Читать книгу ¡No valga la redundancia! - Juan Domingo Argüelles - Страница 3

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Producen verdadero asombro la insensibilidad, la desenvoltura, el atrevimiento, la contumelia, la impudicia de tantos y tantos profesionales del idioma, que, metidos en el oficio, jamás cuestionan sus ocurrencias. Ni les pasa por el magín exigirse un poco de esmero, una pizca de pulcritud. [...] El desdén que la pulcritud merece a quienes pululan por el lenguaje, se corresponde exactamente con las demás suciedades observables en nuestra vida social. Y ese desdén no cesa...

FERNANDO LÁZARO CARRETER

Hay algo que impide a la gente consultar diccionarios: la pereza.

ADOLFO BIOY CASARES

¡No valga la redundancia!

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