Читать книгу Zona de encuentro - Jorge Eslava - Страница 45

Los orígenes de la civilización

Оглавление

¿Consultaste mucho o más bien trataste de tomar distancia de lo científico? Porque el resultado es más un ensayo narrativo.

Lo escribí sin consultar nada directamente. Me senté a escribir y lo hice a mano, sin ver otras fuentes. Por eso no hay citas bibliográficas. Es más o menos un ensayo, como dices. Aunque el problema para escribir un ensayo literario se necesita talento. Yo tengo voluntad.

Por favor, el libro está magníficamente escrito. Hay pasajes de antología… por ejemplo, el ingreso al mundo Chavín es tan intrigante y tenebroso que parece el comienzo de una novela. Y la estructura que planteas también responde a una división novelesca: ya no las culturas preincas e incas, y luego la conquista española del siglo XVI —como era tradicional—, sino las dimensiones de autonomía y dependencia que vive el Perú. Esta es una de las marcas principales del libro.

Sí, hemos dividido la historia del Perú en dos grandes partes: la historia de los indios y nuestra historia. La historia de los indios termina en el momento en el que llega Francisco Pizarro y su gente, y la historia de nosotros comienza de ahí en adelante. La historia de los indios es una manera de discriminar lo atrasado, lo antiguo. Eso terminó el día en que llegó Francisco Pizarro y mató a Atahualpa, y al morir Atahualpa murió el mundo andino. Eso lo hemos rectificado con la historia, pero lo mantenemos en la vida social nuestra.

Con muchas otras formas de discriminación, por supuesto.

La segregación no es otra cosa que un esquema mental que tenemos de este mundo dividido por nosotros. Hay un mundo que es el de los indios que representa el pasado, y ser indio era un insulto. Incluso lo hemos dicho: “Somos hijos de España” o “Tenemos una madre patria que es España”. Nuestra historia comienza por esta diferencia, y es una diferencia fatal, por lo que proponemos un cambio en la noción de nosotros. La historia de los indios la hemos tratado desde la antropología, no se nos ocurre hablar de una antropología de la etapa colonial, en donde casi nadie se ocupó de los indios. Entonces esta etnología se refiere a este otro sector y no a ‘nosotros’.

Así nos enseñaron la historia…

Como si el Perú fuera un país que tuvo culturas hasta noviembre de 1532 y que después desaparecen las culturas existentes, incluso los incas… todas, como si se hubieran hecho humo. Y el siglo siguiente comienza con las guerras civiles, que no es otra [cosa] que la confrontación entre los españoles por el repartimiento del botín. ¿Cuánto me toca a mí? ¿Cuánto a ti? Se matan unos a otros; desaparecen Luque, Pizarro y Almagro, también se matan los hijos y los primos… es una matadera generalizada.

Pizarro debe de haber sido una persona severa y admirable para su tropa. Un líder indiscutible.

Sin duda era el más fuerte y además estaba acompañado de sus hermanos y de sus hijos. Él se apodera de la parte rica del país y deja para Almagro la parte desértica. Ahí comenzó la pelea, por supuesto. ¿Qué pasó con Luque? Es una de mis grandes preguntas. Muere casi en el anonimato, no es un muerto notable y es reemplazado pronto en sus funciones por el dominico Vicente de Valverde.

En el prólogo del libro mencionas a Pedro Cieza de León como inspirador de amenidad discursiva y confiesas que tratas de emularlo. Aunque el propio Cieza de León advierte en su Crónica del Perú que quiere escribir un libro ameno y contar aquello que no pasó, igual me extrañó que tu modelo no fuera Garcilaso, cuya prosa es muy bella.

Yo soy garcilasista, hice incluso un ensayo sobre la noción del mestizaje y de la peruanidad a partir de cuánto valoraba él el papel de la tecnología. A mí me pareció genial su enfoque y además tiene una manera muy agradable de escribir. Sin embargo hay una diferencia sustantiva entre ambos. Mientras Garcilaso vivió en el Cusco desde la perspectiva de la élite cusqueña y a los veinte años viajó a Europa, su perspectiva del Perú se basa en lo que otros le cuentan del país. Defiende a nuestra gente y su libro tiene una intención apologética. Cieza también escribe sobre lo mismo, pero con otra mirada: más cercana al mundo real. Él comienza su libro con las descripciones físicas del Perú y nos presenta el territorio…

Bajo una mirada deslumbrada.

