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Las llamas de la verdad: Julian Assange
ОглавлениеJohn Shipton y Srećko Horvat
Srećko: La última vez que John Shipton y yo nos encontramos fue en Londres, cuando cogimos un tren para ir a visitar a Julian Assange. John, ¿nos podría decir cuándo fue la última vez que vio a Julian y cómo está la cuestión de su encarcelamiento ahora mismo?
John: Vi a Julian hace un par de semanas. Me dijo que extremara las precauciones con la Covid-19 y nos despedimos sabiendo que no volveríamos a vernos en un mes más o menos, mientras el virus estuviera haciendo estragos. La prisión ha suspendido las comunicaciones ordinarias. En las actuales circunstancias, a Julian todavía lo llevan bajo vigilancia hasta la sala de conferencias de la cárcel. Va desde su celda hasta otra celda provisional, donde espera hasta que todos los pasillos que conducen a la sala de visitas están vacíos, para que no pueda encontrarse con nadie por el camino. Cuando el visitante se dirige a la sala de visitas, tiene que cruzar cuatro puertas dobles de seguridad: una con un perro que te olfatea, otra para tomar tus huellas dactilares, una puerta de rayos X y otra donde te vuelven a tomar las huellas. Te cachean, te tienes que quitar el cinturón y el calzado, y vaciarte los bolsillos. Es toda una aventura entrar en esa prisión monstruosa. Te asignan una tarjeta identificativa y te permiten llevar encima veinte libras, que puedes usar para ofrecerle una taza de café a Julian. En la sala de visitas hay cámaras de alta definición y un equipo de grabación de alta fidelidad.
Srećko: En cierto sentido, tuvieron suerte de poder visitarlo, tanto usted como sus abogados y otras personas, pero ahora la situación ha cambiado. Según las estadísticas, ahora mismo hay unos once millones de personas que están en prisión. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Mundial de la Salud están apremiando a los Gobiernos para que protejan a los prisioneros, incluso mediante su puesta en libertad. ¿Nos puede explicar qué ocurrió ayer en el órgano jurisdiccional británico y por qué se le ha denegado la libertad bajo fianza?
John: La presión por parte de la judicatura estadounidense es continua y ha quedado demostrada en las siete comparecencias que Julian ha tenido hasta ahora. Espero que los magistrados del tribunal de extradición se den cuenta de que están siendo utilizados y manipulados para que se desentiendan de todas las obligaciones humanitarias que les competen, así como al Reino Unido, en favor del secuestro judicial de Julian a Estados Unidos. La audiencia de ayer fue para solicitar una fianza que permitiera a Julian venir a vivir conmigo y su pareja, o con solo uno de los dos. Su situación es segura dado que no tiene adónde ir con todos los aeropuertos cerrados, pero la solicitud fue rechazada. El fiscal general de Estados Unidos dijo que las obligaciones del Reino Unido con respecto a los derechos humanos no son de aplicación para Julian. No se pueden aplicar a alguien que está en prisión provisional y que no ha cometido ningún delito en el Reino Unido, además de correr el riesgo de contraer la Covid-19 en una cárcel de máxima seguridad. Es vergonzoso.
Srećko: Es un escándalo. Está muy claro que se trata de una violación de la democracia y de los derechos humanos. Es evidente que es un intento de aislar y silenciar todavía más a Julian. He estado investigando sobre algunos virus en WikiLeaks y me sorprendió lo mucho que publicaron sobre la gripe porcina, el ébola y la gripe aviar, con la que el Gobierno polaco infectó a personas sin hogar para probar la vacuna. En la situación actual, si se echa de menos alguna voz, es la de Julian. ¿Quizá pueda decirnos cómo estaba la última vez que lo vio?
John: El Consejo Europeo emitió una petición para la liberación de Julian y la anulación de su extradición, y la ONU —bajo el auspicio del Relator Especial sobre la Tortura y del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria— ha hecho varias declaraciones, respaldadas con información objetiva, aseverando que la extradición debe suspenderse.12 Hace ya diez años que Julian está en detención arbitraria, siete de los cuales fueron en la embajada ecuatoriana. Los últimos once meses los está pasando en una prisión de máxima seguridad. Julian no ha cometido ningún delito. El caso sueco fue desestimado en tres ocasiones. En el caso británico, hubo una conspiración documentada entre la Fiscalía General del Estado y la autoridad sueca encargada de perseguir la delincuencia.13 Se trata de un abuso que ha llevado vergüenza y deshonra a las justicias británica y sueca. Los pueblos ingleses hicieron un gran regalo a la civilización mundial cuando, hace 790 años, colocaron un escudo entre el soberano y el pueblo. Este escudo, que funciona en los dos sentidos, se ha ido deteriorando poco a poco en el caso de Julian Assange. Es una tragedia colosal.
