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El sustrato anatómico y
funcional de la voz profesional
por Ana Rosa Scivetti
El proceso fonatorio
Tal como se indica en otros capítulos de este libro, todo profesional de la voz debe conocer su sistema fonatorio y las funciones que realiza mientras trabaja. Pero no se trata sólo de un conocimiento teórico, sino que debe aprender a percibir las sensaciones internas despertadas por la fonación, pues sobre ellas confeccionará su esquema corporal vocal. El dominio de este esquema es el que le permitirá mantener la voz completamente libre y adecuada en cualquier condición ambiental en que se encuentre.
La educación de la voz con fines profesionales requiere al menos un conocimiento elemental del órgano vocal y sus posibles alteraciones para poder regular mediante la práctica la intensidad, la proyección, la resonancia que ella necesita y conseguir precisión y flexibilidad en los movimientos respiratorios, articulatorios y de expresión que se quieran efectuar.
La fonación consiste básicamente en la emisión de un sonido que luego es articulado en palabras y proyectado hacia el exterior. Para esto se combinan sinérgicamente acciones respiratorias, de resonancia y deglutorias.
La fonación se efectúa por la acción de los músculos que se encuentran dentro de la laringe, los cuales tienen como función variar el grado de tensión de las cuerdas vocales y participar en los movimientos vibratorios de abertura y cierre durante la espiración para producir el sonido vocal. Estos músculos se clasifican en tres grupos: tensores cordales, aductores cordales y abductor cordal.
Los tensores (cricotiroideo y tiroaritenoideo) tienen por función variar el grado de tensión de las cuerdas vocales.
Los aductores (ariaritenoideo, cricoaritenoideo lateral y tiroaritenoideo) están inervados por el recurrente o laríngeo inferior y participan en el movimiento de cierre de las cuerdas vocales.
El abductor cordal (cricoaritenoideo posterior) es el que interviene en el movimiento de apertura de las cuerdas vocales.
Los músculos mueven también los diferentes cartílagos laríngeos: tres pares –aritenoideos, corniculados, cuneiforme– y tres impares: tiroides, cricoides, epiglótico (figura 2.1).
Cambiando las posiciones, estos cartílagos hacen que las cuerdas vocales, que son dos labios horizontales ubicados en la parte superior de la tráquea y en la pared interior de la laringe, se aproximen o se separen entre sí. Entonces el movimiento de los cartílagos resulta de la contracción de los músculos laríngeos intrínsecos que, a su vez, producen las distintas características de masa, longitud y tensión que alteran los pliegues vocales.
Figura 2.1. Estructura oseocartilaginosa de la laringe, que sustenta las funciones respiratoria, deglutoria y fonatoria de este órgano.
El paso de la columna aérea por la glotis y la variación del grado de tensión y de modificación de los pliegues vocales serán los responsables de la emisión de tonos graves, agudos o medios que se emitan.
Los pliegues vocales conocidos como cuerdas vocales se insertan, por delante, en la cara interna del cartílago tiroides (posición fija) y, por detrás, en la apófisis vocal de los cartílagos aritenoides (posición móvil). Cuando se pretende emitir un sonido se aproximan en aducción o se separan entre sí (abducción).
Al encontrarse unidos y tensos son separados por la presión subglótica ejercida por el aire espirado que consigue hacer vibrar la mucosa cordal y generar una onda a nivel glótico a la que se asigna el nombre de tono fundamental (FO). Este tono fundamental posee modalidades fonatorias (ataque, cuerpo y filatura) y propiedades fonoacústicas (intensidad, frecuencia, timbre y duración) (Piccolli-Derman) (figura 2.2).
Figura 2.2. Imagen de la laringe que se refleja en la exploración médica: A, cuerdas vocales en posición fonatoria; B, cuerdas vocales en posición respiratoria.
Podemos decir finalmente que la producción de la voz depende de la relación equilibrada entre las fuerzas ejercidas por los músculos intrínsecos de la laringe que, en acción conjunta con otros sistemas como el auditivo, el vestibular, el sistema nervioso central (SNC) y el periférico, ponen en movimiento las cuerdas vocales.
La fuerza o presión ejercida por el aire al ser espirado desde los pulmones y la puesta en movimiento de las cuerdas vocales producen el sonido fundamental o sonido glótico. Éste continuará su recorrido por las cavidades de resonancia y por los órganos que articularán el sonido.
Las cavidades de resonancia son: el pabellón faringobucal, la región nasofacial, la región toracoabdominal y la región perineopelviana. De estas estructuras, las dos primeras son las principales y contienen órganos esenciales: la lengua y el velo del paladar, la faringe y la laringe.
