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GLOSARIO

ABSOLUTO (Absolutes)

Del latín absolutus (acabado, ilimitado, incondicionado). Hegel refiere este término a la «identidad de sujeto y objeto», que corresponde a la definición clásica de la verdad. Pero esta identidad no puede suponerse, después de Kant, como un ser trascendente ni fundarse en una instancia divina, pues entonces no sería «absoluta», sino objeto de un pensamiento y, por tanto, dependería de éste. Hegel critica también la fundamentación kantiana de la verdad en el sujeto pensante: la identidad de sujeto y objeto en el sujeto trascendental y la diferencia empírica entre el sí mismo y el mundo se hallan en Kant estrictamente separadas, y esto significa también que la determinación subjetivamente fundamentada de la verdad no es «absoluta», sino que está condicionada por una distinción. Si se libera lo absoluto de distinciones presupuestas, debe pensarse consecuentemente como «identidad de identidad y no identidad», es decir, como identidad que no excluye la diferencia y la desunión. La verdad «absoluta», es decir, independiente de distinciones presupuestas, se determina entonces como superación, es decir, como transformación de una desunión existente en el conocimiento de su relación interna. La verdad es así, según Hegel, resultado de un proceso de conocimiento (vid . EXPERIENCIA ).

ARTE (Kunst)

En los primeros escritos de Hegel hasta Diferencia entre los sistemas de filosofía , el arte aparece cual paradigma de los procesos de conocimiento filosóficos, puesto que en él las dimensiones consciente e inconsciente de la experiencia van unidas. Al igual que la producción artística, la reflexión filosófica no se limita para Hegel sólo a la actividad constructiva de un sujeto pensante. La dinámica propia de la relación entre sujeto y objeto incluye también la perspectiva del sujeto en un proceso autónomo de conocimiento en el cual ésta se modifica. En la Fenomenología del espíritu el arte es una forma de la representación sensible de la verdad: en la «religiónarte» griega, lo absoluto estaba en el templo, en la estatua o en la representación colectiva de la tragedia inmediatamente presente en una experiencia sensible. En la modernidad, ni la experiencia sensible del arte ni la experiencia espiritual de la religión son suficientes, según Hegel, para las nuevas exigencias de una experiencia colectiva de la verdad. Hegel sustituye aquí el arte y la religión por la filosofía, que se concibe como «ciencia» y que ha superado cada relación con una verdad presupuesta en favor de una transparencia de la lógica de su proceder.

CATEGORÍA (Kategorie)

Para Kant, categoría es el «concepto puro del entendimiento», es decir, un tipo de conceptos que no se refieren a objetos sino que regulan la manera en que los objetos se nos dan. Para Kant, las categorías básicas en las cuales los objetos siempre se nos dan son: cantidad, cualidad, relación y modalidad. Hegel critica que Kant entendiera estas categorías como «conceptos puros del entendimiento», que el pensamiento presupone y recoge como dados, sin reflejarlas en su génesis histórica. De esta crítica resulta para él el «concepto».

CIENCIA (Wissenschaft)

Después de rechazar toda fundamentación trascendente de la verdad en el sentido de la metafísica clásica, Kant tuvo que plantearse el problema de justificar la verdad «científicamente», es decir, más allá de cada presuposición dogmática, en la autorreflexión sobre las condiciones subjetivas de su constitución. En tal sentido entiende Fichte su filosofía como «doctrina de la ciencia», esto es, como reflexión y fundamentación de las condiciones bajo las cuales es posible la verdad del conocimiento subjetivo. Hegel conserva este lenguaje, pero ya no entiende la «ciencia» sólo como autofundamentación subjetiva, sino como experiencia que el sujeto hace desde su propio condicionamiento histórico. La ciencia no es entonces sólo una tarea constructiva de la subjetividad pensante, sino que vuelve transparentes los presupuestos históricos de esta concepción moderna de «yo pienso». La ciencia sería entonces, según la concibe Hegel, un pensamiento que no debe recurrir para su fundamentación a ningún presupuesto no reflexionado (vid . SISTEMA ).

CIVILIDAD (Sittlichkeit)

Este concepto procede de la crítica de Hegel a la concepción kantiana de la moralidad, la cual presupone un sujeto autónomo. Hegel sostiene que la subjetividad no puede considerarse autónoma, puesto que en ella hay siempre conexiones y relaciones con otros sujetos históricamente constituidas. La civilidad comprende las condiciones, las aspiraciones, las normas y las leyes históricas que resultan de la convivencia de los sujetos y en medio de las cuales se constituye la subjetividad.

