Читать книгу El corral de los quietos - Iñigo Pimoulier - Страница 7
ОглавлениеI
Ahora que desde el corral de los quietos
me ves zozobrar en noches de calma chicha
y días de marejada,
con el casco reluciente y el interior agrietado.
Ahora que amenazo con desbordarme,
siento tus manos tras las costillas
sujetando mi andamiaje.
Brindamos en cada plato,
con crujido de hojarasca y ramas secas,
por las preguntas sin respuesta,
por este sinsentido que recorremos
con paso inconsciente.
Y tal vez fuera mejor
esconder la cabeza entre las manos
y mirar el rugido de la sangre
hasta acabar descoloridos y resecos
como un cuadro inacabado en el caballete.
O salir huyendo sin mirar atrás
ni tampoco adelante
y creernos que el dolor no nos alcanza.
Pero en el fondo sabemos
que lo suyo es reírse de la vida,
bailar al ritmo de esparto y boj,
caer y revolcarnos en el barro
y que las lágrimas dibujen el mapa a seguir
en nuestro pecho.
Y que desde el corral de los quietos nos escuches,
como te escuchamos todavía por aquí.