos universitarios para las mujeres
En Rusia, la aspiración de las mujeres a la educación universitaria se mostró en 1860, en vísperas de la llamada «liberación de los campesinos», una acción política importante que cambió el sistema agrario y liberó la mano de obra para las empresas. En aquel entonces, en las clases de algunas universidades comenzaron a aparecer las mujeres. El Ministerio de Educación Nacional notó esta innovación. La mayoría de estas estudiantes pertenecía a la alta sociedad. Por lo tanto en 1863, al elaborar los estatutos universitarios, se interrogó a las instituciones educativas con estas preguntas: «¿Pueden las mujeres-oyentes ser admitidas en las clases junto con los estudiantes?, ¿ pueden ser admitidas para pasar las pruebas y obtener el grado académico?, ¿qué derechos pueden tener las mujeres si pasan las pruebas?».
Las universidades de Moscú y de Dorpat (Tartu) se caracterizaban por su principio conservador: en las elecciones, 20 profesores dieron una respuesta negativa y solamente dos una positiva. Las universidades de Kazán y de San Petersburgo no sólo acordaron la admisión de las mujeres como oyentes a los cursos, sino que también propusieron la posibilidad de que adquirieran todos los grados académicos, teniendo el derecho de ser oyentes libres. Sin embargo, en cuanto al trabajo, a las egresadas el título les daba el derecho sólo a las prácticas médicas y a los puestos en las instituciones de educación superior para las mujeres. No obstante algunas universidades estaban a favor de la igualdad de derechos de las mujeres graduadas en todos los ámbitos.
Sin embargo, como suele pasar incluso hoy en día, en Rusia estas iniciativas no terminaron en nada. Por eso, para obtener una educación universitaria las mujeres rusas más inteligentes comenzaron a irse al extranjero en multitudes. En 1864, las discusiones acerca de la educación de las mujeres se calmaron por un corto periodo. Tres años después, en la prensa se desató una nueva campaña acerca de la educación femenina. Las damas de la alta sociedad presentaron una petición colectiva dirigida al rector de la Universidad de San Petersburgo. En la conservadora Moscú las mujeres que luchaban por la educación superior crearon un círculo especial.
¡Finalmente sucedió! El 2 de enero de 1870, en San Petersburgo se abrieron «los cursos mixtos públicos» para hombres y mujeres, que se llamaron Cursos Vladímirski. Las clases se impartían en la casa privada del ministro del Interior. Sin embargo, por problemas de financiamiento estos cursos no duraron mucho, pues se cerraron tres años después. No obstante, en 1875 el gobierno prometió oficialmente garantizar a las mujeres el acceso a la educación superior completa. En realidad el gobierno estaba preocupado por la salida masiva de las representantes más brillantes del sexo femenino al extranjero, con el fin de terminar su educación. También es de imaginar que algunas de las jóvenes pertenecían a las familias que estaban en el gobierno. El ministro de Educación, el conde D. Tolstoi, reconoció que educar a las mujeres en Rusia era sumamente importante para distraerlas de los intentos de buscar su educación fuera del país. En 1878 los fundadores de los Сursos Vladímirski consiguieron el permiso para abrir los programas universitarios completos. El efecto no se hizo esperar: la cantidad de mujeres que abandonaban el país en aquel año se redujo de cientos a solo nueve.
El profesor K. N. Bestuzhev-Riumin llegó a ser director del consejo pedagógico. Es necesario señalar que en aquellos tiempos, y hasta ahora en Rusia, siguiendo la tradición europea desde el siglo xvi, el título de «profesor» se atribuía a las personas de nivel académico más alto en el sistema educativo, y lo podían tener solo los doctores en ciencias de segundo grado (en EE.UU. es full professor). Los profesores formaban la élite universitaria y por lo mismo entraban en el grupo que toma decisiones. Entonces, por el nombre del profesor, los cursos se llamaron besstuzhevskie. Se abrieron tres unidades: histórico-filológica, físico-matemática y matemática especial. Sólo la tercera parte escogía la unidad histórico-filológica. A las mujeres les interesaba más la unidad físico-matemática.
Sin embargo, en 1886 se terminó la admisión a los cursos. Esto se debió a la revisión del tema acerca de la educación superior de las mujeres. Pero ya en 1889 se abrieron los cursos de educación superior para mujeres en San Petersburgo con una gestión completamente diferente. El director, escogía a los profesores y a la inspectora, que se dedicaba a la educación. Todos tenían que ser asignados por el ministro de Educación Nacional. Se conservaron dos unidades que existían anteriormente: la histórico-filológica y la físico-matemática. ¡Y se entiende por qué! En ese año a la Academia de Ciencias de San Petersburgo se integró un nuevo miembro en calidad de miembro-corresponsal. Se trata de una gran matemática, física y astrónoma: ¡Sofía Kovalevskaya! Precisamente ella llegó a ser la fundadora del análisis matemático.
Por otro lado, la historia natural, la histología, la fisiología humana y animal fueron excluidas del programa de estudios. Al parecer esto se decidió para no traumar la psique de las asustadizas alumnas.
En aquellos tiempos el pago por los cursos para las mujeres era de 100 rublos al año, lo cual se consideraba una gran cantidad de dinero. Las estudiantes que venían de otras ciudades no podían hospedarse en apartamentos privados. Ellas vivían en el internado especial, por el cual se debía pagar 300 rublos al año, o en casa de sus parientes cercanos.
Al parecer las hermanas Makárov vivían en el internado. Ellas llegaron a San Petersburgo en tiempos bastante difíciles pero su padre no tuvo miedo de enviarlas a la capital. Rusia se encontraba en una crisis económica. En 1901 comenzó el terror desatado por los revolucionarios socialistas; mataron a tres ministros y propagaron el temor entre la población. En 1905 finalizó de manera muy desafortunada la guerra con Japón. En el estrecho de Tsushima pereció la flota del Báltico. Además, el 9 de enero, por orden del zar, fueron fusilados cientos de obreros que buscaban a Nicolás II para pedir el mejoramiento de las condiciones de vida. Por suerte, en aquellos momentos las estudiantes de la familia Makárov se encontraban en Velikiy Ústiug; habían ido a casa para la Navidad y se habían quedado por más tiempo. Regresaron cuando este crimen atroz de la autoridad solo había aumentado los disturbios. En octubre de 1905 estalló la huelga política general. Nicolás II, con sus propias manos, provocó la primera Revolución en el país. Los intentos irregulares del emperador impotente para llevar a cabo las reformas democráticas llevaron a las elecciones en la Cámara Legislativa. En mayo de 1906, en el Palacio Táuride, se reunía la Duma Estatal (parlamento). Piotr Stolypin llegó a ser el primer ministro, teniendo fama por sus crueles métodos para resolver los problemas sociales. En pocas palabras, estar en San Petersburgo era algo inseguro, pero muy interesante.
Hay que mencionar que precisamente en aquel momento comenzó el último periodo brillante de la vida cultural del viejo San Petersburgo, llamado Siglo de Plata. Esta época marcó el apogeo del ballet imperial. Surgieron términos arquitectónicos extraños: el modernismo y el retrospectivismo. Los pintores anunciaron decisivamente que el pintor Repin era un retrógrado, y declararon como líder al poco comprensible Malevich. Pero el lugar destacado en la vida de Petersburgo lo ocupaba la literatura, principalmente la poesía. Las hermanas no faltaban a una sola velada literaria.
Una vez, Alejandra conoció a un joven. Él era increíblemente hermoso y encantador. En sus rasgos implícitamente se notaba algo oriental, algo insólito para el frío e incoloro Petersburgo.