El velo del paladar es un órgano pasivo cuya posición está afectada por los movimientos de la mandíbula, lengua, faringe y laringe. Así, las modificaciones de forma y tamaño que sufre continuamente esta cavidad en la articulación fonemática determinan la resonancia vocal. Cualquier desviación de forma, tamaño o consistencia de la cavidad de resonancia y cualquier posición articulatoria defectuosa causan una resonancia vocal alterada.
El sonido fundamental FO que proviene de las cuerdas vocales debe atravesar todo el tracto vocal, cuyas partes se comportan como cavidades de resonancia. Este efecto produce una ganancia sonora en algunas frecuencias particulares, lo que constituye el tono y el timbre característicos y personales de la voz humana.
La articulación es lo que le permite al ser humano ser escuchado y comprendido. Permite, a su vez, la pronunciación exacta de las vocales, la articulación neta de las consonantes, la distinción de cada sílaba y la elocución perfecta de cada palabra.
Comprende el respeto por la pronunciación, el resaltar las palabras valiosas, no dejar de pronunciar los finales, distribuir el tiempo entre las pala-bras y las frases, servirse de las inflexiones de la voz y de los matices dando vida a la imagen que describe.
Todo esto conforma el soporte fisiológico sobre el que se vehiculan los procesos de comunicación del lenguaje hablado. Las más pequeñas desviaciones de este equilibrio, de por sí precario, producen notables alteraciones en el tono, la potencia o la calidad de la voz producida.
Consecuencias de la fonación inadecuada
Las variadas y prolongadas exigencias a que suelen someter su voz las profesiones locutivas, más una insuficiente técnica vocal, conducen con frecuencia a que la persona realice esfuerzos inadecuados, como un modo de suplir la incapacidad de manejar la voz con una técnica adecuada. Esto, además, aumenta la fatiga vocal, altera las características de la voz y también llega a disminuir la inteligibilidad del habla.
Orgánicamente se produce un aumento de la tensión de los músculos que intervienen en la fonación. La sobrecarga se localiza especialmente en los músculos faciales, el velo del paladar, la lengua, la faringe, la laringe y los músculos cervicales, pectorales y abdominales; incluso puede llegar a observarse la ingurgitación de la vena yugular.
De manera especial, cuando se eleva la intensidad o el volumen sin aplicar la técnica adecuada, el esfuerzo provoca una hipertensión muscular, localizada especialmente en la laringe, con una fuerte contracción del vestíbulo laríngeo. La respiración pierde la coordinación con la fonación; entonces, las cuerdas vocales se adaptan produciendo golpes glóticos o ataque vocal brusco al inicio de palabras o sílabas. En estas condiciones, la emisión resulta alterada, suena áspera y apagada.
Lo más grave es que cuando se rompe el equilibrio fonatorio aparecen conductas compensatorias que pueden producir diversas patologías; es decir, que el mal uso de la voz deriva en patologías que perjudican a la misma voz: hecho sobre el cual muchos profesionales, entre ellos los locutores y cantantes, tienen experiencia.
Habitualmente se presenta una disfonía que altera una o más de las propiedades tímbricas de la voz.
La técnica vocal y su aprendizaje
El uso adecuado de la voz implica un aprendizaje y, como tal, debe pasar por diferentes etapas que van desde la concienciación de la técnica fonatoria hasta su empleo de forma inconsciente y automática.
La finalidad de una técnica de fonación adaptada a la propia situación socioprofesional es doble. Por una parte, el uso eficiente y con el menor esfuerzo y, por otra, la prevención de las patologías de origin funcional y de origen orgánico que pueden lesionar la salud del aparato vocal.
Tal aprendizaje requiere, como se dijo al principio, conocer experimentalmente el propio mecanismo fonatorio, los órganos que participan, su funcionamiento y la manera de lograr su mayor rendimiento sin que se alteren o enfermen.
La eficiencia de esta técnica se basa en la realización adecuada de los actos fisiológicos, sobre todo de la respiración; en encontrar el grado óptimo de la tensión muscular y en el trabajo vocálico con ejercicios específicos. Todo esto debe complementarse con la articulación precisa del sonido que se emite.
A la vez, es necesario tener en cuenta la asociación inseparable entre postura y fonación, pues las posiciones inadecuadas que provocan tensiones musculares, obstrucción de la circulación del aire o que presionan los órganos o cavidades de resonancia también perjudican la emisión.
