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Prefacio

En las recientes lecturas que se han hecho sobre el Concilio Vaticano II, en particular en la discusión sobre la distancia que existiría entre los documentos aprobados y la pragmática emprendida, se lo ha venido a considerar una especie de «software» para la Iglesia, una suerte de «programa de instrucciones» para ser ejecutado más que un «archivo de respaldo»1. En el Movimiento de Schoenstatt, podríamos decir algo semejante de la misión que el P. José Kentenich profetizara el 31 de mayo de 1949: esta se comprende más como un programa (software) y una aplicación (App) que como un conjunto de textos consagrados (pláticas, cartas, informes), por profundos o sugestivos que éstos sean. Obviamente, eso no implica prescindir de la lectura y reflexión de esos documentos; puesto que esa es una base imprescindible2. Pero, si queremos que «corra» este programa en la Iglesia actual, debemos los schoenstattianos ser capaces de actualizar la propuesta kentenijiana ante los retos de nuestra época; en caso contrario, pronto el programa o la aplicación aparecerán como defectuosos, anticuados y obsoletos.

Lo que venimos diciendo tampoco significa desistir a la rápida de las categorías que utilizó Kentenich para describir las patologías de su época, ni mucho menos invalidar su «cruzada del pensar, amar y vivir orgánico». Más bien se trata de aplicar estas categorías a fenómenos contemporáneos, que muchas veces son distintos a los que el Fundador hizo frente. A él le preocupó cómo los bacilos del «bolchevismo» y del «mecanicismo» amenazaban disolver la vitalidad de la cultura, incluido el mismo cristianismo, convirtiéndolo en una serie de ideas abstractas, ritos mecánicos y estructuras vacías. Nuestros «virus», por usar también una imagen informática, parecen ser otros: «cultura de la muerte» (Juan Pablo II), «dictadura del relativismo» (Benedicto XVI) y «cultura del descarte» (Francisco). La pregunta es cómo traducir la respuesta kentenijiana en el contexto de estas nuevas exigencias.

Los trabajos y artículos de este libro quieren intentar esta especie de actualización o puesta al día (aggiornamento) del programa del 31 de mayo para enfrentar, con fuerza y lucidez, los desafíos que hoy nos inquietan: ideología de género y diferencia sexual, cuidado del medio ambiente y ecología integral, sobre exposición tecnológica y cultivo de la interioridad, clericalismo y secularización, entre otros.

En la primera parte de este libro se han agrupados tres documentos que se prepararon en torno al Jubileo de 1999, para la celebración de los 50 años de la misión del 31 de mayo. Sin bien no son trabajos propiamente originales, hemos creído importante recogerlos por dos razones: la primera es que nunca habían sido editados ni publicados para un público amplio; la segunda, es que a pesar de haber sido escritos hace más de dos décadas, aún conservan un enfoque novedoso para comprender los alcances significativos del mensaje del Padre Fundador.

El primer texto que abre este libro es la Carta del Consejo internacional de la Obra de Schoenstatt de 1999, titulado Nuestra comprensión del 31 de mayo de 1949. La gracia de esta carta, además de haber sido elaborada por un equipo que representó a distintas comunidades, es proporcionar una sucinta caracterización de los elementos medulares de la misión, mostrando también cómo esta cruzada se ha manifestado en frutos concretos. El segundo texto es obra del P. Paul Vautier, sacerdote suizo fallecido el año 2007 y uno de los investigadores más profundos y eruditos del pensamiento del P. Kentenich. Su artículo se titula La profecía del pensar orgánico y el mecanicismo: ¿un mensaje difícil e intrasmisible?, pues precisamente quiere constituirse en una provocadora reflexión sobre la vigencia de las categorías “orgánico-mecanicista” usadas por el Fundador. El tercer texto es obra del P. Herbert King, bien conocido por su monumental colección temática de textos de José Kentenich, publicada también por Editorial Nueva Patris. El trabajo elegido para esta colección es Recepción, reflexión y revivencia del 31 de mayo. En éste se aborda el significado de la «organicidad» en Schoenstatt y la Iglesia, en el entendido que nuestra época posmoderna puede estar mejor dispuesta para su asimilación que lo que estuvo el tiempo del mismo Kentenich.

Cierra esta sección un léxico de vocablos referidos al tercer hito. El 31 de mayo contiene una terminología especial, textos con sus propias denominaciones, además que este acontecimiento encontró y enfrentó a muchas personas que hoy nos son desconocidas; por eso resulta fundamental un mapa que nos permita ingresar en este intrincado territorio3. El diccionario fue preparado el 2002 por el Colegio Mayor de los Padres de Schoenstatt, con el P. Mariano Irureta a la cabeza de esta iniciativa.