Srećko: Julian está padeciendo una profunda conspiración e injusticia. Con respecto a la decisión del tribunal en el día de ayer, ¿qué nos puede revelar sobre los próximos pasos? ¿Los abogados van a apelar? ¿El caso llegará ante un tribunal superior? ¿Qué sucederá con la audiencia sobre la extradición prevista para finales de mayo o junio? Es obvio que los testigos de Estados Unidos no pueden venir al Reino Unido de momento.
John: Supongo que habrá un recurso de casación en el control judicial del Tribunal Supremo, que debería ser más apto para conocer de lo que es justo, humano y apropiado. El Tribunal Supremo puede hacer valer los derechos de justicia sin temor a que le contradiga un tribunal superior. Espero que Julian pueda ir a casa con su familia y que podamos verle usted y yo —siempre y cuando nos sentemos a dos metros de distancia—.
Srećko: No dejo de pensar que Julian también sigue con el proceso de confinamiento que nos afecta a todos, pero de un modo mucho peor. Cuando estaba en la embajada ecuatoriana no podía ni salir a pasear. Fue Julian quien me habló por primera vez de Zoom, la tecnología que estamos utilizando ahora mismo. La empleaba para seguir en la brecha y no dejar de influir en el mundo exterior. ¿Podría decirnos cómo se interesó Julian por la tecnología y la geopolítica, cuando estaba en Australia y vino a Europa, y cómo acabó fundando WikiLeaks?
John: Honestamente, no estoy muy seguro. Un día me llamó y me dijo que quería crear WikiLeaks, usando Tor para proteger la identidad de las personas que quisieran filtrar información. Siempre hablábamos del mundo en todos sus aspectos, pero no teníamos acceso al tipo de información que había en los cables. Esa información desveló la realidad del mundo geopolítico y de cómo sus componentes eran sobornados, intimidados y seducidos para servir a los intereses de Estados Unidos. En sus tiempos de pirata informático, Julian descubrió unos procedimientos de selección de objetivos que utilizaban los generales del ejército estadounidense, con frases como «la población iraquí tiene que sentir la presión de la guerra». En el caso de Bagdad, eso significó la explosión de un refugio que mató a 356 mujeres y niños. Julian tenía un sentido de la justicia muy fuerte y su determinación ha permitido que la hubiera para muchas personas. Un ejemplo son los isleños mauricianos quienes, con ayuda de los cables, ganaron un caso en el Tribunal Internacional de Justicia contra el Reino Unido por haberlos desposeído de sus hogares.14 Otro ejemplo es el vertido de residuos tóxicos de Trafigura frente a las costas africanas, que arruinó la vida de miles de habitantes de los pueblos costeros.15 Julian y WikiLeaks lo dieron a conocer e hicieron posible que se abriera una causa contra aquellos que habían cometido esos delitos. La terrible ironía es que Julian no consigue que se le haga justicia a él.
Srećko: En WikiLeaks encontré un documento de 2009 que describe cómo Estados Unidos quería importar los genomas de algunos virus como el ébola y el de Marburgo.16 Como señaló Slavoj Žižek no hace mucho, lo que necesitamos ahora es un Julian Assange chino que pueda proveernos de filtraciones sobre lo que está ocurriendo de verdad con la Covid-19, quién se está aprovechando de la situación y hasta qué punto. ¿Qué opinión le merece el papel de la propaganda con respecto a la pandemia de Covid-19?
John: Da la sensación de que la Covid-19 nos empuja a comunicarnos y leer con voracidad en internet para discernir qué es creíble y qué es simplemente propaganda. Cada día leo varios informes para intentar sacar en claro qué tiene sentido sobre las mejores medidas a tomar, si es bueno reunirse con gente, lavarse las manos o almacenar cloroquina. Creo que vamos a empezar a dejar de lado los medios de comunicación clásicos.
Srećko: Una vez, en la embajada ecuatoriana, cuando todavía era posible visitar a Julian, describió cómo se había sentido intelectualmente aislado en la ancha Australia, así que «pirateó su salida» a través de internet. Fue en los años ochenta. Julian comprendió muy pronto que esta podía ser una herramienta de emancipación. Edward Snowden también explica en su reciente autobiografía que en los primeros años de internet todo parecía posible. En la situación actual, ¿cree usted que podríamos redescubrir su potencial?