El dominio de la técnica ayuda a realizar sin esfuerzo acciones como hablar, cantar, graduar la intensidad o volumen tonal e intentar los más diver-sos recursos expresivos, que de por sí constituyen situaciones de esfuerzo y adaptación continua del aparato fonador. Es cierto que la voz surge natural y espontáneamente, sin necesidad de un aprendizaje o preparación especiales; pero, como sucede con otros muchos casos, los dones vocales innatos se potencian y perfeccionan mediante la técnica, ya que por sí mismos resultan insuficientes.
La ausencia de una técnica, cabe insistir, puede ocasionar con el tiempo trastornos vocales de diversa consideración.
Los elementos de una técnica vocal se desarrollan en función de las necesidades de cada profesional, de la función que va a desempeñar, según las habilidades y capacidades naturales y adquiridas que posea.
En cuanto a la educación de las voces, en sus diversos modos de expresión, no existen diferencias en las bases de reeducación, pero sí existen métodos alternativos para obtener el mismo resultado de rendimiento vocal.
En la literatura internacional actual vemos diferentes orientaciones en la rehabilitación de los trastornos de la voz que cohabitan y coexisten con las más antiguas.
Ellas son: la Terapia sintomática, cuyo representante es Daniel Boone. Postula el abuso y mal uso vocal como causa principal de disfonías. El mal uso de la frecuencia, intensidad, respiración y otros tipos de esfuerzos vocales.
La Terapia psicogénica, en la que el abordaje terapéutico es la identificación y la modificación de los trastornos emocionales y psicosociales asociados a la conducta fónica alterada. Es decir, se intentará percibir cuál es la historia psicoemocional de la disfonía.
La Terapia etiológica se basa en eliminar la causa del trastorno vocal. Es esencial la identificación de ésta para conseguir su modificación y eliminación.
Finalmente, la Terapia ecléctica, cuyo principio es disponer de diferentes enfoques para un tratamiento más efectivo y liberar al paciente de la alteración vocal. Esto permite que el terapeuta tenga un mayor número de recursos y más posibilidades para la aplicación de técnicas de diferente naturaleza.
Básicamente, en el trabajo de entrenamiento vocal se harán ejercicios seleccionados para los fines de fijar ajustes motores necesarios y, de este modo, reestructurar los patrones de la fonación alterados o mejorar los ya existentes. Es necesario saber para qué se usa cada tipo de entrenamiento vocal y qué esperamos conseguir con ellos.
El desarrollo de un ejercicio tiene por finalidad intentar equilibrar la fuerza de la respiración y todas las fuerzas musculares de la laringe; mejorar o volver a instaurar el equilibrio precario que existe en la puesta en marcha de los diferentes órganos, aparatos y sistemas que intervienen en la fonación.
En el cuerpo humano nada ocurre por etapas estrictamente delimitadas; todo ocurre dialéctica, coordinada y sinérgicamente. A los fines de realizar una síntesis didáctica se debe considerar la práctica de la voz por etapas. Pero sólo se hace para los fines antes mencionados.
Un primer paso en el tratamiento de la voz consiste en tomar conciencia de la propia voz; esto es, para llegar a la creación de nuevos hábitos. Deberá ser el interesado quien identifique la perturbación vocal para realizar la práctica específica. Luego, la búsqueda de una adecuada actividad muscular de los músculos que intervienen en la fonación le permitirá emitir libremente el sonido fundamental de modo que la primera emisión la pueda efectuar cómodamente. Al mismo tiempo deberá trabajar el soplo espiratorio que contendrá la fuerza necesaria del sonido que se desee emitir. De este modo, el paso del sonido libre por las cavidades de resonancia, sin esfuerzos innecesarios, destacará las propiedades tímbricas de la voz.
La coordinación de la respiración y del esfuerzo muscular diafragmático y abdominal adecuado permitirá emitir la voz con calidad, modificar las características tímbricas y de duración sin esfuerzos en la musculatura perilaríngea. Es decir, que la respiración permitirá realizar el apoyo vocal para modificar la voz en cuanto a su intensidad y duración.
El paso de la columna aérea por la glotis, la variación del grado de tensión y de modificación de los pliegues vocales, serán los responsables de la emisión de tonos graves, agudos o medios. Variaciones de masa, longitud y tensión de las cuerdas vocales por la acción muscular marcarán la diferencia entre sonidos graves y agudos. El control de la columna de aire espirado manejará las intensidades que se deseen en la emisión que, en combinación con la duración, controlará el ataque, cuerpo y filatura del sonido emitido. Y en su relación con los resonadores, permitirá la aparición del timbre propio de cada voz.
Las bases de la educación de la voz profesional son: relajación, respiración, deglución, resonancia, proyección y coordinación fonorrespiratoria.
Relajación
En su antigua acepción, la relajación se refería sólo al aspecto muscular (relajar un músculo es sacarlo de su estado de tensión); actualmente, y con un sentido más amplio, también comprende la distensión mental.