La segunda parte de este libro constituye la materialización de la intención original del mismo. En enero del año en curso se hizo una convocatoria amplia para presentar artículos académicos que representaran nuevos enfoques sobre la misión del 31 de mayo. Después de una selección a cargo de un pequeño comité editorial se escogieron las siete investigaciones que se presentan a continuación. La primera es de María de los Ángeles Miranda, Doctora en Ciencias Sociales y profesora de la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso. La autora analiza en Mayo será feminista las reivindicaciones de la mujer acontecidas en el último tiempo, pues el feminismo o los feminismos son un «signo de los tiempos» que requiere ser atendido, más que solo juzgado desde afuera. El artículo es arriesgado, pues rompe los enfoques tradicionales (incluso kentenijianos) sobre la mujer desde la idea esencialista de un «eterno femenino». La segunda exposición se titula Desde dentro: una aproximación pedagógica a nuestra misión, cuya autoría pertenece a la Hna. M. Lourdes de Pablo. Este trabajo aborda, con sencilla profundidad, toda la espiritualidad y pedagogía de Schoenstatt desde la categoría de la “interioridad” o “intimidad en el amor”. El siguiente artículo, El mecanicismo de kentenich desde las tesis de la secularización, pretende repensar las patologías modernas, el mecanicismo de acuerdo con la terminología del 31 de mayo, desde la compleja teoría de la secularización, posibilitando que Kentenich pueda entrar en sintonía con los análisis de Friedrich Nietzsche y Max Weber sobre la Modernidad. Esta investigación pertenece a Ignacio Serrano del Pozo, profesor de la Universidad Santo Tomás, Chile. A continuación de este trabajo se puede leer La noción de vínculo en el pensamiento de josé kentenich, de la Hna. M. Teresa Olivares. La idea de «vínculo» ha pasado a ser una de las tres o cuatro nociones clave en el mundo de Schoenstatt; sin embargo, en su aparente simplicidad encierra ciertas complejidades que este estudio contribuye a clarificar y ahondar. A continuación, incluimos La resiliencia en el p. José kentenich, del P. Dr. Otto Amberger, que entrega una refrescante mirada a la pedagogía y espiritualidad de Schoenstatt, valiéndose de categorías como «vulnerabilidad» y «conectividad». El penúltimo artículo es Responsabilidad histórica y tercer hito, de la Hna. M. Amparo Villouta. El 31 de mayo solo se entiende desde las coordenadas históricas propuestas por el P. Kentenich, pues sin ellas resulta una simple discusión entre el Fundador de un Movimiento y la Iglesia jerárquica; este trabajo permite comprender este hito como una respuesta consecuente con el «Espíritu del tiempo». Cierra esta sección la investigación del P. Joachim Schmiedl. El profesor Schmiedl, especialista en historia contemporánea de la Iglesia y actual editor de la Revista Regnum, analiza las actas de la Conferencia Episcopal Alemana en los años del conflicto del Movimiento con los obispos alemanes. Sin la intención de adelantar juicios, este trabajo constituye un interesantísimo esfuerzo de leer la historia de Schoenstatt desde afuera.

En la tercera parte de este libro hemos incluido un bonus track. Se trata de una extensa entrevista concedida por el P. Ángel Strada para esta publicación. Strada fue postulador de la causa de beatificación del padre José Kentenich, por ende, es una de las voces más autorizadas para referirse a sus notas biográficas. Con un manejo admirable de referencias precisas, va respondiendo a nuestras preguntas sobre lo acontecido en torno al tercer hito. Es una historia compleja que aún no ha sido del todo divulgada ni menos entendida. A ojos humanos, una tragedia de malos entendidos; a la vista providente del profeta, la oportunidad para establecer lo esencial del carisma de Schoenstatt. Las respuestas del P. Strada sorprenderán a más de un lector, pero también proporcionarán un hilo que nos puede guiar en este laberinto de mayo. Agradezco a Isabel Margarita González por su paciente labor de organización de las respuestas.

No desconocemos que el contenido de este libro, como acontece con cualquier nueva versión de un programa o la reinstalación de una aplicación -para seguir con la imagen computacional-, tiene el riesgo de presentar fallos o errores -¿bugs?-. Sin duda, en esta pequeña obra aparecerán tesis controvertidas, información insuficiente u opiniones debatibles. Éste es el desafío de toda actualización, pero precisamente exponerse a estas críticas en público es parte del reto. Por lo demás, así lo quería José Kentenich (refundar cada 50 años), y así nos lo pidió el mismo Papa Francisco en su encuentro de 2015 con la comunidad de los Padres de Schoenstatt: “Un carisma no es una pieza de museo, que permanece intacta en una vitrina, para ser contemplada y nada más. La fidelidad, el mantener puro el carisma, no significa de ningún modo encerrarlo en una botella sellada, como si fuera agua destilada, para que no se contamine con el exterior. No, el carisma no se conserva teniéndolo guardado; hay que abrirlo y dejar que salga, para que entre en contacto con la realidad, con las personas, con sus inquietudes y sus problemas. Y así, en este encuentro fecundo con la realidad, el carisma crece, se renueva y también la realidad se transforma, se transfigura por la fuerza espiritual que ese carisma lleva consigo”4.

Ciertamente nada de esto tendría sentido si la Virgen María no vuelve a implorar la irrupción de Pentecostés al interior de Schoenstatt y de la Iglesia, como una nueva corriente de vida y de gracias. Pero hacer el esfuerzo de abrir las ventanas para que entre aire fresco o bajen bocanadas de fuego no parece ser una contribución despreciable.

Después del 31 de mayo

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