Él se presentó como Valentín Knórosov.
A Sashenka Makárova su nombre le pareció extraordinario.
Las periferias sureñas del Imperio ruso.
Los pequeñoburgueses Knórosov. El padre
El apellido «Knórosov» no es tan frecuente entre los rusos. Incluso lo acentúan de manera diferente: Knórosov o Knorósov. La misma raíz de la palabra, knoro, en el idioma ruso moderno ya no se encuentra. En el siglo xv así llamaban a los jabalís. Los lingüistas no llegaron a un acuerdo acerca de esta etimología. Ahora los nombres similares se encuentran solamente en los dialectos rusos sureños. Sea como sea, las raíces ancestrales de todos los Knórosov de alguna manera u otra se encuentran en el sur de Rusia «en el distrito federal sureño», dirían ahora.
Según los datos de archivos, el abuelo del futuro descifrador, Dmitri Petrovich Knórosov nació en Ekaterinodar (actualmente Krasnodar) en 1850, en una familia de pequeña burguesía.
Las historias familiares relatan que a principios de la década de 1870 Dmitri llega a Moscú e ingresa a la Academia Agrícola y Forestal Petrovskaya. Él estudia allí junto con el futuro escritor Vladimir Korolenko, quien para este momento ya había dejado el Instituto Tecnológico de San Petersburgo, había trabajado como corrector y como dibujante, y después se había trasladado a Moscú. Dmitri escucha con mucho interés las conferencias de Kliment Timiryazev y toma una parte muy activa en la vida estudiantil. Con gusto participa en las acciones contra la administración universitaria. Organiza la biblioteca de los libros prohibidos. Como resultado, muy pronto excluyen de la Academia a un grupo de estudiantes por haber escrito una protesta colectiva. Entre ellos están Knórosov y Korolenko. Al parecer, precisamente este acontecimiento cambia por completo el destino de Dmitri. Él abandona su intención de llegar a ser biólogo y se orienta a la especialización de jurista. Probablemente en esta elección había algo de determinado romanticismo: tener la oportunidad legal de defender los derechos de las personas. Para obtener la educación correspondiente, se va a Ekaterinodar y luego a Tiflís (Tbilisi, Georgia). Es probable que la llegada a esta ciudad haya sido resultado de prescripciones policiacas, las cuales Dmitri estaba obligado a respetar siendo un estudiante «sospechoso».
Sea como sea, en Tiflís trabaja como abogado, se aleja de la vida política y queda sumergido en las veladas literarias, las exposiciones y los teatros. Tiflís era famoso por sus teatros. El público apreciaba mucho las obras del teatro dramático armenio, en el cual trabajaban destacados directores. Precisamente allí los grandes actores armenios comenzaron su oficio. En aquel entonces, en el escenario del teatro armenio, representaban las obras inmortales de Shakespeare, Schiller, Molière y otros grandes autores europeos. En 1866 se había presentado la obra El mercader de Venecia, de Shakespeare. Con la aparición del gran director Petros Adamián, el teatro armenio de Tiflís finalmente se atrevió a realizar la dramatización de Hamlet. En 1884, para el 320 aniversario de Shakespeare, presentaron Otelo. Aparte de las obras europeas, en el escenario del teatro armenio de Tbilisi se presentaban las grandes obras de los dramaturgos rusos: Alexandr Griboedov, Nikolai Gogol, Mijaíl Lérmontov, Alexandr Ostrovski. Las obras se representaban no solo en armenio, sino también en ruso y en francés, lo cual era importante para el público teatral multilingüe de Tiflís de aquel tiempo.
Precisamente en el escenario teatral el librepensador Dmitri encontró su amor. Era una joven y brillante actriz armenia cuyo nombre teatral era Mari-Zabel. Posteriormente, en la década de 1920, los críticos escribían sobre María Davýdovna Sajavnánts (su nombre verdadero): «Ella participaba en todas las compañías teatrales armenias desde el nacimiento de estas hasta la creación del único organismo teatral brillante, desde los tiempos de Petrós Adamián hasta nuestros días».
En aquel entonces la joven y talentosa actriz llegó a ser para Dmitri simplemente «querida Mashenka». Miriam nació en 1858 en la ciudad turca de Bitlis, que se encuentra cerca del lago Van, entre montañas, en una familia armenia sin muchos recursos de Arkel Bedrós.
La ciudad pintoresca de Bitlis está ubicada en el este de Turquía, cerca del hermoso lago de Van. Se acostumbra llamar a esta región Armenia Occidental ya que tradicionalmente, desde viejos tiempos, estaba habitada por los armenios. Ellos fueron de los primeros que se convirtieron al cristianismo y resistían al vecindario islámico. La población de estos armenios era de alrededor de tres millones de personas.
En la segunda mitad del siglo xix, Armenia se incorporó a Rusia. Sin embargo, debido a las circunstancias, Armenia Occidental se unió al Imperio otomano.
El mismo Imperio otomano pasaba por tiempos difíciles y se encontraba prácticamente al borde de la desintegración, porque lo estaban destruyendo los conflictos económicos, étnicos y religiosos.
A finales de 1830, el gobierno sultánico, llamado la Sublime Puerta, emprendió una serie de intentos para realizar reformas tanzimat. Las reformas prometían la protección de la vida, de la propiedad y de la dignidad de todos los súbditos del Estado, la igualdad de los derechos de los musulmanes y de los cristianos, y cambios económicos. Pero en gran medida las ideas de tanzimat se quedaron solo en papel. Los cambios nunca llegaron a Armenia Occidental. La administración turca local, representada por los jeques y los pachás, estaba en contra de las innovaciones. La situación de los armenios no mejoró, sino que se volvió más complicada y peligrosa. No es sorprendente que, a partir del año 1850, por todo el territorio del Imperio otomano se haya levantado una nueva ola del movimiento de liberación nacional. Se rebelaron Montenegro, Herzegovina y Bulgaria. Los árabes y los kurdos reclamaron sus derechos. Desde luego, Armenia Occidental también se preocupó.
En tales circunstancias, la población de esta región representaba un peligro especial para la integridad del Imperio otomano. Por lo tanto, el gobierno turco decidió tomar medidas preventivas con la finalidad de terminar con la existencia semiindependiente de una serie de provincias occidentales. Para esto se planeaba recurrir a los métodos más crueles, incluso la destrucción física de la población armenia. Estos planes tenían que realizarse particularmente en las provincias de Zeitun y Sasun. Primero, las autoridades comenzaron a tomar medidas para que los armenios, los kurdos y otra población musulmana se enfrentaran entre sí. Luego comenzaron los disturbios y la masacre.
La situación empeoró con la derrota de Rusia en la guerra de Crimea. Aparte de otras pérdidas vergonzosas, el acuerdo firmado en París el 18 de marzo de 1856 contenía una cláusula sobre la devolución a Turquía de todos los territorios ocupados por el ejército ruso en Armenia Occidental. Eso significaba que sin el protectorado de Rusia los armenios quedaban completamente indefensos contra los hostigamientos de parte de los turcos. El general ruso Lijutin, que había estado en aquellos tiempos en Armenia Occidental, escribía: «Los armenios aquí sufren de violencia espantosa, por lo cual viven con una tremenda angustia permanente».
En febrero de 1862, los habitantes de Van se sublevaron contra las autoridades turcas. Entre los armenios y la policía turca se desató en la ciudad una verdadera guerra callejera. Para ayudar llegó la población armenia y kurda de los poblados vecinos. Los rebeldes lograron conquistar la fortaleza de Van. Entonces el gobierno introdujo las unidades militares. La rebelión fue suprimida de forma cruel.
