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PRESENTACIÓN

Mario Palacios Panéz 1

El Ecologismo de los Pobres escrito por Joan Martínez Alier es un importante libro reflexivo sobre las resistencias y luchas locales de diversas formas de organización de afectados por el crecimiento destructivo y contaminante de las multinacionales del lucro. Ellas usurpan, destruyen y contaminan territorios, recursos naturales y medios de vida de muchas poblaciones. En estas resistencias y luchas que tienen como finalidad la defensa de la naturaleza, el medio ambiente y la vida se encuentran diversos actores: ecologistas, ambientalistas, poblaciones, comunidades y pueblos en un conflicto de alcance global.

Los desequilibrios ecológicos ambientales que atraviesa el mundo, es resultado de las emisiones tóxicas, destrozos ecológicos y desechos industriales que multiplican la contaminación de origen humano. La voracidad de los grandes capitales que explotan irracionalmente los recursos de países empobrecidos del sur, no sólo produce daños irreversibles a nuestro planeta, sino que cobra las vidas de miles de personas obligadas a desplazarse de sus lugares de origen porque en esos sitios hay recursos que los grandes consorcios apetecen.

Esta destrucción amenaza a la humanidad entera y pone en peligro la supervivencia de nuestra especie. De ahí que haya un conflicto entre la destrucción de la naturaleza para ganar dinero y su conservación para poder sobrevivir. Conflicto que también se manifiesta como un desencuentro entre la tecnología occidental confrontada con los saberes y conocimientos de pueblos indígenas y su consciencia ecológica.

A estas resistencias, organizaciones y redes así como a las propuestas y alternativas que forman voluntades, comunidades y poblaciones que defienden la conservación de la naturaleza y el medio ambiente, porque la necesitan para vivir, se les define como el movimiento del “Ecologismo Popular” o “ecología de los pobres” que son las acciones en defensa del sustento y del acceso comunal a los recursos naturales, amenazados por los Estados o por la expansión de los mercados. Estas acciones se constituyen como la principal fuerza social que encamina a la economía en una ruta más justa y sostenible, como lo plantea Martínez Alier.

El libro atraviesa diferentes escenarios de reflexión relacionados a conflictos socioambientales desarrollados en diversas latitudes, antes y durante estos últimos veinte años. Se evidencian los abismos existentes entre la “ecología de los pobres” y la política de los partidos en general y en particular de los partidos “progresistas” de izquierda en Latinoamérica; estos han ignorado o despreciado los problemas ecológicos. Incluso ahora, se progresa con lentitud y dificultad, a menudo se limitan a plantear meras reparaciones ambientales. Les cuesta asumir estas preocupaciones como parte de su programa político, porque al igual que las derechas todavía están adorando el crecimiento del PBI (Producto Bruto Interno), como lo único sagrado que hay en el mundo. Por su lado los empresarios liberales y sus partidarios sostienen la preeminencia del crecimiento económico y que las ganancias arreglarán los problemas ambientales, pero no es así.

Las terribles agresiones del capital a la naturaleza y a la ecología generan y acrecientan resistencias y movilizaciones sociales, aumentan los conflictos porque se defienden los territorios en que se habita permanentemente.

El libro refuta una de las tesis centrales del famoso informe Brundtland de las Naciones Unidas, Nuestro futuro común, que sostiene que la pobreza genera degradación ambiental, por lo cual el “desarrollo económico ecológicamente sustentable” es el remedio para ambos males. Por el contrario nos muestra que el crecimiento económico lleva al agotamiento de recursos naturales, así como a la contaminación, lo cual perjudica sobre todo a los pobres, de ahí que haya un conflicto entre la destrucción de la naturaleza para ganar dinero y la conservación de la naturaleza para poder sobrevivir. Una de las críticas sobre las economías planificadas de Europa es que no sólo supusieron una explotación de los trabajadores en beneficio de una capa burocrática sino que, además, tuvieron una ideología de crecimiento económico “a toda costa” y una gran ineficiencia en el uso de recursos acompañada con la carencia de libertades.

Nos dice que el movimiento ambientalista o ecologismo no es tan nuevo, como si lo son, los términos usados en la actualidad. Tampoco es un movimiento social típico de sociedades prósperas “post-materialistas” como lo sostienen algunos sociólogos y politólogos. Rebate la idea que solo los ricos se preocupan y ocupan de los problemas ambientales, devenidos en socioambientales.

En el Perú, por ejemplo, el gobierno de Alan García intentó ilegalizar la organización amazónica AIDESEP, su dirigente Alberto Pizango marchó al exilio tras el “Baguazo” del 5 de junio de 2009, que fue producto de la imposición brutal de normas que privatizan y expropian los territorios indígenas y sus recursos naturales, que llevan décadas de resistencia frente a las transnacionales mineras, petroleras y forestales.

Sin embargo, desde el ecologismo popular se han ido construyendo no solo resistencias, sino también estrategias como la importancia de la organización, la construcción de alianzas, articulación y movilización, el uso de la información y las capacidades son parte de ellas. En el caso peruano la utilización de mecanismos de democracia popular han permitido ejercer el Derecho a la Consulta que tenemos como pueblos para decidir nuestras prioridades de desarrollo. El ejercicio de este derecho se ha dado en otras experiencias con evidente éxito.

El libro El ecologismo de los pobres. Conflictos ambientales y lenguajes de valoración, además de ser una obra de denuncia sobre situaciones de injusticia ecológica, nos propone que desde la existencia de muchos valores plurales; del movimiento por la justicia ecológica, el ecologismo popular, la ecología de los pobres, la ecología de la liberación, y el propio movimiento indígena aportan en la esperanza de un mundo de equilibrio y armonía ambiental con la madre tierra. Un mundo de justicia ambiental y social.

El Perú de estas últimas décadas ha sido escenario de movimientos de resistencia territorial, ambiental y de pueblos indígenas originarios que incluyen con claridad la defensa de la vida, frente a las industrias extractivas (minera, petrolera y forestal). Sin embargo, esta movilización social no ha sido acompañada con la misma intensidad por los estudiosos y la academia, tampoco han habido voluntades en difundir tratados como los realizados por el autor.

El esfuerzo invalorable de contar con esta primera edición peruana del libro de Joan Martínez Alier no sólo nos compromete a su lectura sobre y desde los conflictos ecológicos actuales e históricos, nos conduce también a una mayor conciencia ambiental y nos invita a ser protagonistas en la defensa de la vida, de nuestras futuras generaciones y de la especie humana que se extinguen a un ritmo jamás antes visto.

Como CONACAMI Perú, organización de las comunidades afectadas por las actividades mineras, desde los pueblos quechuas y poblaciones andinas en lucha por proteger la vida, la madre tierra, la vigencia de nuestros pueblos indígenas originarios y el patrimonio natural del conjunto de la humanidad, compartimos y hacemos extensivo el principio de reciprocidad – todas las cosas están estrechamente unidas – expresada en la frase que se le atribuyó al Gran Jefe Seattle: “Lo que le acaece a la Tierra, también le acaece a los hijos de la Tierra”.

1. Mario Palacios Panéz ha sido presidente de la Confederación Nacional de las Comunidades del Perú Afectadas por la Minería - CONACAMI Perú. Es comunero y socio de la CAP. Pucayacu – Yanacancha. Departamento de Pasco.

El ecologismo de los pobres

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