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La inspiración de la Biblia
ОглавлениеLa Biblia es el vehículo o el medio por el cual nos llega la “Palabra” de Dios. La selección divina de quienes habrían de escribir, y la guía para asegurar la fidelidad al escribir y transmitir su testimonio, se llama inspiración (ver 2 Timoteo 3.16). Los escritores, sin embargo, eran seres humanos; escribieron para diferentes audiencias y contaban con fuentes diferentes, tanto orales como escritas (ver Lc. 1.1–4), lo cual explica las ocasionales divergencias entre los relatos. Algunos creen que cada palabra de la Biblia es inspirada, lo cual se conoce con el nombre de inspiración verbal. Otros creen que la Biblia contiene la palabra de Dios (con respecto a la salvación), lo cual deja lugar para diferencias en el texto y cierta flexibilidad en las interpretaciones del mismo.
Los cristianos fundamentalistas creen que la Biblia no contiene error en ningún sentido (inerrancia), ni siquiera en cuestiones de historia, ciencia y geografía. Los que sostienen este punto de vista creen que admitir la posibilidad de error en la Biblia es el primer paso en la resbaladiza cuesta abajo de la incredulidad. Una perspectiva más blanda respecto a la inerrancia, llamada a veces “inerrancia limitada”, considera que la Biblia no contiene error en lo que enseña, pero que no todo lo que la Biblia contiene debe ser considerado como “enseñanza”. Los evangélicos prefieren hablar de la Biblia como infalible, es decir, la Biblia es plenamente confiable, especialmente en lo que se refiere a la revelación que Dios hace de su persona a través de Jesucristo. Los cristianos liberales tienden a considerar a la Biblia no como la Palabra inspirada y revelada por Dios sino como un conjunto de escritos relativos a la búsqueda religiosa de la humanidad.
Muchos consideran que el término “inspiración” se aplica a algo más que a los manuscritos únicamente. Por ejemplo, algunos aplican este término a la inspiración que recibieron del Espíritu Santo las personas que decidieron qué libros habrían de incluirse en el canon y cuáles no (por lo tanto, ésta es una elección hecha por Dios); a la inspiración de aquellos que hicieron y de quienes actualmente hacen la traducción a otros idiomas, a fin de asegurar la fiel transmisión de la Palabra de Dios a todas las personas en todo lugar; y a la inspiración interior del Espíritu Santo a los creyentes que “oyen la palabra, la aceptan, [son bendecidos] hasta el ciento por uno” (Mr. 4.20).