Читать книгу Un Giro En El Tiempo - Guido Pagliarino - Страница 11
ОглавлениеCapÃtulo 6
Un informe de la ComisarÃa local de uno de los comisarios de Forli decÃa: âEl 14 de agosto de 1933 hacia las 14:30 hora italiana, el vanguardista Ferrini Mario hijo de Luigi y de MarÃa, de soltera Troneri, nacido en Forli el 16 de junio de 1917, estudiante, estando de paseo conversando con amigos igualmente de 16 años, estudiantes y vanguardistas,33 observó repentinamente una especie de cápsula luminosa a gran altura, que debido a su gran altitud parecÃa bastante pequeña, pero que debÃa ser en realidad gigantesca, atravesar en vuelo de sur a norte, en menos de medio minuto, el cielo sobre la ciudad, apareciendo y desapareciendo entre las nubes dispersas. También sus amigos, a los que Ferrini les hizo de inmediato mirar hacia lo alto, vieron aquel extraño objeto y lo siguieron con la vista hasta que desapareció en el horizonteâ.
âEstaba mucho, mucho más alto que la cima del Monte Biancoâ, habÃa dicho horas antes Mario a su madre, ama de casa. A las 17:00, el padre, subteniente primero de la Seguridad Pública, tras terminar su turno, habÃa vuelto a casa y también se le habÃa informado. Diligentemente, el suboficial habÃa vuelto a la oficina acompañado por el muchacho y con él habÃa escrito un informe para la ComisarÃa de Forli, aunque en el fondo creyera que se trataba de un simple dirigible, un tipo de aeronave que no era extraño en los cielos en aquel tiempo, aunque ya hacÃa tiempo que se preferÃan los aviones a causa de los accidentes con aerostatos a motor más ligeros que el aire, como el famoso desastre de 1928 del dirigible Italia durante la expedición al Polo Norte del general Umberto Nobile.
La diligencia del subteniente derivaba de las disposiciones precisas enviadas desde Roma a todas las fuerzas de policÃa desde mediados de junio, por las cuales cualquier avistamiento de medios voladores desconocidos debÃa ser reportado inmediatamente, sin excepciones, directamente a la oficina de la OVRA adjunta a la respectiva ComisarÃa.
La copia de la declaración oral habÃa sido por tanto enviada desde la ComisarÃa, hacia las 18:45, a la sección competente de la OVRA a través de un agente motociclista. La noticia se habÃa retransmitido desde esta a la oficina de Bocchini a Roma, por vÃa telefónica; este habÃa solicitado copia escrita de la declaración de avistamiento y, entretanto, habÃa advertido por teléfono tanto al director en funciones del Gabinete RS/33, Gino Cecchini, del Observatorio de Milano Merate, como a Mussolini, que, en aquel momento, se encontraba en su casa de Villa Torlonia dispuesto a disfrutar, a la cabeza de la mesa familiar, de sus queridos tortellini en sopa cubiertos de parmesano rallado que su mujer, buena ama de casa que rechazaba tener cocineros, le habÃa preparado personalmente para cenar.