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Capítulo 2 EL ANTIGUO TESTAMENTO
ОглавлениеEl Emperador Federico el Grande le preguntó en una ocasión a su médico personal, el doctor Zimmermann: “Puede mencionarme una sola cosa que por sí sola sea prueba de la existencia de Dios?” Zimmermann respondió: “Los judíos, su majestad!” Con eso quería decir que si uno quiere una prueba de Dios, algo visible y tangible que nadie podría negar, algo que se despliega a la vista de todos los seres humanos, entonces tiene que dirigir su atención hacia los judíos. Simplemente porque allí están, porque sobreviven hasta nuestros días. Cientos de pequeñas naciones en el Cercano Oriente… se han disuelto o han desaparecido en el enorme mar de las naciones; [sólo] esta minúscula nación se ha mantenido… Si alguien pide una prueba de que Dios existe, basta con señalar este simple hecho histórico. En la presencia judía tenemos ante nuestros ojos el testimonio del pacto que Dios hizo con Abraham, con Isaac y con Jacob, y por medio de ellos con todos nosotros. Aun la persona que no entiende las Sagradas Escrituras puede reconocer este recordatorio.
— Karl Barth — Dogmatics In Outline