Читать книгу El diablo - Jorge Manzano Vargas SJ (†) - Страница 27
IV
ОглавлениеDe modo semejante pueden explicarse la glosolalia y la clarividencia en el caso de posesos y de carismáticos. Yo intentaría aplicar esto al caso del libro y película El exorcista, basados en hechos reales. Admito los hechos, pero no la interpretación de posesión diabólica. Ésta sería la explicación probable: el exorcista anciano estaría muy dotado para entrar fácil y espontáneamente en trance, pero sin darse cuenta de que es un trance, de que entran en juego fuerzas naturales; y aceptando la existencia de un demonio real totalmente diverso del hombre, se considera destinado a lucha heroica y mortal contra él. El trance es comunicativo, y se comunica a otra persona muy dotada: la niña protagonista, que ya tenía sus experiencias en trance receptor y transmisor: usaba la ouija.
También así se explicaría el caso del convento de ursulinas en Loudun, Francia, primer tercio del siglo XVII: la superiora y varias monjas y legas quedan posesas. Es probable que todo haya comenzado por broma, seguido por celos y venganzas, y rematado por intereses políticos, pero da la impresión de que se dieron fenómenos fuera de control: convulsiones y contorsiones violentas, blasfemias, carcajadas y alaridos y varias acrobacias espectaculares ante los atónitos e impotentes exorcistas. Es muy probable que hayan entrado en trance —lo que llamé nuestra primera fase—, y que lo espectacular de la vivencia haya suscitado la convicción de que estaban posesas. Por cierto, en el proceso que se le hizo al párroco de Loudun —supuesto responsable de que las monjas hubieran quedado poseídas— hay el dato picante de que los exorcistas —que supuestamente aceptan la presencia del diablo ahí— hayan aceptado lo que el diablo, por boca de las posesas, dijo durante los exorcismos. Lo picante está en que el diablo es el padre de la mentira, y no hay que creerle al diablo, aunque diga la verdad.