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CAÍDA SIETE

Héctor oyó un grito penetrante. Soltó sus herramientas, tomó un martillo y corrió escaleras arriba, subiendo los escalones de dos en dos. Una vez que hubo llegado escuchó un gruñido de hombre y encontró a una muy confundida Cherry con sólo una toalla de baño y chorreando agua, encogida de miedo apartándose de Tony

“¡Coño, es bien rápida! No vi venir el golpe” Tony hizo una mueca de dolor, agarrándose las bolas.

Héctor se relajó y puso el martillo a un lado.

“¡Él – él se irrumpió aquí!” Tartamudeó Cherry apuntando hacia el bastante pesado nerd.

“Sí… lo siento. En realidad es un amigo mío y no, no diría que es inofensivo, así que mantente en guardia con él. Tony, saluda a la encantadora señorita”. Héctor abrió sus manos en un gesto típico de quien presenta a una persona con otra. Cherry en verdad estaba echando humo. Joven, con tetas muy jugosas y erectas que una simple toalla no podía mantener, largas piernas, una cara linda y un gran culo. Héctor en verdad ya había visto todo el paquete en ese juego loco de pelota de todos contra uno en Pinups’. Sí, Cherry era sexy, eso no se podía negar. Podía entender la lujuria de Tony, pero la verdad es que un hombre debería saber controlarse.

“Hola Cherry, por supuesto sé todo sobre ti” dijo Tony como un roedor. “Medidas, pasatiempos, incluso la marca de nacimiento en tu muslo que parecen un par de cerezas”.

“¿Qué?” exclamó cubriéndose.

“Sí, puede que no quieras tener que ver con eso en el futuro”. Héctor hizo una mueca y se llevó al lujurioso hasta la cocina. “Anda y vístete Cherry. Estaremos en la cocina”.

Cherry se vistió y Tony se mordió el labio. “Coño hombre, ella está aún más buena en persona, perdí el control, no podía pensar”.

“Sí, sí, yo sé adónde se te fue la sangre”. Héctor lo empujó hacia la silla y vertió ouzo para ambos. “Mira, este es un problema real de recursos humanos. Si vamos a hacer esto aquí con las Pies, tienes que mantenerte en control. No puedo tolerar tu lujuria ante cada teta que aparezca en la vecindad”.

Tony tomó un pase y se puso en control de sí mismo enderezando su espalda. “Puedo manejarlo”. Dijo, y se tomó todo el vaso de ouzo de un solo trago.

Héctor parpadeó ante eso. “Bi-en… Ahora, de vuelta al trabajo. ¿Qué tienes para mí? Para Cherry, básicamente”.

Justo en ese momento, ella apareció, secándose el corto pelo con una toalla pero vestida con pantalones deportivos. Héctor reconoció que los pantalones sueltos eran una opción inteligente de su parte “¿Qué pasa conmigo?”

“Como decía, Tony es un hacker. Por el momento no necesitaremos ese tipo de servicio, pero aún necesito cosas como presencia en línea, transmisión a través del internet (streaming), descubrimiento y todo eso. Le pedí que se encargue de toda nuestra presencia en línea, a él le encanta esa mierda, ya es un gran fanático de Ciberpink y confío en él. Al menos con mis bits y bites”.

Cherry volteó hacia él y le tendió la mano. “Lo siento, me sorprendiste antes. Soy Caroline, pero los fans me llaman Cherry.

Tony le estrechó la mano, obviamente encantado por tocarla. “Lo sé, yo, Hacker”.

Cherry asintió, “Lacónico, muy bien”. Se sentó lejos de Tony.

“En verdad no, tiene un problema que hace que se muerda la lengua cuando está frente a damas bonitas. De cualquier forma, comienza ahora, hombre. Dinos que tienes planeado para nosotros”. Héctor movió su mano para indicarle que continuara.

Tony cambió de actitud por completo. “Sí, entonces ya tengo el sitio Pie listo, están todos inscritos en el torneo, sin la lista de participación, por supuesto. Los mensajes están configurados y listos para aceptar el dinero. Incluso añadí una encriptación persona a persona para evitar que algún tracalero como yo se conecte sin pagar”.

“Si, si, suena increíble. ¿Qué más?”

“Bien, los anuncios están automatizados, todo el mundo conoce a Cherry y la están revisando”, dijo Tony mientras la miraba

Cherry se movió inquieta en donde estaba.

“Es muy popular entre los chicos. Estaremos mercadeando y funcionando ya. Eso es todo después que las Pie pasen las pruebas de calificación, por supuesto”.

“Por supuesto”, asintió Héctor. “¿Migraste sus medios sociales?”

“Todo está programado. Hice un macro y sólo necesito tu confirmación como dueño”. Tony sacó una orden de comando en su veil y lo volteó hacia Héctor.

Echándole una mirada sólo quedaba esperar por una pregunta estilo retro de ¿SI/NO? Héctor se arrugó de hombros y respondió ‘SI’

Tony se hizo cargo e introdujo la orden de comando mientras observaba el texto moverse “Sí, ya lo está haciendo, tiene cada bit de datos de Cherry. Ahora está en nuestros servidores”.

Héctor levantó su ouzo y le dijo a Cherry, “Tenemos servidores, ves, tan profesional”. Sonrió y tomó un trago.

Cherry entrecerró los ojos, negó con la cabeza y le dijo, “Sí, lo sé, yo sé de computadores”.

“Está bien. Lo siento, sólo entiendo apenas una quinta parte de las palabras que Tony usa”. Héctor golpeó la mesa. “Bien, hemos terminado, Tony, vete a tu casa del coño para que no tenga que preocuparme más por ti. Cherry, tómate el resto del día e instálate, “mi casa es su casa” y necesito ir a comprar más chicas para que en realidad tengamos un equipo.

Pie De Cereza

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