Читать книгу Alameda 54 - Irene Estrada - Страница 13
ОглавлениеCAPÍTULO 6
«Solo pueden perdonarse los pecados en la confesión si se repara el daño. De lo contrario no es válida y es una burla del sacramento»
JUAN PABLO II
Sin esperarlo, Marcos García se vio envuelto en uno de los peores embrollos en los que el afán de dinero y la falta de escrúpulos metieron al doctor Palacios. Fue la única vez que estuvo cerca de la cárcel. Hubo un proceso y el nombre del psicólogo sonó insistentemente como colaborador necesario y cómplice, pero fue absuelto por falta de pruebas. La inspectora decidió interrogarlo como testigo del episodio que más enemigos le había creado a Palacios.