Sin embargo, en el verano del mismo año estalló un nuevo levantamiento, esta vez en Zeitun, ubicado en Cilicia. Históricamente, esta región siempre había conservado su posición semiindependiente. Los asuntos religiosos, administrativos, judiciales y otros se resolvían aquí de esa manera.
El motivo de la sublevación fueron las disputas por la tierra entre los armenios y los turcos. Además, los armenios se negaron a pagar los exorbitantes tributos que aumentaban todo el tiempo.
El gobierno turco tenía una política étnica muy especial. En particular, las regiones con población armenia y cristiana se poblaban en forma masiva con los musulmanes de los Balcanes y del Cáucaso, y con los kurdos. Las exacciones a la población armenia crecían exponencialmente. Frecuentemente, las autoridades turcas, después de recolectar el tributo, volvían unos días después al mismo pueblo y, amenazando con cárcel y torturas, nuevamente los extorsionaban. Los campesinos armenios estaban obligados a refugiar durante el invierno a los musulmanes nómadas. Además, cada año tenían que hospedar a los funcionarios gubernamentales con todos sus acompañantes y realizar obras viales de forma gratuita. Las autoridades turcas estaban detrás de los kurdos y los circasianos en los saqueos de los poblados armenios.
No es sorprendente que en una inaccesible zona montañosa se haya formado el centro del movimiento armenio de liberación. Era lo que más temía el gobierno turco. En el verano de 1860, fue enviada la unidad militar turca contra los habitantes de Zeitun, bajo el mando de Jurshid Pasha, el gobernante de la ciudad de Marash. Sin embargo, la gente de Zeitun puso en fuga a Pasha. El gobierno turco decidió ocupar a toda costa esta zona montañosa, dispersar y asesinar a su población armenia. Así, en julio de 1862 el nuevo gobernante de Marash, Aziz Pasha, organizó una numerosa tropa y asedió Zeitun. Al principio logró conquistar algunos poblados, los cuales fueron destruidos y la población completa pasada a cuchillo. La gente de Zeitun pronto pasó a una decidida contraofensiva y derrotó a las tropas sultánicas. Ashir Pasha sufrió una derrota vergonzosa. En el puesto de gobernante de Marash lo sustituyó Ashir Pasha quien recibió órdenes de atacar nuevamente a los armenios. En este momento entró el patriarca armenio al proceso de negociaciones, quien logró llevar las partes al acuerdo según el cual el gobierno detenía su siguiente ataque contra Zeitun. Los rebeldes aceptaron pagar el tributo y reconocer como gobernante a la persona asignada por el sultán. Gracias a esto, por un tiempo pudo evitarse la masacre de la población armenia en Zeitun. Sin embargo, se puso fin al estado semiautónomo de Zeitun.
Las acciones del gobierno turco eran tan terribles que los comentarios sobre la rebelión de los montañeses aparecieron en la prensa de Europa Occidental. La tragedia y la resistencia de Zeitun adquirieron un carácter nacional y se organizó una campaña de recaudación de donaciones entre los armenios de Tbilisi, Moscú, Najicheván y otras ciudades.
Un poco más tarde se sublevó la población campesina armenia en las provincias de Mush y Charsandzhak. Los campesinos enviaron sus delegaciones a Constantinopla pidiendo al gobierno suavizar su situación. Sin embargo, los delegados fueron detenidos. Luego el ejército reprimió cruelmente las protestas de los campesinos. Después de esto, los cientos de familias que tuvieron oportunidad, abandonaron para siempre Armenia Occidental y pasaron a vivir dentro de Rusia, en Transcaucasia.
El embajador ruso en Constantinopla informó que la Sublime Puerta había enviado a las autoridades locales la instrucción secreta de destruir los monumentos históricos armenios, «para que ellos no recordaran sobre el pasado de Armenia y para que no se despertara la idea de la independencia nacional en el pueblo armenio». Los testigos de aquellos acontecimientos escribían: «Este pueblo se encuentra al borde de la muerte moral y física; la vida de las personas y su propiedad se encuentran en peligro; diario los matan, ofenden, saquean y arruinan».
Miriam nació después de terminar la guerra de Crimea. Por ello, en los primeros años de su vida fue testiga de los acontecimientos más horrendos de la historia del exterminio de los armenios por los turcos. Posiblemente no habrá que sorprenderse de que su madre y su padre, Arkel Bedrós, hayan tomado una difícil decisión para cualquier padre: entregar a su hija a una familia ajena. La necesidad y el miedo a los turcos los obligó a hacerlo. Cuando Miriam cumplió ocho años, a Bitlis llegó un comerciante armenio adinerado, llamado DavidSajavnánts. Él trajo de Najicheván «ayuda humanitaria» (como diríamos ahora) para la pobre población saqueada de Armenia Occidental. Según las historias familiares de los Knórosov, el comerciante vio que la pequeña niña bailaba en las calles para ganar un pedazo de pan para alimentarse y él se puso a llorar por lástima. David Sajavnánts y su esposa no tenían hijos propios, y convencieron a los padres de la niña de entregarles a su hija para criarla. Miriam no fue oficialmente adoptada. Sus verdaderos padres la amaban demasiado y posiblemente soñaban con la reunificación. Pero esto no sucedió. La familia de acogida realmente comenzó a cuidarla y educarla con todo el corazón. ¿Por qué Miriam no regresó finalmente con su padre biológico Arkel Bedrós? Lo más probable es que tanto él como todos sus parientes y otros miles de habitantes de Armenia Occidental fueran víctimas de la terrible masacre organizada por los turcos para «sacar de raíz la nación armenia». No es una suposición vacía. Se conservaron documentos sobre la preparación secreta en 1915 de uno de los más horribles genocidios de los armenios por el partido turco Ittijat ve Terrakki, donde se mencionan en particular los fracasos de los intentos anteriores de solución del «asunto armenio» por parte de los turcos:
Del informe de doctor Nazymi: Si vamos a aplicar la misma masacre local que habíamos organizado en 1909 en Adana y en otros lados, no va a haber ningún beneficio; al contrario, solo habrá daños. Antes ya repetidamente lo había dicho en las pláticas acerca del orden del día y repito ahora: si la eliminación de los armenios no va a ser completa y definitiva, esto nos perjudicará y no nos beneficiará. Hay que sacar de raíz a la nación armenia. En nuestra tierra no debe quedarse ni un solo armenio. Debe olvidarse la existencia de la palabra misma armenio. Ahora estamos en guerra, nosotros también estamos peleando y no habrá otra ocasión conveniente. La intervención de los grandes Estados y la voz de protesta de la prensa no serán escuchadas. Y, si llegan a ser escuchadas, el hecho ya estará finalizado y el problema quedará cerrado para siempre. Esta vez nuestra tarea debe centrarse en el exterminio total: ni un solo armenio debe quedar vivo, por eso su exterminio es indispensable.
Considero correcta la propuesta acerca del exterminio total para que ni un solo armenio quede vivo. Como ya se había dicho, no hay que tomar en cuenta ni a los viejos, ni a los niños, ni a las mujeres y discapacitados. Literalmente hay que exterminarlos a todos. Propongo la siguiente forma de exterminio: como nos encontramos en situación de guerra, hay que mandar a todos los jóvenes en edad de reclutamiento a la primera línea del frente. Ahí ellos estarán entre los rusos y las unidades especiales enviadas por nosotros. Y matamos a todos. A los viejos, a las mujeres, a los niños y a los enfermos que se quedaron en casa los creyentes los matarán por orden nuestra. La propiedad será saqueada. Creo que es el mejor método.
