Читать книгу Baila hermosa soledad - Theodoro Elssaca, Jaime Hales - Страница 8
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Los sones del himno nacional acompañaban la imagen de la bandera que se veía en las pantallas, sobre un fondo celeste, alternándose con la imagen del General. Una voz en off, la misma que se escucharía por las radios con diferencia de segundos, anunció que estaba trasmitiendo la División Nacional de Comunicación Social y proclamó el nombre del Secretario General de Gobierno, quien leería una declaración oficial. Los que veían la televisión pudieron observar al Ministro, con aspecto más juvenil de lo que realmente era, modales muy preparados, muy compuesto, muy formal, equilibrado con su voz que también sonaba como parte de los libretos estudiados con esmero, todo frío e impersonal, sin manifestar alteración alguna, como si nada fuera realmente importante o grave, como si jamás nada pudiera excitarlo lo suficiente como para que él cambiara el color de su cara, levantara la voz, endureciera la boca o mostrara los ojos apasionados.
Era el hombre ideal para el papel que jugaba: un vocero, una especie de “cara de palo” oficial para un gobierno que jamás podría explicar todo lo que habría sido necesario explicar. Este hombre de hielo, de rostro impenetrable, inaccesible, podría anunciar cualquier cosa con la misma entonación: desde un saludo a los bomberos en el día de su aniversario, hasta su propio suicidio por orden del Señor General, cualquier cosa ciertamente, sin ninguna emoción. Y no parecía fuerte o duro, sino solamente frío, porque era débil según su aspecto físico, suave, aunque algunos decían que en realidad no era más que un manto para tapar su profunda crueldad. Recién producido el golpe, había aprovechado la dictadura para ganar dinero en cargos públicos de poca relevancia y en algunas actividades privadas como abogado. Era su rostro, su apariencia física, la que traía a los ciudadanos pensamientos o sensaciones sobre el Secretario General, pero los auditores de radio no tenían tiempo ni estímulo, sino que simplemente se encontraron con la voz lenta, parsimoniosa y gélida del funcionario.
“Buenas noches. Desde la intervención militar del año 1973, cuando las Fuerzas Armadas y de Orden, de acuerdo con su más profundo sentido de responsabilidad y amor por la patria respondieron al clamor popular y pusieron fin a la agresión del marxismo internacional y a los intentos de apoderarse del país, el Supremo Gobierno se encuentra empeñado en consolidar la liberación y alcanzar una democracia plena, sólida y estable, en un clima de libertad y desarrollo, que garantice a todos los ciudadanos y las futuras generaciones un bienestar creciente.”
“La tarea ha sido muy dura, puesto que la acción subversiva del comunismo no cesa ni se atenúa con el transcurso del tiempo, llevando adelante todo tipo de campañas en contra del país, directamente o por medio de los políticos u otros elementos desorientados que se convierten en útiles a sus objetivos. Ellos han desatado una enorme campaña internacional para desprestigiar al país y sus Fuerzas Armadas y de Orden y evitar que avancemos hacia la conquista del desarrollo económico.”
“La crisis internacional, que ha afectado a todas las naciones del mundo, incluyendo las más poderosas y desarrolladas, también produjo un cierto retroceso en el sostenido crecimiento de la economía nacional. El clima de prosperidad se ha visto afectado por la irresponsabilidad de grupos empresariales y la sostenida campaña exterior. Pese a todo ello, el Supremo Gobierno ha sabido evitar las dolorosas consecuencias que para otras naciones trajo la crisis económica y en estos momentos la patria entera ha estado luchando unida por superar las adversidades, con el pleno convencimiento que así como fueron derrotados el marxismo y sus aliados hace trece años, hoy el conjunto de los ciudadanos será capaz de obtener el éxito en esta dura empresa, pese a las traiciones.”
“Los dirigentes políticos, los mismos que llevaron al país al descalabro, están desesperados por los logros objetivos alcanzados por el esfuerzo de todos, canalizados por el Gobierno. Haciendo primar sus mezquinos intereses e infiltrando el movimiento social, han hecho primar una alianza espuria con elementos terroristas provenientes del exterior y del interior. Pese al permanente y consistente repudio ciudadano, persisten en sus empeños, conspirando incesantemente para el logro de sus propósitos subversivos. Han llamado a paros, han provocado desórdenes, saqueos, robos, asaltos; cometen actos terroristas y amparan a los violentistas que regresan al país luego de haber seguido cursos en Cuba y otros países. Han pretendido sembrar el caos para retornar al pasado.”
“La debilidad de las democracias occidentales para enfrentar al enemigo comunista ha permitido que países tradicionalmente demócratas y amigos del nuestro, se sumen a las campañas internacionales, financiando actividades subversivas y alentando los peores propósitos conspirativos. El Supremo Gobierno observa con alarma que las grandes potencias occidentales no han aprendido la lección después de tantas y tan graves derrotas frente al comunismo.”
“La superación de las condiciones económicas impuestas por la crisis internacional constituye un desafío para todo el país. Aunque con cierta lentitud, se está avanzando, mediante una política sana y con profundo sentido de la realidad. El terrorismo y sus aliados desataron una nueva campaña para alterar la tranquilidad pública, que hizo necesario decretar hace algunos meses el Estado de Sitio en todo el país y restringir la amplia libertad de prensa que existe. En ello se enmarca el cierre de revistas que, financiadas desde el exterior, faltaban gravemente a la verdad y alentaban a los dirigentes en sus objetivos de proponer el alzamiento en contra del orden constitucional y cuya tuición y consolidación han encomendado a las Fuerzas Armadas y de Orden, principalmente al Señor Capitán General.”