Existen varias técnicas de relajación, Schultz, Jacobson, Ajuriaguerra, Yoga, etc., que actúan sobre toda la unidad somatopsíquica. Cualquiera de ellas cumple con el objetivo propuesto, pues suprimen los factores negativos de tensión muscular, fortalecen el cuerpo en general, aflojan las zonas tensas y distienden mentalmente a quien las practica.
Respiración
La respiración, que primordialmente es una función de nutrición que asegura a todas las células del organismo el oxígeno necesario, es clave para lograr un buen resultado tanto en la voz hablada como en la voz cantada. Más aún, toda la fonación se apoya en la respiración. Pero, por eso mismo, debe distinguirse la respiración fisiológica de la respiración fonatoria, que es la que interesa en este caso.
El aparato respiratorio comprende dos partes esenciales: las vías aéreas superiores: boca, nariz y faringe, y las vías aéreas inferiores: pulmones, bronquios, tráquea y laringe.
La respiración normal se realiza en dos tiempos: inspiración y espiración.
Para la emisión vocal, la inspiración debe ser profunda y silenciosa, mientras que la espiración debe ser más larga para permitir la formación de los sonidos hablados o cantados.
La respiración se realiza utilizando diferentes masas musculares de la cavidad torácica y según sea la preponderancia de unas o de otras, el tipo respiratorio será: superior (costal superior), medio (mixto) o inferior (costo-diafragmático). De éstos, el último es el que resulta más adecuado en relación con la fonación.
Para la respiración inferior o costo-diafragmática se utiliza la base de las costillas, con movimientos de la columna vertebral, de las mismas costillas hacia los costados y de los músculos abdominales hacia afuera; mientras tanto, el diafragma desciende. Luego, durante la espiración, el cuerpo se convierte en sonido y actúa todo él como un resonador. El resultado es la voz con apoyo diafragmático (figura 2.3).
Figura 2.3. En la imagen se observa la caja torácica, delimitada por las costillas y el esternón por delante. La línea gruesa señala la proyección de las cúpulas del músculo diafragma.
Deglución
La articulación de la palabra se produce merced a la actividad sinérgica y conjunta de los órganos buco-laringo-faríngeos. Estas estructuras estomatomusculares no sólo tienen como función la articulación de fonemas, además llevan a cabo otras funciones de vital importancia como son la deglución y la oclusión.
En el acto vocálico intervienen diferentes órganos aparatos y sistemas, entre los que se incluyen los mencionados anteriormente en la articulación y que actuando coordinada y sinérgicamente producen la voz.
Entonces, si decimos que estas funciones (deglución, articulación y voz) comparten las mismas estructuras, podemos suponer que cualquier alteración que se produzca en alguna de ellas alteraría a la otra.
De este planteamiento surge la necesidad de trabajar conjuntamente la disfunción deglutoria en defectos articulatorios y de voz, a fin de buscar soluciones oportunas y eficaces para todas aquellas alteraciones que afecten a la comunicación humana, especialmente la articulación de la palabra y su vehículo de comunicación, la voz.
Resonancia y proyección
La resonancia es la amplificación y el enriquecimiento del sonido fundamental o tono fundamental producido en la laringe.
La proyección, por su parte, implica soltar la voz, enviarla hacia afuera y dirigirla a puntos de mediana y larga distancia, ya sean imaginarios o reales.
En ambas funciones es importante trabajar con el apoyo respiratorio para evitar el esfuerzo laríngeo. Así pueden lograrse por lo menos tres tipos de intensidad vocal, normal, media y fuerte. Las prácticas específicas, en la medida que favorecen el hábil manejo de las cavidades de resonancia, posibilitan un control óptimo de la voz hablada o cantada y sin inconvenientes.
Coordinación fonorrespiratoria
La coordinación fonorrespiratoria es la habilidad que consiste en poner en práctica, de forma conjunta, todas las funciones que intervienen en la producción de la voz y que ya han sido ejercitadas individualmente, siguiendo las pautas de la técnica. Cuando se dominan de manera conjunta la acomodación armónica de la relajación, la respiración y la resonancia y se las adapta al tipo de voz que se desea emitir (hablada o cantada), nos hallamos ante una adecuada técnica vocal. Es decir, se trata de un aprendizaje y un control de mecanismos de la fonación, lo cual se va logrando paulatinamente con la práctica cotidiana. Así, por ejemplo, el ataque vocal, que es el inicio de la emisión sonora, debe ser suave, sin asperezas ni golpes glóticos; para eso hay que regular la respiración, también la posición de los órganos articulatorios como la ubicación y movimiento de la lengua y la apertura y posición de los labios; todo esto, sumado a la fuerza del soplo espiratorio, determina la proyección de la voz. Los órganos de la articulación deben estar libres para realizar los movimientos que la palabra necesite.