No es de sorprender que en el Imperio otomano, durante la segunda mitad del siglo xix, las familias armenias prefirieran separarse para siempre de sus hijos en vez de esperar su horrible muerte.
En su nueva casa, Miriam encontró el amor y el cuidado familiar, y tuvo la oportunidad de estudiar. A los nueve años ingresó en la escuela secundaria de Najicheván y la terminó con excelencia. Pero el sueño apasionado secreto de la niña era el teatro. Sus padres adoptivos no podían hacer nada contra eso.
A principios de la década de 1870 llegó a Najicheván la compañía teatral armenia de Fasaliadzhian, en la que actuaba el desconocido en aquel entonces Petrós Adamián. El futuro gran actor armenio de roles trágicos conquistó de inmediato a Miriam. Él también había nacido en Turquía y también había sido obligado a huir por los hostigamientos. Desde la infancia soñaba con el teatro. El destino de la joven Miriam había sido resuelto. Pronto ella se volvió actriz y junto con la compañía se dirigió a Tiflís.
La joven Miriam o, según el pasaporte, María Davýdovna Sajavnánts, eligió su nombre artístico: Zabel. A veces, de cariño, la llamaban Mari-Zabel. Muy rápido comenzó a tener sus propios admiradores. Entre ellos estaba el joven ruso y encantador abogado Dmitri Knórosov, que de inmediato se enamoró del encanto y talento de la muchacha. Al parecer los padres adoptivos ya no podían hacer nada con su hija rebelde. Al llegar a la edad adulta ella, sin sus bendiciones, se casó con su elegido. Esto sucedió en 1876, en una pequeña iglesia en la ciudad de Sevsk. Por lo visto, el sacerdote de allí se dejaba convencer fácilmente por los enamorados impacientes. Los testigos del matrimonio fueron los amigos de los jóvenes y otra gente al azar. Es significativo el documento oficial que había pedido Dmitri después del nacimiento de su hijo.
6 de junio de 1881.
El documento entregado al burgués Dmitri Petrovich Knórosov, en la región de Oriol de la Gubérniya de la ciudad de Sevsk, afirma que en el libro oficial que se guarda en la iglesia de la Santísima Virgen de Stanitsa de Poltava del ejército de Kuban (antiguamente el mar Negro) del año 1876, en la segunda parte, sobre las personas que contraen matrimonio bajo el número 33 del 25 de agosto, está registrado el siguiente escrito:
El novio, de la región de Oriol de la ciudad de Sevsk, Dmitri Petrovich Knórosov, de religión ortodoxa, contrae matrimonio a los 26 años. La novia, María, hija del súbdito turco Arkel Bedrós, de religión gregoriana, contrae el matrimonio a los 18 años.
Los fiadores:
De parte del novio – el oficial del ejército Trofim Yakovlev Krizhanovski y el hijo de comerciante Simeon Vasiliev Zhizhin,
De parte de la novia – el hijo de comerciante Lev Ivanov Pronchenko y el burgués de Temriuk Nikifor Efimov Dobrovolski.
La ordenanza del matrimonio la realizó el sacerdote Juan Alshinski con el diácono Juan Popka y el salmista Evgraf Fiodorov.
El escrito se testifica con la firma y el sello de la Iglesia.
El sacerdote Juan Alshinski
El diácono Juan Popka
Sin embargo, la boda no interrumpe los planes profesionales de Mari-Zabel. Dmitri, enamorado, la complace en todo. En 1879, la señora Knórosova obtiene el papel protagonista en la obra de Karamzín, Sofía. Ni siquiera el embarazo puede obligarla a renunciar al estreno. El éxito es rotundo. María Davýdovna decide dedicarse por completo al escenario, lo cual no le obstaculiza regalarle a su esposo cinco hermosos hijos. Antes de que naciera Valentín, Dmitri lleva a su esposa de 21 años a casa de sus padres a la ciudad de Ekaterinodar (Krasnodar). Precisamente allí, el 20 de enero de 1880, nace su hijo.
No sabemos cómo estaba organizado el modo de vida de la joven familia con cinco hijos. Pero, ya en 1881, después de la rápida recuperación de sus partos, la señora Zabel regresa junto con su esposo a Tiflís. Y allí el incomparable Petrós Adamián la acepta con alegría en su propia compañía de giras. A la joven actriz le proponen el papel de Rosalía en la obra de Paolo Giacometti La familia del criminal, y también otros roles importantes en otros espectáculos. Junto con Mari-Zabel se volvió famosa otra maravillosa actriz armenia, Merobe Kantardzhian, conocida bajo el nombre artístico de Siranush. Probablemente, como solía pasar en el ámbito teatral, la amistad de las chicas también tenía un carácter de competencia profesional.
La señora Zabel (así la llamaba respetuosamente la prensa de aquellos tiempos) trabajó mucho en diferentes ciudades. Realizó una gira artística por toda Transcaucasia hasta el año 1900 y actuó en espectáculos incluso en los pueblos armenios más lejanos.
Por lo visto, el pequeño Valentín vivió un tiempo en Krasnodar con su abuela. Luego su padre lo llevó a Tiflís. Los hijos veían poco a su madre. Hablaban con ella solo entre las giras. Incluso cuando la compañía se encontraba en la ciudad, la madre se la pasaba todo el tiempo en los ensayos y en los espectáculos. Así pasaron la niñez y la adolescencia de los chicos.
Incluso en nuestros tiempos una familia como esta no puede ser considerada ordinaria, y mucho menos lo era en la segunda mitad del siglo xix.
Mientras los hijos y el padre admiraban a su brillante madre, Valentín ya había terminado la escuela en Tiflís y después el colegio ferroviario Mijailovskoye.
En aquellos tiempos, los ferrocarriles se transformaron en arterias económicas del país y eran extremamente solicitados en las periferias lejanas del Imperio ruso. Para 1896 había finalizado la construcción del ferrocarril Bakú-Tbilisi-Batumi, y de inmediato se había comenzado la nueva línea: Tbilisi-Ereván. Su inauguración oficial se celebró a finales de 1902. De la línea principal de ferrocarril partían las ramas de vías adicionales. Rusia comprendía que sin red de ferrocarriles era imposible desarrollar la economía de la atrasada región caucasiana.
En pocas palabras, la profesión de ingeniero ferrocarrilero en esa época estaba muy de moda y era la más solicitada. A principios del siglo xx, los ingenieros se estimaban tanto como los constructores de la industria espacial 100 años después.
Ante el joven Knórosov se abrían las perspectivas más brillantes. Pero en 1904 comenzó la guerra contra Japón. A Valentín lo llamaron al servicio militar. No se sabe en qué tropas estaba exactamente, pero por la valentía mostrada en los combates lo condecoraron con la Orden de San Jorge de cuarto grado. Esta Orden se consideraba la principal insignia militar del Imperio ruso, y siempre se valoraba mucho más que las condecoraciones más caras, que se autoasignaban los oficiales de alto rango y los generales. El decreto dice:
Ni la nobleza alta ni las heridas obtenidas ante el enemigo dan derecho de ser condecorado por esta Orden. La Orden se da a aquellos que se dedicaron por completo a su puesto según el juramento militar, la honra y el deber, y se destacaron por algún acto peculiar de valentía o dieron los útiles y sabios consejos a nuestro servicio militar…[1]
Desde luego, la guerra ruso-japonesa no duró mucho y terminó mal para Rusia. En 1905, después de la finalización de las acciones de combate, Valentín regresó a su natal Tiflís, a casa de sus padres. Su padre trabajaba de abogado y continuaba admirando a su majestuosa esposa. Sus hermanos se habían ido a otras ciudades. Su madre, como siempre, vivía en el teatro. La señora Zabel hacía giras con la compañía de Ovanés Abelián en diferentes ciudades del Mediterráneo y el Cáucaso; actuaba en Moscú y San Petersburgo. Con ella aprendieron actuación teatral futuras estrellas del teatro armenio, tales como Artiom Beroyán y Vagrám Papazián. Para ellos era un honor ver en los afiches su propio nombre al lado del nombre de la señora Zabel.