CONCEPTO (Begriff)

A diferencia de Kant, Hegel entiende el concepto no como forma abstracta del pensamiento que regula nuestras intuiciones sensibles, pues incluso la relación del pensamiento puro con la intuición sensible se constituyó históricamente en la época moderna, y esto significa que implica una lógica y presupone un concepto muy determinado tanto del pensar como del ser. E igual que no hay un pensar fácticamente dado, tampoco hay un ser fácticamente dado que no esté sujeto a determinaciones del pensamiento ni sea, por consiguiente, momento de un concepto. Los conceptos bajo los cuales pensamos la realidad no pueden, por tanto —como tampoco el lenguaje—, reducirse a la labor constructiva de un sujeto, pues también la «subjetividad» es siempre una forma conceptual históricamente constituida y mudable. Por eso, en la Fenomenología del espíritu Hegel habla también de «automovimiento» del concepto, de su autonomía frente a todo empleo intencional de dicho concepto. Para Hegel, el «concepto» de una cosa no se refiere a un objeto, sino que encierra la totalidad de las condiciones históricas que lo emparejaron a ese «objeto» y sedimentaron en él. Por eso, conocer el concepto de una cosa implica una penetración cada vez más diferenciada en sus capas profundas, en las cuales también la perspectiva del conocimiento tiene que cambiar a cada paso.

CONCIENCIA (Bewußtsein)

En su definición clásica, que Hegel acepta, la conciencia es el acto de referirse a objetos y distinguirlos de uno mismo. La conciencia de objetos incluye, por tanto, la autoconciencia aun cuando ésta no se haga explícita a toda forma de conciencia. La Fenomenología del espíritu distingue las formas de conciencia según la manera en que la realidad objetiva llegue en ellas a la conciencia: como dato sensible en la «conciencia sensible», como ser constituido conceptualmente en la «autoconciencia», como conexión de contenidos morales en la «conciencia moral», etc. La «experiencia de la conciencia» que la Fenomenología describe induce a superar la separación entre conciencia de sí mismo y conciencia del objeto, que toda perspectiva subjetiva presupone, así como a mostrar que ambas se implican mutuamente.

CONTRADICCIÓN (Widerspruch)

Hegel concibe la contradicción de manera «dialéctica», es decir, no como dato fáctico, sino en conexión con el concepto determinado y la perspectiva determinada que ella implica. Así entendida, toda contradicción tiene una historia previa e implica una lógica interna, una relación constitutiva entre sus polos opuestos; así, cuando sujeto y objeto se excluyen mutuamente, ambos están por igual condicionados por esa diferencia. Cada uno es sólo en su referencia negativa al otro que excluye, es decir, este otro es en verdad un momento de su propia identidad. Ambos, el sí mismo y el otro, son a su distinta manera el todo de su relación «sujeto/objeto subjetivo y sujeto/objeto objetivo»; en otras palabras, el pensamiento es un ser materializado en el devenir histórico y en el lenguaje a la vez que un ser constituido por el pensamiento histórico. Esta superación dialéctica de la contradicción mediante la intelección de su conexión constitutiva transforma la relación de los polos opuestos y abre la posibilidad de repensarlos. Vista bajo esta luz, la lógica de una contradicción adquiere autonomía frente a todo intento de fijar sus polos. Por eso habla Hegel en Diferencia entre los sistemas de filosofía de «oposición real»: mientras que entre las oposiciones «ideales» —es decir, conceptuales— hay contradicción (vivo y muerto, bueno y malo), una oposición «real» o «viva» implica una relación constitutiva en la que ambas partes se enriquecen y complementan (los opuestos reales o las formas de vida distintas no se contradicen, la muerte es un momento constitutivo de la vida, y lo que aparece como bueno o malo puede aparecer desde otra perspectiva como su contrario, etc.).

DIALÉCTICA (Dialektik)

Forma del pensamiento no objetivo que se retrotrae a Platón, en el que designa un procedimiento para superar contradicciones en el pensamiento y en el ser. Esta superación no es una operación subjetiva que se oponga a la contradicción, sino que consiste en el conocimiento de su conexión interna. La dialéctica es entonces un pensar que, interiorizándola o recordándola, penetra en esta conexión de la contradicción y saca a la luz su génesis y su lógica interna. Entonces la apariencia de los polos opuestos cambia, y cambia también la perspectiva del pensamiento, que antes sólo había percibido esa conexión como contradicción. Por eso la dialéctica no es para Hegel un procedimiento operativo del que la filosofía se sirva en relación con los objetos, sino la lógica y el «automovimiento» autónomos de «la cosa misma», es decir, de la entera conexión de una contradicción existente y de la forma de pensamiento que la presupone.