El manejo de la técnica implica también, como se anticipó, que el conocimiento del esquema corporal vocal se convierta en un conocimiento inconsciente de la propia voz. Ésta se percibe a diferentes niveles corporales durante la emisión, junto a lo cual actúa la audición, que es, en definitiva, la que permite el control vocálico.
A modo de síntesis: consideraciones generales respecto a la voz y la articulación
Señalaremos a continuación una serie de consideraciones generales en cuanto a la voz y la articulación:
1 La voz es el soporte fisiológico del proceso de comunicación.
2 El habla es el lenguaje oral articulado que consiste en la emisión de la voz y en la articulación de la palabra.
3 La articulación es la pronunciación exacta de las vocales y consonantes producidas por una modificación del tubo vocal. Para que estas acciones se produzcan adecuadamente, las cavidades que intervienen en la deglución actúan en este proceso.
4 La deglución es el movimiento coordinado y rápido que efectúan órganos de la cavidad bucal, laringe y faringe, comandados por el sistema nervioso central, durante una breve interrupción de la respiración.
Es correcta cuando, después de masticar, los labios permanecen en reposo, las arcadas dentarias superiores e inferiores están en oclusión céntrica, la punta de la lengua está apoyada en los pliegues palatinos, el velo del paladar y las cuerdas vocales se cierran.
Se habla respetando la pronunciación exacta de cada fonema, resaltando las palabras valiosas, no dejando de pronunciar los finales, distribuyendo el tiempo entre las palabras y las frases, utilizando inflexiones y matices en la voz, dándole vida a lo que se relata, haciendo uso adecuado del lenguaje (figura 2.4).
Figura 2.4. Esquema de los órganos que participan en la articulación y en la función deglutoria.
¿Cómo se aplica la técnica adecuada para el uso de la voz profesional?
Para aplicar una técnica vocal es necesario tener el cuerpo relajado, estado que permite sentir cómo es liberado el sonido interior y hace vivenciar, reconocer e interiorizar conjuntamente los distintos procesos de producción de la voz. Esto es un complemento importante para que la melodía, idea o sentimiento sean comunicados eficientemente.
Es preciso tener un conocimiento de las propias sensaciones para descubrir los propios potenciales vocálicos que hay que trabajar.
Metodológicamente se aborda desde la estimulación de la expresión crea-dora, ya que más rica y fructífera será cuantos más recursos de autoexpresión ofrezca, para poder encontrar la espontaneidad y creatividad, desarrollando las múltiples posibilidades que posee el ser humano.
Téngase en cuenta que para realizar este aprendizaje de técnica vocal con expresión, se trabaja con ambos hemisferios cerebrales –derecho e izquierdo– teniendo en cuenta hallazgos neuropsicológicos que revelaron que cada hemisferio del cerebro procesa la información de manera diferente y tiene sus propias áreas de especialización, aunque funcionan juntos en toda actividad.
El hemisferio izquierdo se especializa en el pensamiento verbal, lineal y lógico. El hemisferio derecho se especializa en la percepción holística, visual, espacial. Además, vivencia las representaciones de los sentimientos y percibe el mundo a través de una red de significaciones afectivas. Como resultado de la utilización de este hemisferio, se evidencia la toma de conciencia de todas y cada una de las técnicas impartidas.
Estas técnicas no son sólo aplicadas con profesionales de la voz hablada y cantada, sino que también se aplican en los tratamientos de diferentes patologías laríngeas.
Algunas consideraciones sobre el uso de la voz professional
La palabra, verbal o escrita, es uno de los medios de los que dispone el ser humano para comunicar lo que siente y lo que piensa. Todo lo que el hombre puede expresar de manera oral resume sus conocimientos, estados de ánimo y sensaciones, y el medio de comunicación es la voz. Cultivarla y cuidarla logra que la comunicación oral se convierta en el arte de comunicar; esto forma parte de cada persona.
Este arte se recrea en cada uno, y es uno mismo quien genera sensaciones, sentimientos y emociones, y luego las transmite al público.
Quien se comprometa con la tarea de la comunicación oral en todos sus aspectos debe comprometerse también con el cuidado y perfeccionamiento de su herramienta de trabajo, la voz. De esta manera se puede llegar a la siguiente conclusión:
El hombre se comunica por medio del lenguaje hablado cuyo vehículo de transmisión es la voz. En la comunicación debemos tener en cuenta los objetivos básicos de la comunicación oral e intentar lograr la optimización de funciones.