“En un claro intento por buscar la reconciliación tan solicitada por la Iglesia Católica, se levantó los estados de excepción, pero de inmediato los mismos elementos políticos y subversivos reiniciaron su actividad disgregadora. Con los paros y las manifestaciones no autorizadas, han estado permanentemente provocando a la autoridad en busca de situaciones que los haga aparecer como víctimas ante ese mundo internacional que les ha financiado y apoyado sus actividades durante todos estos años.
“El atentado en contra de la vida de Su Excelencia el Señor Presidente de la República, Capitán General y Comandante en Jefe del Ejército, ha sido parte de un plan terrorista elaborado por elementos marxistas y sus aliados dentro y fuera del territorio nacional, que contemplaba la eliminación de oficiales de las Fuerzas Armadas y de Orden, de sus familiares más cercanos y personalidades del Poder Judicial y de la empresa, todo ello con el objeto de poner fin al Gobierno de las Fuerzas Armadas y al régimen de libertades instaurado desde 1973.”
“La ciudadanía puede estar tranquila, pues la situación se encuentra perfectamente controlada y, pese a la gravedad y complejidad de los hechos, los servicios policiales y de seguridad han logrado determinar con precisión a los autores del plan y en cuestión de horas serán detenidos los participantes directos del hecho criminal en contra de la persona del presidente de la República. El Supremo Gobierno ratifica su decisión de preservar el clima de paz y tranquilidad en el que nuestro país se ha desenvuelto desde que iniciara el proceso de liberación nacional y está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias. Consciente de su deber, por instrucciones del Excelentísimo Señor Presidente de la República, Capitán General, Comandante en jefe del Ejército y Generalísimo de las Fuerzas Armadas, el Gobierno ha dispuesto”:
“Primero: Declarar bajo Estado de Sitio todo el territorio nacional, ratificando la declaración provisionalmente formulada el domingo último en el mismo sentido.”
“Segundo: Aplicar, con todo el rigor de la ley, las facultades previstas en la Constitución Política a todos los responsables como autores, instigadores, cómplices y encubridores de esta conspiración. Con tal objeto se ha ordenado que, de acuerdo con el decreto ley ochenta y uno de mil novecientos setenta y tres se presenten ante la autoridad, en el cuartel de policía más cercano, los dirigentes políticos involucrados en los hechos y demás personas respecto de quienes hay antecedentes de haber participado en ellos. En el caso de no hacerlo así, se entenderá que asumen una actitud de rebeldía frente a la ley y a la Constitución Política del Estado. La lista completa será informada con posterioridad a este comunicado y será obligación de todos los ciudadanos dar aviso de inmediato a las autoridades sobre el paradero de las personas que son responsables de tan graves conductas delictuales. La ciudadanía sabe que la colaboración u ocultamiento de los extremistas cuyo arresto se ha ordenado, es sancionado con la misma penalidad que la que corresponde a los autores del delito.”
“Tercero: Todos los señores corresponsales que han dedicado sus esfuerzos a la difusión de noticias falsas sobre la realidad chilena, con la intención de desprestigiar al país y facilitar la conspiración extremista, serán expulsados del territorio nacional en las próximas horas. Se advierte que aquellos corresponsales extranjeros que están en ese caso deberán facilitar el cumplimiento de las medidas. Del mismo modo, todos los extranjeros que facilitaren información falsa al exterior o colaboraren directa o indirectamente con elementos terroristas, sin importar la profesión o la actividad que estén desempeñando en el país, serán expulsados sin dilación. Recordamos que el interés de la ciudadanía y la seguridad nacional está por sobre las consideraciones particulares que puedan esgrimirse.”
La voz del Secretario General de Gobierno no se alteraba, ni siquiera cuando debió ratificar las prohibiciones en virtud del Estado de Sitio, las cadenas de radioemisoras o la debida atención a las instrucciones de los Jefes de Plaza a cuya autoridad debía someterse la población. Su llamado final fue aterrador para muchos de los que veían o escuchaban el discurso.
“El Supremo Gobierno, siempre consciente de su responsabilidad, llama a la población a colaborar en la mantención del orden público, denunciando a los extremistas y los hechos o circunstancias que pudieren atentar contra la necesaria tranquilidad pública, en la seguridad de que los enemigos de la patria, vengan de donde vengan, serán derrotados y sancionados con el máximo rigor.”
El locutor oficial ocupó la escena de los televisores y su voz sonó muy fuerte en las radios: con parsimonia y energía dio a conocer primero las instrucciones sobre el toque de queda, luego leyó las disposiciones legales que afectaban a los colaboradores de los extremistas y que establecían la obligación de denunciar personas y hechos sospechosos, hizo lo mismo con la nómina de los señores Generales de las Fuerzas Armadas y de Orden a cargo de la seguridad de las respectivas provincias y regiones con sus títulos de Jefes de la Zona en Estado de Sitio; y, por último, dio lectura a la larga lista de personas, que en virtud de un decreto debían presentarse de inmediato ante las autoridades policiales o militares, anunciando que el llamado se repetiría cada una hora.
Mientras en las radios, que seguían en cadena, comenzaba a sonar música criolla, esas tonaditas o cuecas de la zona central, folclore de laboratorio, en las pantallas de los televisores apareció el anuncio de una antigua película de Jerry Lewis, con Dean Martin, por supuesto.