Читать книгу Breve historia de los cineastas del Caribe colombiano - Gonzalo Restrepo Sánchez - Страница 23
1920–1930 Salas de cine
ОглавлениеSi bien, desde el punto de vista cinematográfico, parece no haber ocurrido nada en el Caribe colombiano desde los años veintes a los años cincuentas, sobre filmaciones de cineastas costeños, sí se pueden indicar —de forma breve— algunos sucesos interesantes de Colombia manteniendo un orden cronológico, tomando como punto de partida el período presidencial de Pedro Nel Ospina (1922-1926). En el interior del país, después del éxito de María (Máximo Calvo y Alfredo del Diestro, 1919), se filma Aura o las violetas (Pedro Moreno Garzón y Vincenzo Di Doménico, 1924), cinta de dieciocho minutos, basada en una novela corta del escritor colombiano José María Vargas Vila publicada en 1889.
El General Pedro Nel Ospina fue uno de los grandes presidentes de Colombia. Bajo su mandato contrató a un grupo de personas encabezadas por el profesor Edwin Walter Kemmerer, quien recomendó la Ley del Presupuesto Nacional, la creación del Banco de la República y la Contraloría General, entre otras entidades estatales y Leyes. Mientras surgía un nuevo modelo de vida, los colombianos podían ver en las salas de cine: Una mujer en París (A Woman of Paris: A Drama of Fate, Charles Chaplin, 1923), Safety Last (Fred C. Newmeyer, Sam Taylor, 1923) y la primera versión del clásico Los diez mandamientos (The Ten Commandments, Cecil B. DeMille, 1924). Pero la gran influencia en el cine, en los años veinte, fue el director y actor Mack Sennett, con su comedia Slapsitck —un subgénero que implica la exageración del tropiezo y el golpe en una escena de los personajes—. El ejemplo más claro a ver está en la película El maquinista de la General (The General, Buster Keaton, Clyde Bruckman, 1926).
De 1922 a 1928 se rodaron en el país catorce películas silentes. Entre ellas, se pueden citar películas colombianas como: La tragedia del silencio (Arturo Acevedo Vallarino, 1924); Como los muertos (Vincenzo Di Doménico, Pedro Moreno Garzón, 1925) —una adaptación de la obra de Antonio Álvarez Lleras—; El amor, el deber y el crimen (Vincenzo Di Doménico, Pedro Moreno Garzón, 1925) y el largometraje Bajo el cielo antioqueño (Acevedo Vallarino, Arturo 1925). Como no surge cineasta caribeño alguno sobre el Caribe colombiano, los hermanos Acevedo ruedan para el noticiero Barranquilla (1924). En su escaso metraje se observa la comida de una delegación panameña y estadounidense con colombianos, y tomas aéreas de la playa. De la Cruz (2003), sobre los Acevedo, afirma:
La obra de los Acevedo, ExxonMobil la donó un 11 de diciembre de 2003 al Patrimonio Fílmico Colombiano […] El archivo recopila 170 piezas de los trabajos realizados de esta familia, a lo largo de 35 años, desde 1919 hasta 1952 (p. 6A).