Claro, son cosas que Garcilaso no había visto. Comienza con Colombia, sale del golfo y entra a Panamá, ahí comienza el recorrido de todo el Tahuantinsuyo. Sus imágenes son impresionantes, como la descripción que hace del canibalismo en Colombia y termina en el mundo andino. Él dice más o menos: “Acabó esta barbaridad de comerse a las gentes en el punto que comienzan los reinos del Perú”, y es la verdad.

Es algo que Garcilaso no toca. ¿Por escrúpulos o por desconocimiento?

No lo conocía. En el imperio incaico estaba proscrito el canibalismo y en los libros de Huarochirí se descubre. En un pasaje se narra una escena de canibalismo y una divinidad es expulsada a causa de eso. La destierran al territorio de los huancas para que vaya a comer perros como castigo. Ese tema me interesaba muchísimo, pues en las revelaciones arqueológicas resulta que el canibalismo fue parte fundamental hasta por lo menos el siglo v de nuestra era.

Eso casi no se conoce, ¿ha sido un secreto histórico?

Julio César Tello se encargó de ocultarlo. Dijo que el canibalismo no había sido practicado en el Perú. Era una noción equivocada, porque el canibalismo ha existido en todos los pueblos que ingresan a la agricultura y que son agrícolas incipientes.

¿Eran rituales mágico-religiosos?

Supongo que rituales ligados a la guerra. Hay cuentos en Alemania que dan noticias históricas de nobles que en banquetes especiales engordaban niños y los servían para comer.

Los cuentos populares de los hermanos Grimm están poblados de casos de matanzas y mutilaciones…

Claro, hasta la Edad Media. En la etapa inicial romana encuentras muchos casos y los romanos lo prohíben. Encuentran una forma alternativa: en vez de matar y comerse a los soldados prefieren esclavizarlos y ponerlos a trabajar. Creo que algo similar ocurrió aquí con Huari: se acaba el canibalismo y se pasa a otra etapa.

Con tantas historias sanguinarias en Europa, ¿crees probable que los conquistadores temieran ser víctimas de canibalismo en nuestro país?

Por supuesto, porque la imagen del caníbal era una imagen generalizada. Representaba lo salvaje y lo bárbaro.

A pesar de todo, qué valor venir a una tierra de la cual se decían tantas atrocidades.

Es que la ambición lo puede todo. Las cosas que hicieron los españoles al llegar fueron realmente impresionantes. Bárbaros, no, eran realmente terribles. Ten en cuenta que ellos fueron recibidos como amigos. Son increíbles las imágenes que tenemos de la recepción a los conquistadores. Eran recibidos con fiestas, con banquetes. Para los incas no eran soldados, sino dioses vestidos de plata.

Esta actitud de asombro y de excesiva hospitalidad concuerda, de algún modo, con lo que mencionas acerca de la impresión que causa a los españoles: ellos dicen que los indios hablan solo lo necesario y que sufren los mayores dolores sin inmutarse. Leído así parece que fue fácil la conquista y que no hubo ningún tipo de resistencia.

Más o menos, pero la resistencia fue de otro modo. El asunto es que son mundos con creencias muy distintas; por ejemplo, para nuestra manera de ver el mundo, la mujer tiene un lugar especial. No es como la mujer musulmana, que es casi inexistente. En el mundo andino la mujer es fundamental: juega un papel y ocupa una posición no necesariamente superior, pero sí de mucho respeto. Por eso en los lugares sagrados había mujeres. Eran los lugares denominados Aclla huasi, que significa Casa de las escogidas. En este lugar vivían las mujeres especiales; eran una especie de monjas, pero no por la virginidad sino por el respeto que despertaban, y todas ellas estaban ligadas a la producción. Esta es otra diferencia, porque nadie podía estar desligado de la producción.

¿Y qué labores correspondían a las mujeres? ¿Mostraban una actitud sumisa en el incanato?

Su tarea principal era la manufactura; es decir, la producción textil y alfarera. Creaban utensilios caseros y de lujo. Ten en cuenta que tanto la vajilla como la vestimenta eran símbolo de estatus y el acceso a estos privilegios era un paso importante. Y como todos los miembros de la comunidad —de una sociedad con otro concepto de relaciones sociales—, uno no es uno sino parte de ella, y entonces las muchachas de doce a catorce años aceptaban ser entregadas cada año al Estado para formar parte del Aclla huasi, donde debían cumplir una especie de servicio civil. Si no son escogidas, al cabo de un año son devueltas a sus comunidades; si son escogidas se quedan y pasan a convertirse en mamaconas. Son ahora señoras y pueden ser entregadas a los incas o a los reyes.

Zona de encuentro

Подняться наверх