Es necesario conocer con precisión lo que se va a comunicar, expresarlo con un tono adecuado, acompañar el mensaje con el cuerpo –ya que es un elemento de apoyo de primordial importancia para otorgar el verdadero sentido a la elocución–, y también cuidar la manera en que se expresa el mensaje: decir estrictamente lo que se quiere comunicar. Para que el mensaje oral sea comprendido, se le debe otorgar claridad, coherencia, sencillez, flexibilidad, énfasis y naturalidad entre otros aspectos.
El arte de hablar bien es el arte de relacionarse con los semejantes. Por esto se debe tener en cuenta que hay que darle real importancia al estado del instrumento –la voz–, pues es la vía de comunicación que se trata de mejorar y mantener mediante las técnicas antes mencionadas.
Pautas para el desempeño de la profesión
En las profesiones locutivas, la voz es el fruto de una interacción corporal muy compleja. Está producida por toda la persona, por los músculos del cuerpo, por la actitud mental hacia lo que se lee, se dice, por la emoción interior y las asociaciones que se despiertan en la mente. Todo está reflejado en la voz y sus variaciones.
El profesional de la voz debe manejar su esquema corporal y físico, mediante técnicas respiratorias de relajación, de ejercitación corporal y de impostación, con el fin de que su trabajo sea integral y de ese modo pueda lograr conectarse con el público, a pesar de la distancia que llegue a separarlos.
Se dice entonces que la voz profesional es el resultado del esfuerzo físico de unos órganos, pero regulados por un tiempo, un ritmo y las características impuestas por la situación emotivo y mental que vive la persona, utilizando las técnicas respiratorias y vocales adecuadas, de manera que responda satisfactoriamente y resuelva de modo correcto la situación vocal que presente el auditorio en sus diferentes modalidades.
Para ello se deben cumplir ciertas condiciones: usar la voz con mayor rendimiento vocal y menor esfuerzo, evitar el cansancio vocal, manejar armónicamente todos sus elementos, adaptándolos a las exigencias del auditorio.
Aprender a escuchar la voz
Cuando la voz profesional no está preparada para las funciones y esfuerzos que debe realizar, algunas de sus características se pueden alterar.
Los síntomas no se presentan en forma aislada, sino que conforman un síndrome vocal, ya que está comprometido uno o más de los sistemas que en ella intervienen. Por eso las voces patológicas tienen componentes complejos y en algunos casos es bastante difícil correlacionar el sonido con los tipos de alteraciones de las cuerdas y de la emisión vocal.
Quien hace uso de la voz profesional debe estar atento a su sistema fonador y percibir acústicamente las alteraciones de sus cuerdas vocales y tener sensaciones de lo que en ellas ocurre.
El mal uso y abuso vocal son unas de las principales causas de enfermedad.
El abuso vocal tiene su origen en el uso prolongado de la voz sin una preparación adecuada y sus síntomas aparecen en un primer momento como ronquera. Esto es debido a la disminución de la frecuencia fundamental con un aumento de la masa de las cuerdas; el tono se hace más grave y la dicción más monótona, perdiendo así flexibilidad o variedad. Al continuar hablando en estas condiciones aparece un cansancio o fatiga vocal. Este síntoma lo definimos como una asinergia en la coordinación fina y precisa de los órganos que intervienen en la fonación.
Además de sentir cansancio vocal, varían también las características tímbricas de la voz. Los profesionales, a veces, buscando una voz más atractiva, descienden la frecuencia fundamental para darle resonancias graves, descendiendo la laringe y ensanchando la faringe, llegando a una alteración funcional de la voz que manifiesta enseguida fatiga vocal, tensión muscular y mal aprovechamiento respiratorio; incluso pueden aparecer lesiones estructurales en el sistema fonador.
El abuso y la fatiga vocal provocan situaciones de debilidad corporal en las que aparece una voz débil, apagada y sin apoyo (esto nos indica que hay una disminución de presión subglótica).
La respiración varía a cada instante de la vida y con cada función que se realiza. Si por alguna circunstancia (orgánica o emocional) no hay cierre glótico, parte del aire espirado se pierde de forma turbulenta entre las cuerdas vocales, lo cual se percibe como voz aérea. La incoordinación entre la respiración y la voz altera sus características y la extensión del mensaje.
El sonido glótico debe atravesar los espacios resonadores para ganar la riqueza de los formantes, tener brillo y personalidad. En este proceso actúa el mecanismo de cierre velofaríngeo a modo de válvula y de esfínter. El funcionamiento inadecuado de este sistema puede dar lugar a alteraciones de la resonancia como hipernasalidad o hiponasalidad.