ENTENDIMIENTO (Verstand)

Hegel toma la distinción de Kant entre razón y entendimiento; el entendimiento es la facultad de referirnos a objetos por medio de nuestros conceptos, y la razón es la facultad de pensar nuestra propia referencia a los objetos. De acuerdo con esta distinción, el entendimiento es para Hegel una forma de pensamiento que fija lo pensado como un dato objetivo prescindiendo del efecto constitutivo de su propia perspectiva.

ESPECULACIÓN (Spekulation)

Del latín speculum (espejo) y speculatio (espiar, acechar, observar). Para Kant, el pensamiento que emplea conceptos de la razón (subjetividad, Dios, mundo) es «mera especulación» a la que no corresponde ningún objeto y, por ende, ninguna experiencia. Estos conceptos se refieren a un ser incondicionado que, según Kant, no puede ser objeto de un conocimiento posible. Hegel extiende el concepto de experiencia más allá de la determinación kantiana y concibe la especulación como una forma de experiencia y de conocimiento: la de lo absoluto. La especulación es así un conocimiento que va más allá de lo objetivamente dado hasta lo espiritual en él subyacente. Para Hegel, este dominio tampoco es objeto del pensamiento. Pero no se sustrae a él, sino que confronta al pensamiento con las insuficiencias de su particular perspectiva. El conocimiento especulativo es entonces una forma de pensamiento que «refleja» (reflexiona) en lo otro pensado los límites de su propia perspectiva, lo cual le hace cambiar. Este cambio es «especulativo» en la medida en que no puede ser anticipado desde el punto de vista subjetivo que cambia: se opera en él. Pero también es especulativo porque incluye una reflexión, una percepción de una insuficiencia (vid . DIALÉCTICA ).

ESPÍRITU (Geist)

Espíritu es para Hegel la conexión interna, la lógica que implica la multiplicidad de lo real. Lo múltiple, lo diverso, nunca es dado sólo de manera fáctica, sino que es algo que ha llegado a ser y está en devenir; es decir, es expresión de consecuencias lógicas. Por consiguiente, el espíritu no sólo puede atribuirse al pensamiento, pues todo lo que es, es, en cuanto algo que ha llegado a ser y algo diferente de otro y a otro referido, expresión de unas relaciones lógicas. Estas relaciones lógicas no pueden reducirse a la labor constructiva de un pensamiento subjetivo que es él mismo resultado y expresión de transformaciones históricas. Por eso puede Hegel partir de la base de que sólo «lo espiritual […] es lo real», es decir, de que lo espiritual no se opone a la realidad «real» o «sensible», sino que es la condición creadora para que puedan producirse las oposiciones y las distinciones. En este sentido, lo espiritual no es ningún presupuesto de lo real, sino la lógica inmanente de sus diferenciaciones y de su devenir.

EXPERIENCIA (Erfahrung)

Hegel no restringe la experiencia a experiencia de objetos, en la cual la conciencia reúne acumulativamente nuevas experiencias, sino que incluye el horizonte histórico de las experiencias, en el cual se constituye toda relación entre el sí mismo y el objeto. La conciencia, a la que no le están dados sin más su propio horizonte y su propia perspectiva en relación con la experiencia, sino que ambos le son problemáticos, cambia en ellos, y esto significa que cambia toda su relación —antes no cuestionada— consigo misma y con el objeto. La experiencia es, pues, no sólo una actividad, sino también, y en la misma medida, experiencia de un cambio involuntariamente sufrido, una «reversión de la conciencia», como lo llama Hegel en la «Introducción» a la Fenomenología del espíritu , donde precisa: «Este movimiento dialéctico que la conciencia ejerce en ella misma, tanto en su saber como en su objeto, en la medida en que , a partir de él, le surge a ella el nuevo objeto verdadero , es lo que propiamente se llama experiencia » (vid . DIALÉCTICA, NEGATIVIDAD ). La experiencia no progresa, por tanto, de forma lineal, pues su perspectiva cambia a cada paso, con lo que incluye tanto el devenir como el perecer.

