Читать книгу Pacífico: Un hombre a la deriva - Hernán Darío Rodríguez Vera - Страница 5

Estoy perdido en altamar, atado a alguien que conocí hace apenas unos días. Las olas, tan salvajes como no había visto nunca, nos arrastran sin piedad. Estamos a la deriva desde hace dos días en medio del océano Pacífico, a más de 500 kilómetros del continente.

La desesperanza se apodera de mí y pienso en el suicidio. Ya lo hemos discutido, pero nos cuesta imaginar el dolor de nuestras madres si nunca encuentran los cuerpos, pero me pregunto de nuevo si no es mejor idea que esperar a perder las fuerzas por completo y ser devorados vivos por los tiburones.

Mi compañero ha sufrido mucho por la hipotermia, pensé que iba a morir en la madrugada y la idea de quedarme solo me aterrorizó. Concertamos que, si alguien moría primero, el otro no dudará en alimentarse de su cuerpo, como hicieron los sobrevivientes de los Andes, pero no creo que yo sea capaz de eso. Trato de pensar en otra cosa.

Ya no vemos Malpelo, su silueta nos acompañó apenas las primeras horas, pero nos hemos alejado bastante. No hemos visto una embarcación ni un avión desde que perdimos contacto con el bote que nos acompañaba en nuestra jornada de buceo, dos días atrás. Tal vez ni siquiera nos estén buscando.

Miro al cielo y no me queda más que aceptar la muerte con tranquilidad.