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El rol de las familias

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Llegar a Formosa significaba comenzar desde cero, pues ni siquiera figuraba como docente ya que estuve fuera de la provincia casi 20 años. Me inscribí nuevamente, como si recién me hubiera recibido; y después de algunos trámites, logré que me reconozcan unos cinco años y meses de antigüedad.

Comencé a trabajar y luego de pasar por algunas instituciones, llegué a la EPEP N°335. Una escuela de modalidad E.I.B.

Los docentes tenemos como objetivo educar y enseñar, entendiendo esto como la transmisión de conocimientos; guiar; conducir, tanto en el proceso de socialización como en el de adquisición de conocimientos de contenidos.

Debemos lograr que los niños adquieran conocimientos elementales y básicos para la socialización (dentro y fuera de la institución) como el saber hablar, leer, escribir, resolver situaciones problemáticas sencillas, que luego se irán complejizando y adaptando a situaciones cotidianas.

Así recibimos a nuestros niños y niñas en primera instancia en el Jardín de Infantes, luego en primer grado, y continúan con el proceso en los grados subsiguientes.

En este proceso pareciera que siempre nos referimos a dos actores (individuos): docente-alumno, pero en realidad los actores que debemos individualizar dentro del proceso educativo siempre son tres.

En un “macro” aspecto, podemos hablar de Escuela - Familia - Comunidad; y en un “micro” aspecto, hablaremos de Docente – Alumno/a – Familia.

La familia debe tener conocimiento de lo que estamos haciendo con sus hijos. Los objetivos, los contenidos, las actividades, porque no es lo mismo pedirles que los niños escriban sus nombres, a que escriban sus nombres para identificar las vocales que hay en él, las consonantes, las sílabas, etc. El padre, la madre, o cualquier adulto encargado del menor, al conocer por qué y para qué el niño, o niña, hace esta tarea, colabora. Y el docente necesita de esa colaboración, pero para el niño, esa presencia y acompañamiento es primordial.

–Hay padres que no se comprometen – dirá -

Y usted, ¿ya los invitó a formar parte del trío de aprendizaje? ¿Ya les explicó cómo se trabajará esta semana? ¿Les comentó por qué deben pintar las palabras largas y las cortas? ¿En qué otra actividad se aplicará más adelante? Porque el docente sabe (o debería saber) el “para qué” enseña lo que enseña. Bueno, eso, debemos charlarlo con los padres.

Y, si aun así no logra que la familia se involucre, entonces ya sabe cuál o cuáles serán los/as alumnos/as que más atención necesitarán por parte del docente.

Aprendiendo a enseñar

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