IDEA (Idee)

Para Hegel, idea es «el concepto adecuado en el que objetividad y subjetividad son iguales y la existencia corresponde al concepto». Esto no significa que la objetividad corresponda a un «determinado» concepto subjetivo que se tenga de ella, pues si la objetividad y la subjetividad se constituyen y se implican mutuamente (vid . CONCEPTO, CONTRADICCIÓN ), ambas se «corresponden» en todas las constelaciones lógicas (también a un concepto unilateral e inadecuado le corresponde siempre una realidad determinada por sus relaciones de inclusión y de exclusión). La idea es por tanto la expresión de que no existe oposición ni contradicción que no implique una lógica interna y, por ende, una determinada relación de correspondencia entre polos opuestos. Conocer la «idea» de una cosa es para Hegel tener un conocimiento adecuado de ella, un conocimiento no atado a presupuestos subjetivos.

IDENTIDAD (Identität)

A diferencia de la identidad abstracta o numérica de algo idéntico «consigo mismo» que se «diferencia» de lo no idéntico, la identidad implica también para Hegel la idea de que dicha identidad está siempre condicionada y determinada por aquello de que se diferencia. La identidad no es sólo delimitación frente a otro, sino también apertura a otro: «identidad de identidad y no identidad» (vid . ABSOLUTO, CONTRADICCIÓN ).

INTUICIÓN (Anschauung)

Como para Kant, la intuición es para Hegel una forma del conocimiento sensible, receptivo. En Diferencia entre los sistemas de filosofía aparecen unidas la reflexión como construcción intencional de objetos y la intuición como determinación del pensamiento. Según Hegel, en esta unión de los momentos activo y pasivo, consciente e inconsciente, del conocimiento, la reflexión deviene especulación.

MUERTE (Tod)

En el Fragmento de sistema de 1800 Hegel escribe que «en el todo viviente, la muerte, la oposición, el entendimiento están puestos simultáneamente». Es decir, para él no hay vida que no sea una vida de formas finitas y diferentes, y ningún todo que no sea conexión de opuestos. La muerte es, por tanto, no sólo el fin de la vida, sino también la condición para que la vida pueda adoptar formas, transformarse, diferenciarse de otros y relacionarse con ellos: como negatividad, la muerte es, al mismo tiempo, el principio constitutivo de la vida. En la Fenomenología del espíritu , la muerte es la apertura «absoluta» que relaciona una forma viva con la totalidad de la vida y le impide cerrarse autorreferencialmente a otras: «Lo que está limitado a una vida natural no puede ir por sí mismo más allá de su existencia inmediata; mas hay algo otro que lo empuja más allá, y este ser-arrancado es su muerte». La muerte es aquí ese «otro» que acompaña al sí mismo como una sombra: final y momento constitutivo de su ser y su devenir.

NEGACIÓN, NEGATIVIDAD (Negation, Negativität)

Para Hegel, la negación de una cosa está constitutivamente ligada a la cosa que niega: no la deja atrás ni la elimina, sino que depende de ella y ella la determina (vid . CONTRADICCIÓN ). Toda negación de algo es, por lo tanto, «negación determinada», como dice Hegel en la Introducción a la Fenomenología. La negación y lo negado han de entenderse, pues, como momentos de un proceso en el que ambos están referidos uno a otro. Toda negación de algo debe reconocer que aquello que niega es un momento constitutivo de sí misma. Hegel llama «negatividad» a aquel «automovimiento» en el que una contradicción o una oposición, en razón de su relación constitutiva, de la lógica interna de su desunión, es «arrancada y llevada más allá de sí misma» (vid . MUERTE ) y se transforma. La expresión «negatividad» designa así la transformación autónoma a que está sometido todo ser temporal.

PENSAMIENTO (Denken)

Para Hegel no es sólo pensamiento subjetivo frente al objeto pensado, sino también el «automovimiento» que en ese pensamiento se da cuando conoce tanto la relación constitutiva entre el pensar y lo pensado como su propia relación con lo no pensado, excluido en su forma actual. El pensamiento es también, más allá de la actividad subjetiva del entendimiento, un proceso autónomo o una negatividad autónoma en la que la propia relación entre sujeto y objeto se diferencia y se transforma (vid . CONCEPTO, EXPERIENCIA ).