En la hipernasalidad se aprecia una excesiva nasalidad debido a que el velo del paladar no contacta con la pared posterior de la faringe durante la producción de fonemas no nasales, lo que provoca una rinolalia abierta. La causa puede ser generada por la extirpación de una masa adenoidea o simplemente por un modo de hablar. Se observa inicialmente un aumento de la resonancia nasal en las vocales y consonantes orales. Además, la limitación de la presión del aire intraoral origina una articulación defectuosa, principalmente para los fonemas oclusivos, fricativos y africados.
En la hiponasalidad se reduce e incluso desaparece la resonancia nasal en la mayoría de las ocasiones debido a una obstrucción nasofaríngea. La causa puede ser de origen orgánico como adenoides de tamaño excesivo, pólipos nasales, edema de la mucosa nasal, papilomas nasales, tumores, traumatismos en la zona nasal, arco palatino alto, excesiva obstrucción yatrogénica velofaríngea o atresia coanal. O de causa funcional: se mantiene la hiponasalidad incluso después de haberse corregido la causa orgánica que la gene-ró, los fonemas vocales se perciben sin brillo y se utiliza habitualmente una respiración bucal.
También las posiciones defectuosas de la lengua provocan una alteración de la resonancia como, por ejemplo, la posición lingual anterior. En ésta la lengua se encuentra en posición anormalmente anterior y demasiado alta, dando lugar a una voz débil, apagada, con reducida resonancia y tono agudo. Se articula con una abertura oral mínima y con un movimiento de mejilla limitado. La causa es funcional.
En la posición lingual posterior la lengua está retraída y colocada en posición posterior en la faringe. La calidad de voz que produce es apagada, de sonido hueco y engolada. Su etiología es funcional, por simple hábito, u orgánica (disartria fláccida y espástica, sordera, apraxia oral, parálisis atetoide).
La medida y elasticidad de la faringe también provocan alteraciones de la resonancia. Se emite una voz dura, de sonido metálico, por la elevación de la laringe y de la musculatura faríngea constrictora que se contrae demasiado, reduciéndose así la longitud y anchura de la faringe. Su causa es también de origen funcional.
De modo que si se presentan alteraciones de la respiración, la forma y la postura de los órganos que intervienen en la fonación, se obtendrá también algún tipo de alteración de la resonancia.
El sonido glótico es débil y monótono, pero al pasar por los resonadores concentra energía en diversas frecuencias (formantes) y extiende los valores de la frecuencia fundamental. En general, se puede decir que los tractos resonadores pequeños dan voces agudas y los tractos resonadores grandes dan voces más graves, correspondiéndose con el tamaño de la laringe. Y la alteración de la postura de éstos altera la calidad tímbrica de la voz.
El esfuerzo fonatorio que se realiza en condiciones inapropiadas o por una técnica vocal deficiente suele provocar la contracción de los músculos del cuello e ingurgitación venosa. La voz es tensa, se percibe con sensación acústica de dureza; el principio de las frases es levemente explosivo (golpe de glotis), hay una contracción excesiva de toda la musculatura que rodea la laringe y la columna cervical; esto es una hiperfunción de la laringe. Este fenómeno es el origen de muchas patologías vocales, pero también es la consecuencia del abuso, de la fatiga y de una técnica deficiente o de hablar con una voz mal proyectada.
Otras causas que alteran la voz profesional son las que se perciben acústicamente como ronqueras y se producen por el bloqueo instantáneo de la vibración de las cuerdas por interposición de la mucosidad sobre el borde libre, llamadas causas inflamatorias.
La voz durante el habla posee variaciones en el tono, la intensidad y en el timbre. Esas inflexiones son las que expresan los estados intelectuales y emocionales. Cuando las fluctuaciones están disminuidas o son excesivas, hay una alteración de flexibilidad. Esto a veces provoca la necesidad de «aclarar» continuamente la garganta mediante carraspeo y tos. Es indicio de una alteración de las cuerdas vocales que provoca ocasionalmente traumatismos de las cuerdas vocales.
Todo esto lleva a una disminución del rango vocal: este síntoma, aunque puede darse en todas las personas, los cantantes lo perciben mucho más. Se pone de manifiesto cuando las cuerdas se tensan mucho a fin de dar las notas más agudas, siendo en ese momento cuando la voz se quiebra y suena afónica porque al contactar las cuerdas se bloquea la vibración.
Los síntomas no se presentan de manera aislada. Las alteraciones de la voz poseen componentes complejos y cuando aparece una disfunción se ven comprometidos todos los componentes que conforman el fenómeno vocal.
