Читать книгу Capitanes generales de Ejército en la Restauración (1874-1923) - José María García Baudín - Страница 20
2.4.2. Alzamiento Nacional de septiembre de 1868, Sexenio (18681874)
ОглавлениеEn la fecha en que se produce el alzamiento nacional de septiembre de 1868, Baldomero Espartero, residía en la ciudad de Logroño, en donde se había retirado en el año 1856, después de dimitir de la presidencia del Consejo de ministros, y que desde ese año no había ejercido cargo alguno. Durante el reinado de Amadeo I, Espartero fue promovido a la categoría de príncipe con el apelativo de Vergara, como recompensa y recordatorio del Convenio de este nombre firmado por este general y el teniente general Rafael Maroto Isern70 que puso fin a la tercera guerra carlista. Hay que hacer notar que, en España, el título de príncipe solo lo ostenta el heredero de la corona —príncipe de Asturias—, aunque existe algún precedente, como es el caso de Manuel Godoy,71 nombrado príncipe de la Paz por Carlos IV.
Francisco Serrano Domínguez, duque de la Torre, principal protagonista, junto a Juan Prim, del citado evento se encontraba confinado en La Orotava (Canarias) desde donde marchó a la Península acompañado de otros generales que estaban en el archipiélago, en idéntica situación.72 En la Península fue el primer firmante del manifiesto de España con Honra, siendo nombrado jefe del ejército de Andalucía que englobaba las fuerzas que se adhierena dicho evento. Los cargos que ocupó, desde 19 de septiembre hasta 8 de octubre de 1868, fueron, sucesivamente, jefe del ejército de operaciones que efectuó el alzamiento nacional, general en jefe del Ejército español y ministro Universal, hasta que en esta última fecha fue nombrado presidente del Consejo de ministros, cargo que ocupó hasta el16 de junio de 1869, es decir ocho meses y ocho días. En esta última fecha, fue nombrado regente del Reino, que ocupó hasta el 4 de enero de 1871, fecha en que se declaró oficialmente a Amadeo de Saboya, como rey de España.73
Los otros cuatro capitanes generales de Ejército presentes en la fecha en que se inició La Gloriosa —Manuel Gutiérrez de la Concha é Irigoyen, marqués del Duero, Juan Pezuela y Ceballos, conde de Cheste, Manuel Pavía y Lacy, marqués de Novaliches y José Gutiérrez de la Concha é Irigoyen, marqués de la Habana—, permanecieron leales a la reina Isabel II, siendo este último designado presidente del Consejo de ministros el último bajo su reinado, que organizó la defensa de dicha reina nombrando su hermano Manuel general en jefe de los distritos de Castilla la Mancha y, al conde de Cheste, general en jefe de los distritos de Cataluña y Aragón, y al marqués de Novaliches en el mismo cargo para los distritos de Andalucía, Granada y Extremadura.74 El marqués de Novaliches, al frente del ejército leal a la reina, se enfrentó —como es bien conocido— a las fuerzas que lideraba el duque de la Torre, encontrándose ambos ejércitos en los alrededores de la localidad de Alcolea, en donde el 28 de septiembre se produce el choque entre ellos, al grito de «viva la reina», el que manda Pavía y Lacy, y viva la libertad, el liderado por el general Serrano. El triunfo de las fuerzas revolucionarias en dicha batalla tuvo como consecuencia la huida de la reina para el exilio y la finalización de la monarquía de la casa de Borbón. A partir de la batalla de Alcolea, podemos decir que comienza el período, que conocemos como Sexenio democrático o revolucionario, en el que solo Francisco Serrano Domínguez entre los cinco capitanes generales presentes, tiene un marcado protagonismo. En efecto, el duque de la Torre, ocupó los cargos de presidente del Consejo de ministros y ministro de la Guerra, durante el reinado de Amadeo I en dos ocasiones (04/01/1871 a 24/07/1879 y 26/05/1872 a 13/06/1872), a lo que siguió un período de ostracismo durante la primera República, contra la que conspiró junto al marqués del Duero, lo que le obligó a exilarse en Biarritz. El golpe de Estado del general Pavía y Rodríguez de Alburquerque le alzó a la presidencia del Poder Ejecutivo de la República en enero de 1874, ejerciendo el poder hasta el pronunciamiento de Sagunto, de diciembre del mismo año.
Juan de la Pezuela y Manuel Pavía y Lacy, pasan, después de Alcolea, a no ejercer cargo alguno en el Ejército, siendo el primero de ellos dado de baja en él, antes de la elección como rey de Amadeo de Saboya.75 Ambos fueron dados posteriormente de baja por negarse a cumplimentar el juramento como rey a este último.76 Es al menos curioso que ambos generales, los más adictos a Isabel II y de un gran monarquismo, fuesen dados de alta en el Ejército por un sistema republicano, como lo fueron ambos con motivo de la ley de amnistía proclamada por la Primera República.77
El tercero de los leales a Isabel II, y último presidente del Consejo de ministros durante el reinado de esta, José Gutiérrez de la Concha, pasó a no tener colocación después del triunfo de la Gloriosa, situación en donde continuó, a pesar de jurar a Amadeo I, hasta que fue nombrado el 14 de marzo de 1874 —después de que el duque de la Torre acceda al puesto de presidente del Poder Ejecutivo de la República— gobernador general y capitán general de la isla de Cuba, puesto que ocupa hasta el 10 de febrero de 1875, poco tiempo después del triunfo del pronunciamiento de Sagunto.78
En el Sexenio, en relación con la dignidad de capitán general de Ejército, ocurren importantes eventos, como son las promociones de Juan Prim y Prats, marqués de los Castillejos, y Juan Zavala y de la Puente, marqués de Sierra Bullones, en los años 1868 y 1874, respectivamente, cuando el duque de la Torre, era en el caso de Prim, presidente del Consejo de ministros y presidente del Poder Ejecutivo de la República, en el caso de Juan Zavala. El marqués de los Castillejos no llegó a ver la Restauración, y por ese motivo no lo tenemos en cuenta en nuestro estudio.
El teniente general Juan Zavala de la Puente, se encontraba de cuartel y confinado en la provincia de Soria cuando ocurrió el triunfo de la Gloriosa, continuando en dicha situación, hasta qué después de la jura de Amadeo I como rey de España fue nombrado primer ayudante y jefe del Cuarto militar del citado monarca, el 4 de enero de 1871. También en este reinado fue nombrado ministro de la Guerra, puesto que ocupó durante poco más de un mes. Dicho general, asimismo fue nombrado director general de Artillería por la primera República, y ya bajo la presidencia del general Serrano, ministro de la Guerra (03/01/1874 a 26/02/1874), presidente del Consejo de ministros y ministro de la Guerra (26/02/1874 a 21/06/1874),capitán general del Ejército,79 y general en jefe del ejército del Norte (21/07/1874 a 03/09/1874), encontrándose sin colocación en la fecha que ocurrió el pronunciamiento de Sagunto.