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• El driblin o la finta
ОглавлениеDefinición
Entendemos por «dribling o finta» las acciones técnico-tácticas de sobrepasar al adversario directo con el balón perfectamente controlado. La diferencia entre estas dos acciones técnico-tácticas se refiere al contacto físico, pues en el dribling el contacto directo es más fuerte, mientras que en la finta el jugador atacante pasa al lado del adversario directo.
Objetivo
Este comportamiento técnico-táctico es un elemento fundamental del fútbol actual debido a la falta de espacios libres y a las acciones de marcaje desarrolladas por los adversarios en el proceso defensivo. Tanto el dribling como la finta son elementos muy personales y originales que exigen un gran virtuosismo técnico y un sentido muy elevado de la improvisación.
Ejecución
Existen cinco elementos importantes que concurren en la ejecución eficaz del dribling:
1. La aproximación. La aproximación del atacante en dirección al defensa debe tener dos objetivos: la línea de aproximación ha de ser lo más recta posible y la velocidad de aproximación tiene que resultar máxima, observando una disminución de esa velocidad en el momento final de aproximación para que pueda existir la posibilidad del cambio de dirección y de velocidad cuando se sobrepasa al adversario.
2. El control del balón. El dribling conlleva sobrepasar al adversario directo, y, por ello, su ejecución debe objetivar dos aspectos: el control del balón para que el defensa no lo pueda interceptar y conducir con el balón atacando de inmediato al defensa.
3. Engaño y desequilibrio al adversario directo. Es importante para el atacante engañar al defensa, especialmente si éste tiene cobertura defensiva, dependiendo siempre de la velocidad y de la distancia en la que el defensa se encuentra. Cuanta más rápida es la aproximación, más lejos de la defensa se debe ejecutar el engaño. El defensa, al reaccionar incorrectamente a las intenciones del atacante, se desequilibrará y resultará más fácil la ejecución del dribling.
4. Cambio de dirección. Normalmente los defensas eficientes sólo reaccionan a los movimientos del balón; de ahí la importancia del cambio de dirección para desequilibrar al adversario.
5. Cambio de velocidad. El tiempo necesario para que el defensa vuelva a estar en equilibrio en su posición debe usarse para que el atacante sobrepase rápidamente al defensa.