Por eso es bastante difícil correlacionar exclusivamente el sonido emitido con un tipo de alteración de las cuerdas. Siempre es necesario realizar una semiología completa para llegar al diagnóstico preciso que permite realizar una estrategia de acción adecuada a cada caso y a cada persona en particular.
La educación de la voz para el uso profesional prepara para prevenir y detectar las alteraciones, y proporciona las herramientas necesarias para hacer uso de la voz profesional con menor esfuerzo y el máximo rendimiento vocal.
Controlar la voz profesional
El profesional de la voz debe realizarse un control permanente mediante la vista, el oído y el tacto. Debe estar atento a las sensaciones propioceptivas para detectar cualquier cambio o imperfección que aparezca en la voz.
El control visual y auditivo se realiza observando, escuchando y controlando la propia voz, mirando la reacción de los interlocutores y haciendo grabaciones de la voz en diferentes situaciones y lugares. El control táctil propioceptivo se realiza identificando sensaciones y síntomas que indiquen o sugieran una emisión incorrecta, tales como: ahogo, carraspera, dolor, ardor, sequedad, picor, sensación de cuerpo extraño en la garganta, etc. Utilizar la palpación con las manos sobre la cabeza, la frente, la cara y las cavidades de resonancia, incluso sobre las alas de la nariz, el cuello y el pecho, mientras se llevan a cabo distintas tareas fonatorias.
Con esto esperamos la formación de un esquema corporal vocal y la toma de conciencia respecto a la emisión correcta e incorrecta de la propia voz.
Algunos ejercicios para voces profesionales
El objetivo de las prácticas vocálicas es tener control consciente de su mecanismo y prevenir alteraciones de cualquiera de sus componentes; de la extensión vocal y de su dinámica.
Con la rutina de esta técnica se logran emisiones más suaves, se controla el ataque vocal, se reducen tensiones en el espacio glótico y se evitan bloqueos articulatorios. Es necesaria la sistematización de la ejercitación para conocer con precisión el órgano vocal y optar por la práctica más conveniente al propio organismo.
Se ejecutan sonidos de apoyo en distintas frecuencias, intensidades y velocidades. Se utilizan sonidos aislados, también series memorizadas, lecturas de prosas y versos con modulación marcada.
Proponemos las siguientes prácticas:
Tomar aire cómodamente, retenerlo unos segundos, espirar por la boca abierta diciendo una vocal sin sonido. (Realizar esta práctica cinco veces con cada vocal.)
Bostezar con la boca abierta moviendo brazos y cuello.
Realizar una emisión vocálica masticando exageradamente un bostezo.
Emitir las vocales masticando exageradamente cada una de las vocales.
Efectuar la emisión vocálica masticando, combinada con recuento de números, emisión de secuencias memorizadas o lectura de textos.
Morder con las muelas y sobrearticulando con los labios decir: A/O/U. A/O/A/O/A/O, a diferentes velocidades; también con días de la semana y meses del año.
Leer únicamente las vocales eliminando las consonantes, de manera enlazada y modulada.
Exagerar los movimientos fonoarticulatorios con amplia excursión muscular y gran abertura de la boca.
Algunas consideraciones sobre el cuidado de la voz
Un profesional de la voz debe adquirir una conducta preventiva, diaria y permanente para preservar la salud del aparato vocal. El objetivo es prevenir enfermedades tanto orgánicas como funcionales que puedan lesionar el aparato vocal y corregir los vicios ya instalados.
Se deben tener en cuenta algunas pautas de higiene vocal como: mantener un hábito alimentario adecuado, evitar factores ambientales inadecuados o nocivos, cuidar los estados emocionales y anímicos, tener una actividad física general, eliminar adicciones al tabaco, al alcohol y llevar una vestimenta apropiada.
También es recomendable emplear un volumen moderado de voz en todas las situaciones del día, reducir su uso en lugares ruidosos, no competir con la propia voz en el ruido ambiente (cualquiera que sea); no gritar, evitar o reducir al mínimo toda perturbación violenta de los pliegues vocales (tos, carraspeo, etc.).
Todas las recomendaciones tienen la misma explicación: la voz no debe competir con sonidos de alta intensidad, ya que esto produce un esfuerzo laríngeo, situación que puede derivar en una hiperfunción laríngea. Ello abre las puertas a la fatiga vocal y a las enfermedades de la voz.
Todo ello contribuye a evitar el mal uso y el abuso vocal a los fines de desempeñar con excelencia la voz profesional.
Es importante que el profesional de la voz tenga un conocimiento profundo de su cuerpo y de su sistema fonador, tanto en estado de salud como en la enfermedad para poder optar por la medida profiláctica correspondiente, y con el fin de prevenir la patología vocal.
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