Pero Valentín no se quedó en Tiflís. Ya en 1906 se fue a San Petersburgo y de inmediato comenzó a trabajar como inspector técnico en la sociedad de seguros Rusia. En aquel momento los clientes principales de la empresa eran los ferrocarriles y las empresas navieras, las manufactureras y las fábricas que impetuosamente se desarrollaban en el país.
En su tiempo libre, Valentín se involucró mucho en la vida cultural de la capital. Literalmente, mediante la leche materna él absorbió el amor a la poesía, a la música y desde luego al teatro. Por lo tanto, el joven Knórosov nunca faltó a una velada literaria ni a un estreno teatral.
En aquella época, el lugar más popular del arte lo ocupaba el cinematógrafo. La gente iba a ver la nueva maravilla varias veces, volviendo a las funciones que duraban 48 segundos, en las cuales corría el tren directamente desde la pantalla hacia los espectadores. Luego apareció la película El afilador. La trama era bastante sencilla: la cocinera decide afilar su cuchillo, pero su aspecto severo le da tanto miedo al afilador que se va corriendo, haciendo caer todo lo que encuentra en su camino. El público se moría de la risa. En 1905 Alejandro Janzhonkov comenzó a volverse conocido como el primer productor y director ruso quien, siendo oficial, pertenecía a la vieja descendencia cosaca. Él comenzó a comprar las películas extranjeras con el dinero que había recibido al jubilarse. Las películas en aquel entonces se vendían según la longitud de la cinta: de 45 a 75 kopeks por un metro. La calidad de las películas era horrible; los dispositivos eran aún peores. ¡Pero el público asistía! Por lo tanto, Janzhonkov decidió producir sus propias películas. En las pantallas aparece la cinta Drama en un campamento de gitanos cerca de Moscú. Posteriormente, muchos directores regresarían a esta trama romántica inmortal: el amor fatal, la pasión por los juegos de azar, la venganza sangrienta y los bailes gitanos. Se invitó como actores a verdaderos gitanos. Según los testigos, ellos se quedaban literalmente paralizados e inmóviles ante la cámara. Pero el público estaba en éxtasis por este tipo de películas. Más adelante, los cines llegaron a ser objeto no sólo de la crónica artística, sino de los acontecimientos municipales, sobre lo cual escribían en los periódicos:
10.12.1907
Hoy a las ocho de la tarde en la casa número 69, que se encuentra en la calle Sadovaya, se incendió el cine. El público tenía ataques de pánico. Solamente 12 personas lograron salir. Los demás corrían el riesgo de ser quemados vivos. De inmediato llamaron a la unidad de bomberos. Mediante las escaleras que se pusieron, todos los que se encontraban en el edificio fueron salvados. Algunos recibieron graves quemaduras. Hubo escenas horribles cerca de las ventanas, donde docenas de personas estaban a punto de caer desde el cuarto piso.[2]
Afortunadamente, Alejandra y Valentín no estuvieron en esta horrible función. En la víspera, se habían ido juntos a Velikiy Ústiug para pasar allí la navidad.
San Petersburgo. Cómo se conocieron sus padres
No se sabe con certeza cómo Alejandra conoció a Valentín. Ella apenas había cumplido 20 años. Él era seis años mayor que ella. Ambos eran increíblemente hermosos. Alejandra era una mujer alta y reservada, como son las mujeres del norte de Rusia. Tenía trenzas largas y espesas de color castaño claro. Sus ojos eran azules. Ella tenía rasgos opuestos a los del apuesto Valentín. Su cabello era oscuro y sus ojos eran cafés. Tenía una mezcla intrigante de sangre armenia.
Los jóvenes no faltaban a ningún evento cultural en Petersburgo, de los cuales había una gran cantidad y variedad.
En 1903, María Sklodowska recibió el Premio Nobel de Física junto con su esposo Pierre Curie, por el descubrimiento del radio y el polonio. Precisamente ella introdujo el término «radioactividad», que en aquellos tiempos sonaba bastante inocente. Se discutía la pregunta acerca de la admisión de la exciudadana rusa a los miembros corresponsables de la Academia de Ciencias de San Petersburgo. En el mismo año salió a luz la revista El Nuevo Camino con los poemas de un joven poeta desconocido con un nombre extraño: Aleksandr Blok. Rápidamente se convirtió en una de las figuras principales de los simbolistas de Petersburgo, desplazando al reconocido Valeri Briusov. Ya el siguiente año
salió el primer libro del poeta: Poemas de la Bella Dama. La Bella Dama resultó ser la esposa del poeta y la hija del gran químico Dmitri Mendeléyev, quien había descubierto la tabla periódica de los elementos. Eso también era muy simbólico para la Rusia en desarrollo. Todos vivían esperando algo nuevo, acontecimientos, descubrimientos, fenómenos extraordinarios…
Sin embargo, algunos grupos de jóvenes francamente suponían que la vida era gobernada por la muerte, el amor y el sufrimiento… ¡Qué bonito y romántico! Los jóvenes estaban interesados en buscar «la visión interior» que debía abrir la «esencia verdadera» de las cosas. La esencia de las cosas escondidas del mundo real. El mundo visible se consideraba solo un reflejo vago de las verdades auténticas. El arte era el camino o el medio de iluminación espiritual y de comprensión del mundo. Los jóvenes buscaban de forma activa lo que posteriormente los psicólogos llamarían insight o la revelación interior. Por lo tanto, la mayoría de los perezosos sin talento limitó su búsqueda de «la visión interior» a la inhalación banal de cocaína y al alcoholismo.
Hay que aceptar que la búsqueda depresiva de los símbolos del futuro para nada correspondía a la realidad de Rusia, que se desarrollaba impetuosamente a pesar de la impotencia del zar. Ya después de 1910, el simbolismo cede el lugar a la nueva corriente espiritual positiva. Surge una nueva corriente provocada por la realidad de la vida. Era el acmeísmo. La palabra acmeísmo significa «la fuerza floreciente». Los jóvenes acmeístas llenos de fuerza, como Nikolái Gumilióv, Anna Ajmátova y Osip Mandelshtám, recurren activamente a la realidad, al mundo material, al significado exacto de la palabra.
Sáshenka y Valentín, extasiados, asistían a las veladas literarias, visitaban el cinematógrafo, no faltaban a ningún estreno teatral. Aparte de la poesía, los unía el hecho de que leían con placer los artículos y corrían a escuchar las conferencias públicas del reconocido psiquiatra, psicólogo, fisiólogo, filósofo e hipnólogo Vladimir Béjterev. Por lo visto, sus descubrimientos acerca del funcionamiento del cerebro abrían perspectivas asombrosas para comprender la esencia del ser humano y sus sorprendentes capacidades. La psicología social, la evolución de la imagen infantil y el papel de la sugestión en la vida social eran temas que resultaban extremadamente nuevos e interesantes. Ambos jóvenes tenían ganas de comprobar en la práctica todo lo que decía Béjterev; todavía no se casaban pero ya habían decidido educar a sus futuros hijos según sus métodos.