John: Internet es un maravilloso prodigio de la ingeniería y facilita los medios para el intercambio de ideas en todo el mundo. Sin embargo, la gestión de las compañías de las redes sociales ha sido pobre. En Australia existe la protección de la privacidad, pero no es obligatoria, y Google almacena unas cantidades descomunales de datos. La gestión de internet es deficiente por parte de nuestros Gobiernos, pero se puede rectificar de un modo muy simple: solo debemos insistir en que nuestros datos son nuestros. En Israel y Singapur, están utilizando los móviles para rastrear la localización de las personas y las infecciones por la Covid-19. Estas normativas administrativas permiten al Estado llevar a cabo un amplio seguimiento de nuestros actos. Graban cada movimiento que haces y cada relación que tienes tanto en el tiempo como en el espacio, y el Estado puede utilizarlo como quiera. Hasta las empresas del sector de relaciones públicas lo están empleando para conocer los hábitos de la gente y estimularla en una dirección concreta. Estos son los problemas a los que nos tendremos que enfrentar en el futuro. Mi labor actual es muy limitada: hacer todo lo que pueda para conseguir que Julian regrese a casa. Para llevar a cabo mi trabajo, tengo en cuenta que Estados Unidos dispone de tres métodos de actuación. El primero es la opresión e intimidación de editores, publicaciones y periodistas. El segundo es el secuestro judicial de personas con habilidades técnicas que Estados Unidos quiere para sí —por ejemplo, Meng Wanzhou de Huawei, Ola Bini de Ecuador y Michael Lynch del Reino Unido. El tercer método, en términos sencillos, es la ejecución extrajudicial de las personas; el último gran ejemplo es el general Soleimani, pero no es un caso aislado. Durante los ocho años del mandato de Obama, más de cuatrocientas personas del programa de ejecuciones fueron asesinadas de forma extrajudicial.17 Mi deber es señalar a los europeos que, en su propio interés, deberían unirse contra la intimidación de las publicaciones y los periodistas, insistir contra el bloqueo de su conocimiento técnico y forzar el cese de los asesinatos extrajudiciales. Los aspectos técnicos de los movimientos de internet para modelar la sociedad quedan fuera de mi alcance, excepto decir que estoy de acuerdo con el análisis que postuló Heidegger sobre los efectos de la técnica en la sociedad: que provoca el auge de relaciones sociales enfermizas y conversaciones a distancia que reemplazan el calor y las sensaciones de las reuniones personales. Mi cometido es recordar a la gente que Julian está encarcelado, que es una injusticia y que es por el interés de todos que debe ser liberado y que ningún otro periodista pueda sufrir del mismo modo.
Srećko: En la última entrevista a Heidegger, publicada en Der Spiegel tras su muerte, le preguntaron si la gente podía influir en la tecnología considerada como una «red de inevitabilidades», y su respuesta fue: «Solo un dios podría salvarnos todavía».18 Hoy en día hay muchos partidarios de Julian que preguntan cómo pueden ayudar de una forma práctica.
John: Conversando unos con otros, en persona o en foros, y leyendo tanto como se pueda para analizar y comprender la situación real. Las donaciones son muy importantes. Hay más de cien abogados y cien mil personas por todo el mundo que están trabajando en ello, en cuatro jurisdicciones. Por favor, donad; es de gran ayuda. Respaldad la DEA en Inglaterra y la Assange Campaign en Australia que, por ejemplo, redactan cartas para los parlamentarios. De momento, se han dirigido diez mil emails personales a Marise Payne, la ministra de asuntos exteriores de Australia. Parece poca cosa, pero suma; un lago está lleno de gotas de agua.
Srećko: ¿Por qué cree que la prensa fue tan poco eficaz en el pasado a la hora de defender a Julian y su libertad?
John: Los Gobiernos de Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y, hasta cierto punto, Australia hicieron su propia campaña. Por lo general, los periódicos tienen dos funciones. Una es conseguir opinión pública detrás de posiciones políticas. Este es un aspecto muy importante de las administraciones gubernamentales. Si la gente no respalda la política, se reduce la capacidad organizacional del Estado. Hasta cierto punto, los periódicos obedecen a la voluntad de los Gobiernos y esa fue la destrucción de Julian Assange. Lo hicieron mediante calumnias y mentiras, hasta el extremo de que The Guardian del Reino Unido imprimió unas mentiras descaradas en su portada.19 Sin embargo, ahora los periodistas de todo el mundo son conscientes de que pueden ser retenidos extrajudicialmente y Julian es un icono de ello. Si lo protegen, se protegen a sí mismos; en caso contrario, son un cero a la izquierda. Así es cómo lo veo.
Srećko: En los últimos años se ha producido un cambio con respecto al apoyo a Julian, hay muchas más personas que se están uniendo a la lucha. Nunca había visto tanta gente manifestándose en favor de Julian como en la última gran protesta en Londres —eran miles—. Respetadas instituciones globales como Amnistía Internacional y Reporteros sin Fronteras se han erigido en sus defensores. Aunque nos encontremos en esta nueva y complicada situación en la que no se puede viajar y tenemos que estar confinados en casa, el respaldo en las redes nunca ha sido tan grande. Es un momento excelente para indagar en WikiLeaks, para conocer la campaña de la DEA y la Courage Foundation.
John: El apoyo a Julian ha sido un maravilloso levantamiento de las masas a nivel internacional, una concienciación histórica de que estamos ante una injusticia monumental. Si hemos de ser sinceros y nuestras observaciones son correctas, estamos articulando el respaldo mundial a Julian por toda Europa a través de cada persona y de los parlamentarios, periodistas y burócratas. Es algo potente y tengo la sensación de que ganaremos.
Conversación mantenida el 26 de marzo de 2020