PROCESO (Prozeß)

Hegel concibe el conocimiento filosófico como un proceso de la experiencia en el que las unilateralidades, los prejuicios y los presupuestos de las formas de conocimiento existentes son reconocidos y superados (vid . SUPERACIÓN ). En este proceso, la lógica interna de las contradicciones existentes, su verdadera «sustancia», habla y se vuelve transparente: «La génesis interna o el devenir de la sustancia es inseparablemente transición a lo exterior o a la existencia, ser para otro». Pero este nuevo lenguaje no fija la verdad y debe ser a su vez reflejado en sus condicionamientos históricos: «y, al contrario, el devenir de la existencia es el replegarse en la esencia». Es decir, toda determinación filosófica de la verdad se inscribe nuevamente en un movimiento de la reflexión en el que también debe ser consciente de sus relaciones de inclusión y de exclusión. Pero este proceso no es una sucesión infinita de verdades que se reemplazan unas a otras, es decir, no puede interpretarse como un progreso lineal, pues para Hegel el conocimiento sólo es adecuado cuando no fija objetivamente la nueva verdad y la opone a la verdad anterior, sino que la concibe, en el contexto de su génesis, como «negación determinada». El conocimiento incluye una interiorización/recuerdo del proceso de transformación del que procede y en el que se modifica (vid . SUPERACIÓN, EXPERIENCIA ). Por eso habla Hegel de un proceso «duplicado» y de direcciones contrarias en el que el devenir y el quedar atrás se condicionan mutuamente. No se trata de un progreso, sino de un proceso de «intensificación» y de diferenciación del conocimiento.

RAZÓN (Vernunft)

Comprensión de la relación constitutiva entre el pensamiento y el ser (vid . CONCEPTO, IDEA, ESPÍRITU ). La célebre frase de Hegel del «Prólogo» a Líneas fundamentales de la filosofía del derecho , según la cual lo real es racional y la razón, real, sugiere que toda realidad empírica, por irracional que resulte, implica tras su apariencia empírica una consecuencia y una lógica internas que la hace ser como es. La frase de Hegel sobre la identidad de razón y realidad no es, por lo tanto, un juicio sobre la realidad empírica, sino una referencia a sus relaciones internas.

REFLEXIÓN (Reflexion)

Del latín reflexio (la acción de volver atrás). La reflexión es un pensamiento que vuelve a sus presupuestos. En Diferencia entre los sistemas de filosofía distingue Hegel tres formas básicas de reflexión que resultan unas de otras. La reflexión sobre objetos dados corresponde al entendimiento. Si al mismo tiempo se reflexiona, como Kant, sobre que los objetos no son dados fácticamente, sino siempre en el horizonte del pensamiento, entonces se llega a una reflexión de segundo grado: la reflexión del pensamiento sobre su relación con el objeto. Una siguiente reflexión muestra que también esta «reflexión de la reflexión» no está libre de presupuestos, pues como relación consigo misma está condicionada por aquello de que se delimita: el mundo empírico e histórico. La nueva reflexión conduce más allá de la autorreflexión meramente subjetiva y la abre a lo «otro que sí misma»: inserta la autorreflexión subjetiva en su historia, y así se convierte en especulación.

SISTEMA (System)

Cuando Hegel escribe en la Fenomenología que «lo verdadero es real sólo como sistema» tiene detrás la idea kantiana de que en la modernidad la verdad no se puede justificar como presupuesto dogmático, sino sólo en una autofundamentación del pensamiento. Esta justificación debe ser «científica» (vid . CIENCIA ) o «sistemática», es decir, no debe sustentarse en presupuestos que no hayan sido objeto de reflexión y no estén justificados en el todo de un orden sistemático. Ahora bien, si Hegel considera la subjetividad trascendental de Kant como presupuesto no mediado del pensamiento, el cual necesita de una mediación sistemática, ya no puede reducir la idea de «sistema» a una construcción de la subjetividad pensante. El sistema se convierte en Hegel en una reflexión sobre la génesis histórica de los puntos de vista subjetivos. Esta reflexión es sistemática como despliegue de un proceso autónomo en el que el pensamiento se percata de forma sucesiva de sus presupuestos y prejuicios y, en virtud de ello, se modifica. Este movimiento se «consuma» cuando el sistema ya no contiene presupuestos y distinciones que no han sido a su vez momentos de la exposición. Se trata de una forma de pensamiento en la que, como en una obra de arte o en un organismo vivo, cada momento encierra en sí todos los demás momentos y está justificado como una función del todo. Pero este «todo» no está clausurado hacia fuera, sino que se constituye como incesante devenir y cambio de sus relaciones con «su otro» (vid . TOTALIDAD ). Por eso Hegel no puede concebir su posición filosófica sino en relación con todas las formas contemporáneas del saber: como inserta en un proceso no concluido en el que incesantemente se diferencia de otras y de manera continua vuelve a lo ya alcanzado para reformularlo.