Era en particular sorprendente escuchar las increíbles historias acerca del semianalfabeto Grigori Rasputin, que mediante la hipnosis banal logró someter a su voluntad no a cualquiera, sino a la familia del emperador. Rasputin, estando borracho, daba vueltas en taxi con las prostitutas, organizaba juegos en Moscú y San Petersburgo, se divertía con las damas de la alta sociedad, daba consejos a los dignatarios, nombraba a los ministros. Nicolás II, como embrujado, apoyaba en todo a la zarina, totalmente hipnotizada por el desgraciado sinvergüenza. Ella francamente creía que, apenas hablando en ruso, sola, bajo el mando del vidente, estaba destinada a salvar a la Rusia ortodoxa. Para cualquier persona normal era obvio que esta situación delirante de la autoridad no llevaría el país a ninguna parte. Es posible que hasta el conde Felix Yusupov y el gran príncipe Dmitri Pávlovich (desde luego, posibles amantes), que preparaban la conspiración contra el vidente malvado que se sentía intocable, ni siquiera sospechasen la profundidad de aquel abismo al que Rusia se dirigía. Y, ¿quién podía imaginar que algunos testimonios de este drama del Imperio ruso quedarían al final en manos del joven amante mexicano del ya envejecido conde Felix Yusupov?
Sáshenka y Valentín, en aquel entonces, no tenían ni la menor idea de todo esto, pero eran personas razonables y observaban lo que ocurría con el interés de los investigadores. Se sorprendían: ¿acaso nadie en la corte había escuchado las conferencias del profesor Béjterev?
Mientras tanto los jóvenes decidieron casarse casi de inmediato. Sin embargo, Valentín esperó pacientemente a que Alejandra terminara sus estudios. Alejandra era una mujer progresista y perseverante, con un carácter fuerte. Valentín estaba orgulloso de su maravillosa y encantadora novia del norte, que soñaba con su futura profesión. Ella se veía como médica, profesora, o como la investigadora que descubre los misterios humanos y las leyes del universo, así como Sofía Kovalévskaya o María Curie. Valentín apreciaba mucho estas cualidades extraordinarias de la estudiante de San Petersburgo: él también había crecido en una familia extraordinaria. Su padre lo acostumbró a admirar constantemente a su madre independiente, cuya profesión era lo más importante en su vida. Probablemente Valentín buscaba algo similar en su esposa. Alejandra, que soñaba con ser médico, correspondía a esta imagen. Era claro que Valentín no necesitaba a una mujer de hogar.
No obstante es probable que lo atrajera más el hecho de que Sáshenka Makárova era una mujer francamente creyente. Inconscientemente, Knórosov deseaba formar una verdadera familia con muchos niños, donde la madre cuidara de sus hijos y no desapareciera en giras eternas. Valentín no era creyente. Él siempre decía riéndose: «La religión es para mujeres».
Entonces, por todas estas razones, Valentín no siguió el ejemplo de su padre, que literalmente secuestró a su hermosa Miriam. Ceremoniosamente se fue a Velikiy Ústiug para pedir la mano de su novia, como lo exigían las reglas. Además, en agosto de 1910 Alejandra estaba trabajando durante un mes en el hospital de Velikiy Ústiug. Sin duda, el permiso fue obtenido. En ese mismo año, los jóvenes contrajeron matrimonio. Alejandra Serguéievna ya tenía 24 años. Después, la pareja regresó a Petersburgo, donde Alejandra siguió con sus estudios. Los jóvenes vivían en el apartamento en la empedrada línea 14 de la Isla Vasílievski, casa 37, apartamento 9. Valentín seguía trabajando en la sociedad de seguros Rusia. Después de graduarse, Alejandra, igual que su hermana Tatiana, comenzó a dar clases en una escuela. Tatiana se mudó para vivir en una casa en Fontanka. Ella también se casó y cambió el apellido de Makárova por Smólina.
Como dote de los padres, Alejandra recibió un bonito cofre forjado. En Velikiy Ústiug, ciudad de comerciantes, tales cofres se utilizaban en calidad de una especie de cajas fuertes. El revestimiento metálico ocultaba el sistema de cuatro o cinco candaditos que debían abrirse consecuentemente en un orden determinado al pulsar los lugares secretos que conocían solo los dueños. Si pulsabas correctamente, se abría un cajoncito en el que se guardaba la llave que permitía abrir el último candado. Ya en el siglo xviii la fama de los cofres de Velikiy Ústiug había trascendido las fronteras del Imperio ruso. Eran muy solicitados en el Cáucaso. Incluso en Irán y en Turquía también vendían los cofres norteños. En pocas palabras, el cofre era un auténtico valor familiar.
En 1911, María Sklodowska Curie recibió el segundo Premio Nobel, pero ya de Química. Sin embargo, para Alejandra este acontecimiento pasó casi desapercibido. ¡Cómo no! Los jóvenes Knórosov, que todavía vivían en Vasílievski, tuvieron a su primer hijo. Lo llamaron Serguei en honor al abuelo proveniente de Velikiy Ústiug, el comerciante Serguei Makárov. La familia de la madre era extremadamente amigable y unida.
Hay que añadir que, para este tiempo, San Petersburgo se transformaba impetuosamente. Ahí ya vivían alrededor de dos millones de habitantes. La ciudad crecía en un abrir y cerrar de ojos. Estaba por finalizar la construcción de un lado de Petrogrado, la isla Vasílievski y Peskí. Por las calles retumbaban alegremente los primeros tranvías. La electricidad desplazaba rápidamente a la iluminación por medio de gas. Los dandis iban por Nevski en automóviles que asustaban a los cocheros miedosos. Hasta las damas subían en bicicletas. Los aeroplanos eran la pasión de los jóvenes de avanzada; en aquel periodo parecían ser el verdadero milagro. Los aparatos telefónicos se instalaban más frecuentemente en las instituciones públicas y en muchas casas adineradas. El deporte (el boxeo inglés, las luchas y el juego colectivo, como el futbol) empezaba a ser moda.
Ferrocarriles del sur de Rusia
Sin embargo, en 1911 Knórosov tuvo que dejar la capital y mudarse a la provincia de Járkov. Alejandra Serguéievna y Valentín Dmítrievich ni siquiera tuvieron tiempo para visitar El Perro Callejero –un cabaré literario y artístico que se inauguró el último día de 1911 en San Petersburgo, en la esquina de la calle Italiyánskaya y de la plaza Mijáilovskaya, y que se volvió conocido rápidamente. Más adelante, ellos leían con envidia en las cartas enviadas por la hermana de Alejandra y en los periódicos acerca del éxito y la atmósfera fantasmagórica de El Perro Callejero, soñando con que algún día viajarían juntos a San Petersburgo.
La sociedad de seguros Rusia había enviado a Valentín Dmítrievich a Járkov ofreciéndole un buen salario, lo más atractivo era que se trataba de un trabajo interesante y con mucha perspectiva. El momento era muy importante, puesto que ahí se ampliaba el nudo de los ferrocarriles de la dirección sur. Todavía en la mitad del siglo xix, el conocido ingeniero Pavel Mélnikov propuso el proyecto de la construcción del ferrocarril Moscú-Járkov-Sebastopol. Veinte años después, la línea había llegado hasta Kursk y luego hasta Járkov y Rostóv. Al poco tiempo, el primer tren había alcanzado Sebastopol. Para Járkov, la aparición en 1869 de la línea ferroviaria desde Moscú marcó el comienzo de una nueva vida: el crecimiento del comercio, de la industria, de la actividad financiera-crediticia. La ciudad se convirtió rápido en un centro industrial grande. En 1907, dos direcciones (a Rostóv y a Crimea) se unieron en una línea ferroviaria que se llamó Ferrocarriles del Sur. La administración de los Ferrocarriles del Sur incluso había levantado en Járkov su propio edificio, cuya construcción finalizó en 1914.
No hay duda de que en aquellos tiempos la provincia de Járkov cedía considerablemente a la capital, San Petersburgo. Contaba con un poco más de 300 mil habitantes. Pero, en comparación con el periodo de finales del siglo xix, el flujo de la gente que había llegado del centro de Rusia se incrementaba más cada año, creando un problema inevitable de vivienda. La ciudad se construía dinámicamente. Uno tras otro aparecían edificios de varios pisos, así como lujosas casas privadas con todas las comodidades modernas. Sí, hay que aceptar que las casas de cuatro a siete habitaciones con calefacción centralizada, drenaje, electricidad y hasta ascensores correspondían a no más del 20% de la vivienda. Ahí vivía la gente con buenos ingresos (doctores, abogados, ingenieros, comerciantes). Gran parte de los ciudadanos vivían en viejas casas muy humildes. Y también se multiplicaban las zonas de chozas y barracones con decenas de cuartos. Vivían hasta en sótanos y semisótanos. Cualquier vivienda se alquilaba con facilidad, lo cual generaba buenos ingresos a los propietarios de estas casas. Los nobles, los comerciantes, los burgueses y los intelectuales ofrecían en renta sus mansiones urbanas, sus casas particulares, los apartamentos, las habitaciones, los rincones e incluso las camas por diferentes temporadas. Cada vez más aparecían empresarios que compraban bienes raíces con el fin de construir inmuebles para renta.
La familia de los Knórosov rentaba un apartamento en el centro de Járkov, cerca del departamento de los ferrocarriles del sur, que estaba en construcción. Ya en 1912 nació su única hija. La llamaron Galina. También fue la única de todos los hijos en heredar el aspecto físico llamativo de la abuela armenia, la actriz Mari-Zabel.
La joven familia seguía estando al tanto de los nuevos poetas y de la vida cultural en San Petersburgo pero ya de lejos, desde Járkov. Leían todas las publicaciones. No se sentían aburridos. Aquí daban presentaciones los famosos escritores Maksim Gorki, Serguei Yesenin, Alekséi Tolstói y Vladimir Mayakovski, y funcionaban las asociaciones literarias. Alegraba el hecho que en la universidad de Járkov se podía ir a las conferencias públicas del profesor de psiquiatría Konstantín Platónov, el alumno de Béjterev. La Universidad Imperial de Járkov tenía viejas tradiciones académicas. Fue una de las primeras universidades que se inauguraron en Rusia a principios de 1804, después de que el emperador Alejandro I hubiera aprobado las «Reglas previas de la educación pública».
Las guerras y las revoluciones
El 19 de julio de 1914 (según el nuevo estilo es el 1 de agosto de 1914) se desató la Primera Guerra Mundial. Alemania y posteriormente el Imperio austrohúngaro y Turquía declararon la guerra a Rusia. En Járkov cerraron el consulado alemán y el austrohúngaro. En la familia de Knórosov nació un niño más, el hijo Borís. Mientras tanto, comenzó la movilización general de los hombres en edad militar. Esto afectó no sólo a Járkov sino también a las afueras. Las familias de los reclutados se quedaban sin ningún recurso para vivir.
A Valentín Dmítrievich también lo reclutaron en el ejército. Él de inmediato tuvo que irse al frente. Alejandra Serguéievna, que apenas había cumplido 28 años, alistó a sus tres hijos y se fue al pueblo Yúzhnoye, que se encontraba cerca de Járkov. Este poblado fue fundado en el nudo ferroviario en 1906. Múltiples empleados del departamento de ferrocarriles pasaban a vivir de la ciudad a este pueblo, pues los costos de las rentas de los apartamentos en Járkov eran elevados y hacían prácticamente inaccesible la vida en la ciudad. Actualmente Yúzhnoye, en el nudo sureño de los ferrocarriles rusos se llama en ucraniano Pivdenni, aunque, si lo buscamos en el mapa de Ucrania, este pueblo aparece en el norte del país.
Pero falta mucho para estos acontecimientos de finales del siglo xx. Entonces, en la Primera Guerra Mundial, después de quedarse sin el «proveedor», ya le era imposible a Alejandra Serguéievna, madre de tres hijos, pagar incluso por una vivienda relativamente barata. Desde el comienzo de la guerra, la ciudad se convirtió en un enorme hospital militar a donde llevaban a los heridos de todos los frentes. En Járkov se encontraban los hospitales militares de evacuación 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88 y 89. Los instalaban no solo en los hospitales urbanos, sino también en las escuelas, que habían dejado de funcionar por un largo tiempo. Allá comenzaron a llegar también los prisioneros de guerra heridos del ejército austrohúngaro: alemanes, polacos, checos, italianos, eslovacos y húngaros.
No había trabajo en la ciudad. Los hijos de Alejandra eran demasiado pequeños, por lo cual ella ni siquiera podía trabajar de enfermera en un hospital militar. Mientras tanto, los poblados como Yúzhnoye (donde vivía la familia) por lo menos podían alimentarse con el huerto. Alejandra tenía que sobrevivir de alguna manera u otra y esperar a su esposo.
Después de recibir una lesión, Valentín Dmítrievich fue llevado al hospital militar y posteriormente desmovilizado del servicio militar. Regresó con su familia; los encontró en Yúzhnoye. A pesar de todo, en 1916 se mudó con su esposa y sus hijos a Járkov y continuó trabajando en la sociedad de seguros Rusia como inspector técnico, y después como jefe del departamento de seguros contra incendios.
La familia Knórosov recibió la Revolución y los tiempos turbulentos en Járkov. Es más, en este año tan providencial para Rusia nació su cuarto hijo, a quien dieron el nombre de Leoníd.
En respuesta a la noticia sobre la Revolución en Petrogrado en noviembre de 1917, la Rada Central (parlamento ucraniano) declaró la República Popular de Ucrania como parte de Rusia. Se eligió como ministro de Asuntos Militares a Simon Petliura, que se distinguía por un odio patológico hacia Rusia, transformándolo en un estilo específico de la política ucraniana. Consecuentemente, él apoyaba a Austro-Hungría, Alemania y Polonia contra Rusia. Sin éxito alguno logró meterse en peleas contra los bolcheviques, contra la Guardia Blanca, contra las fuerzas del hetman, contra los polacos y contra las pandillas de Majnó. Con todo eso, los «regimientos de Petliura» podían de repente unirse al bando del enemigo, y las unidades enemigas de repente se unían a los de Petliura.
A mediados de diciembre de 1917, Járkov era el centro de los acontecimientos revolucionarios. Los bolcheviques ocuparon la ciudad. Ya el 24 de diciembre, en el edificio de la Asamblea de los Nobles se abrió el Primer Congreso Ucraniano de los Consejos. El Congreso declaró ilegal la Rada Central y tomó la decisión sobre el reconocimiento de todos los decretos y los reglamentos del gobierno de los bolcheviques, proclamando a Ucrania como parte federativa de la Rusia soviética.