SUPERACIÓN (Aufhebung)

Superación es una determinación fundamental del conocimiento filosófico de la verdad que posee el doble significado de «conservar» y «negar», «borrar» o «cancelar». Si el pensamiento no puede presuponer la verdad (vid . ABSOLUTO ) como dato, sino producirla desde la intelección de la lógica interna de las no verdades existentes, la superación de una no verdad y una escisión existentes es un «proceso» de conocimiento. La nueva verdad conocida sólo es adecuadamente concebida cuando no es objetivada como resultado de ese proceso, sino recordada/interiorizada en su génesis como transformación de una perspectiva del pasado. El doble sentido de la palabra Aufhebung connota una relación constitutiva e intensiva entre «recordar» y «transformar».

SUSTANCIA (Substanz)

Del latín substantia (en sentido filosófico, «lo que está debajo de», «lo que existe por sí», «lo subsistente»). En el prólogo a la Fenomenología escribe Hegel que «la esencia» no debe aprehenderse sólo «como sustancia sino, en la misma medida, como forma». Si la metafísica clásica había considerado el ser sustancial como dato, Kant enseñaba que todo lo dado se halla en el horizonte de una subjetividad a la que le es dado. Pero para Hegel, la subjetividad tomada sola y por sí no es el fondo último del pensamiento. También la subjetividad tiene su génesis, y su horizonte cambia en la historia, de suerte que este devenir inmanente, esta constitución y transformación de la subjetividad como lo sustancial y a la vez subjetivo, debe entenderse como subjetividad que históricamente se transforma. La transformación así entendida conecta la idea moderna de la subjetividad con la idea antigua de una sustancialidad —que Hegel concibe como movimiento histórico— que no está objetivamente al alcance del sujeto, sino que corresponde al modo de su conocimiento.

TOTALIDAD (Totalität)

Dado que cualquier todo, por extenso que pueda concebirse, remite a un «fuera de él» como momento constitutivo de su totalidad, para Hegel la totalidad no puede pensarse como algo clausurado, sino que exige la inclusión del «fuera». Dicho con otras palabras, la «totalidad» no puede pensarse como un todo que comprende una multiplicidad —esta concepción sería «totalitaria»—, sino como un todo abierto que se transforma. Desde la perspectiva temporal, ningún todo puede pensarse como algo que está «más allá» de sus momentos particulares, pues cualquier todo en el tiempo sólo es un momento entre otros. El movimiento del «todo» temporal sólo es real en sus momentos y en la transformación de dichos momentos. La totalidad temporal no es, en otras palabras, la totalidad de todos los puntos temporales, sino una totalidad que —como la VIDA — se realiza «intensivamente».

UNIDAD (Einheit)

Vid . IDENTIDAD .

VERDAD (Wahrheit)

Absoluto. Según la definición clásica, verdad es la adecuación de pensamiento y objeto. Como Hegel piensa esta relación a la luz de sus transformaciones históricas, la verdad no puede fijarse, sino que exige la inclusión de la perspectiva desde la cual es pensada la constelación de pensamiento y objeto. La verdad implica entonces una referencia a su otro, la no verdad, o una verdad unilateral, de la que procede. Por eso, en el Prólogo a la Fenomenología Hegel califica la verdad como «delirio báquico en el que no hay ningún miembro que no esté ebrio». La verdad no es, en otras palabras, ningún dato «que pueda embolsarse como una moneda», sino que es el resultado de un proceso de conocimiento en el que a un determinado horizonte de la verdad se le evidencia su propia perspectiva y se transforma. El conocimiento de la verdad sólo es adecuado en la medida en que interioriza la totalidad de este proceso.

VIDA (Leben)

La vida es para el joven Hegel, y todavía en Diferencia entre los sistemas de filosofía , el nombre para un ser absoluto, es decir, un ser que no puede fijarse como objeto: toda determinación de la vida es ella misma una exteriorización de la vida y una expresión mudable de sí misma. Pero la vida tampoco puede asentarse sobre algún presupuesto eminente de sus formas de expresión o abstraerse de su multiplicidad como universalidad, pues toda forma viva implica íntegramente «el todo» de la vida, pero no lo fija, sino que es un momento pasajero de ese todo. La vida universal y la vida particular no pueden ni reducirse una a otra ni separarse una de otra, sino que ambas se implican mutuamente. Con la acentuación de la dimensión histórica de la vida en la Fenomenología del espíritu , el concepto de vida pasa a ocupar un segundo plano en beneficio del concepto de espíritu.

Hegel I

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