A principios de la primavera de 1918, después de que la Rada Central hubiese aprobado el acuerdo de Brest-Litovsk con Alemania y Austria, las tropas alemano- austriacas ocuparon casi todo el territorio de Ucrania. La dirección alemana rápidamente disolvió la Rada Central, sustituyéndola por el gobierno del hetman Skoropadski. Él abolió la República Popular de Ucrania e introdujo su dictadura. Pero en diciembre de 1918, el poder del hetman pasó al régimen del Directorio Ucraniano establecido por Petliura. En el sur de Rusia comenzó la intervención de la Entente.
En realidad la región de Járkov, igual que el resto de Ucrania, se vio envuelta en una ola de vacío de poder. Ni siquiera el Directorio aparecido pudo salvar la situación. Los infinitos «atamanes» y «jefes» dirigían la vida en los poblados provinciales. Ellos encabezaban a los campesinos unidos en destacamentos y se autodeclaraban solemnemente como «formaciones cosacas insurreccionales y voluntarias». A la hora de actuar, se trataba de grupos de defensa personal a nivel local que combatían uno contra el otro o contra la autoridad municipal, que en respuesta enviaba los escuadrones de la muerte y de requisición.
En junio de 1919, Járkov fue ocupado por el ejército Dobrovólcheskaya (el Ejército Voluntario, restos de tropas del régimen del zar). El primero que llegó a la ciudad fue el regimiento Drozdóvski, conocido por su peculiar crueldad. Después de la toma de Járkov, el general Denikin organizó una oración solemne. El poder pasaba de una mano a la otra.
En enero de 1919, el Ejército Rojo ocupó Járkov y siguió adelante, liberando Sebastopol y Simferópol para la primavera. Sin embargo, en el otoño de ese mismo año, una parte considerable del territorio de Ucrania quedó bajo el control de Denikin. Posteriormente, el mismo Denikin describiría estos acontecimientos en los Ensayos sobre los disturbios de Rusia:
Atacando continuamente, el Ejército Voluntario, para el 22 de mayo, había ocupado Slaviansk echando las partes perturbadas y dispersas 8 y 13 de los ejércitos de tierra soviéticos a más allá del río Séverni Donéts. El ejército 13 ya no tenía esperanzas para seguir oponiéndose. La dirección soviética, con una presión agobiante, formó nuevos centros de defensa en Járkov y Ekaterinoslav. Para allá iban los refuerzos, las partes marineras comunistas selectas y los cadetes rojos. Bronstein, con su expansibilidad «ante la cara del proletariado de Járkov», testificaba acerca del cruel peligro, exhortaba a la clase obrera que se armara por completo y juraba que «de ninguna manera se entregaría Járkov».
Simultáneamente, en la región de Sinelnikov se centraba el grupo de ataque preparado de las partes del ex segundo ejército de tierra ucraniano y de ejércitos de tierra de Crimea y Ekaterinoslav. El grupo de ataque formaba parte del ejército 14. Lo encabezaba Voroshilov, una persona sin educación militar pero atroz y decisiva. La dirección soviética puso la tarea de sacar a los ejércitos de tierra 8 y 9 que estábamos atacando. Quería hacerlo moviendo el ejército de tierra 14 al flanco desde Sinelnikov a Slaviansk-Yuzovo, detener nuestro ataque a Járkov y luego, simultáneamente, volver a la cuenca del Donets mediante el ataque del ejército de tierra 14 y el grupo de Járkov. Este plan fracasó por completo.
El ejército de tierra 14 todavía no se centraba. Entre el 23 y el 25 de mayo, la División Caucásea del corpus de Shkuro derrotó a Majnó en Guliaipole. Dirigiéndose luego en el norte hacia Ekaterinoslav, en una serie de combates derrotó e hizo correr a Voroshilov hacia el río Dniéper. Al mismo tiempo pero del lado más sureño, el grupo del general Vinogradov avanzaba exitosamente hacia Berdyansk y Melitópol. El corpus militar 3, que ya había comenzado a atacar Akmanaiski desde sus posiciones el 5 de junio, expulsó de Crimea a los bolcheviques.
Al cubrir de esta manera la dirección occidental, el general Mai-Maievski ordenó que el primer corpus militar del general Kutepov y la división del Térek del general Toporkov avanzaran continuamente a Járkov. Volcando al enemigo sin permitir que lo notara, estos ejércitos recorrieron en un mes un poco más de 300 verstas (una unidad de longitud rusa). El 14 de junio, los cosacos del Térek tomaron Kupiatsk. Rodeando Járkov desde el norte, desde el noroeste para el día 11, cortaron la comunicación del grupo de Járkov de los bolcheviques dirigidos a Vorozhba y Briansk y destruyeron varios escalones de los refuerzos que se acercaban… El 23 de junio, con un ataque repentino y cortando los mensajes de Járkov dirigidos a Kursk, la columna derecha del general Kutepov ocupó Bélgorod. El 24 de junio, después de combates que duraron cinco días en las cercanías de Járkov, su columna izquierda irrumpió en la ciudad y la ocupó después de un combate callejero violento.[3]
Unos meses después, como resultado del contraataque del Ejército Rojo, el 12 de diciembre Járkov fue liberado. En 1920 ya habían liberado Odessa. En eso emergió el estudiante fracasado Józef Pilsudski, distinguido por su crueldad e infamia. Su actividad igualmente terminó en un fiasco total.
No es casualidad que en Ucrania exista desde hace mucho tiempo el proverbio: «Donde se reúnen dos ucranianos, allí aparecen tres hetmanes». Durante la Guerra civil estos tres hetmanes regularmente se mudaban de una fuerza hacia otra: de «los de Petliura» hacia «los rojos» y viceversa. La mayoría de los atamanes resultaron ser exsuboficiales y alféreces que habían regresado de los frentes de la Primera Guerra Mundial. Ellos no sabían trabajar y tampoco querían hacerlo. Mataban con facilidad. Cada uno pretendía crear su propia «república» alrededor de su aldea. Los atamanes con nombres Ángel, Jmara («nube»), Lijo («maldad»), Kozyr-Zirka («triunfo»), Zhivoder («desollador») imaginaban a su manera «la voluntad y la libertad».
En marzo de 1921, la Rusia soviética y Polonia firmaron un acuerdo sobre la frontera. Así se acabó la aventura de Pilsudski y finalizó la infinita y sangrienta Guerra civil.
Se puede imaginar lo difícil que fue para Valentín Knórosov, sin trabajo, con una joven esposa y cuatro hijos, mantenerse a salvo durante todos esos años de «los liberadores», defender y mantener a la familia. Sin embargo, posteriormente este episodio de seis meses de vida bajo la ocupación de Denikin será narrado incluso a su hijo Yuri, quien en aquel momento no había nacido todavía. ¿Quién necesitaba la sociedad de seguros cuando las autoridades cambiaban casi a diario? No obstante, la prerrevolucionaria sociedad de seguros Rusia, incluso en aquellos tiempos salvajes, continuaba cumpliendo con sus obligaciones. En pocas palabras, en medio del cambio de poder, Valentín Dmítrievich tomó la decisión de mudarse de Járkov al pueblo vecino Yúzhnoye. En 1921, empezó a construir su propia casa.
Precisamente en esta casa pasará la niñez y la adolescencia el futuro genio del desciframiento, Yuri Knórosov.
[1] Estatuto de la Imperatriz Ekaterina II sobre la Orden imperial y militar de San Jorge, mártir y victorioso, de año 1769 [http://george-orden.narod.ru/statut1769.html].
[2] “Incendio”, Russkoye Slovo, Moscú, 10 de diciembre de 1907 [http://starosti.ru].
[3] A. I. Denikin, «Ocherki russkoi smuty» [https://www.litmir.me/br/?b=56933&p=1].