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HOMEOPATÍA Y LESIÓN DEPORTIVA1

Dr. F.J. Cuenca Muñoz

INTRODUCCIÓN

La homeopatía está mostrando un nuevo camino para abordar la lesión en Medicina Deportiva, y se sitúa cada vez más como una terapia válida en este ámbito, ya que regula la propia respuesta reparadora del organismo, al estimular los mecanismos de reparación y cicatrización endógenos de los pacientes.

Cuando en fisioterapia se aplican microondas o láser sobre una zona, se incrementa la temperatura bajo la piel, con lo que se aumenta el flujo sanguíneo a nivel local y se acelera la curación. En este caso, en realidad, se ha producido una pequeña inflamación controlada, que posee una filosofía similar al funcionamiento de la homeopatía.

La homeopatía no es excluyente de la utilización de otras terapias o fármacos (antiinflamatorios, relajantes musculares…) y no presenta riesgos en los controles antidopaje.

INDICACIONES

Lo primero que hay que hacer ante un paciente que nos llegue a la consulta es establecer un buen diagnóstico. Hay que saber qué ha pasado, y qué elementos anatómicos están implicados y en qué grado; para ello se deben realizar las exploraciones o las pruebas complementarias que se consideren necesarias, aunque una buena anamnesis aporta siempre mucha información. Una vez establecido el diagnóstico, se pasa al tratamiento.

Así, las principales indicaciones homeopáticas para el tratamiento de las lesiones deportivas hacen referencia a:

Lesiones musculares (roturas fibrilares, contracturas y calambres). El mecanismo de producción de la lesión no suele deberse a agentes externos (choque contra otros deportistas u objetos), sino únicamente a una acción del propio deportista; por tanto, suelen ser autolesiones. Se caracterizan por un dolor brusco en un gesto muscular de potencia o velocidad, de modo que es frecuente que el deportista comente que ha tenido la sensación de un pinchazo o golpe en la zona lesionada. La exploración clínica se puede complementar con la ecografía y la resonancia magnética, pero una señal tan sencilla como que el deportista no ha podido continuar con la activad que estaba desarrollando en el momento de la lesión es un indicador bastante importante de lesión.

–En las roturas o microrroturas se inicia el tratamiento con hielo y antiinflamatorios durante las primeras 48-72 horas. También están indicados los relajantes musculares durante las primeras 48 horas. Transcurrido ese tiempo o período de ataque, se puede comenzar el tratamiento homeopático, el cual va a ayudar en la regeneración del tejido lesionado. El tratamiento homeopático de elección es Arnica montana 9CH y Rhus toxicodendron 7CH. Este tratamiento se puede complementar con fisioterapia.

–Ante una contractura muscular o dolores inespecíficos a nivel muscular, a veces de difícil localización y que aparecen tras unas horas de haber realizado ejercicio físico, u otras dolencias muy frecuentes, como las agujetas, se puede pautar Arnica montana 9CH y complementarla con pomada de Arnica.

–El calambre muscular es un tipo de lesión o dolencia muscular de poca gravedad pero que puede resultar molesto, sobre todo si se produce frecuentemente. El tratamiento en estos casos es la actividad física liviana, acompañada de estiramientos suaves, y la aplicación de una pomada de Arnica. Si son de repetición, el Cuprum melallicum 9CH puede ser una de las indicaciones. Como un caso diferente, ante calambres repetidos en diferentes días, no siempre relacionados con actividad deportiva y en personas con cierto componente nervioso o excesivo estrés, se suele pautar Coffea cruda 9CH, junto con una reducción del consumo de productos ricos en cafeína. Cuando se acompaña de fatiga o cansancio importante, se suele prescribir también Kalium phosphoricum 9CH.

Lesiones tendinosas (tendinitis o tendinosis). El mecanismo de producción suele ser por sobrecarga o sobreutilización, a menudo acompañado de la repetición de un mal gesto deportivo. A pesar de que es una lesión bastante dolorosa, no se considera grave, sobre todo si no se deja evolucionar y se trata adecuadamente. Se debe buscar la causa que la provoca y ante todo tener paciencia, ya que la curación de estas lesiones es lenta. Si el deportista no sigue un descanso y un tratamiento adecuados, se podría generar una lesión crónica y con el tiempo provocar una rotura del tendón. Los tratamientos homeopáticos de elección son Ruta graveolens 5CH, en el caso de que el dolor aumente con el reposo y disminuya con los movimientos ligeros, y Rhus toxicodendron 7CH, cuando el dolor se agrava con los primeros movimientos pero mejora con el movimiento suave y controlado.

Lesiones en los ligamentos. Los ligamentos son estructuras anatómicas muy elásticas que dan estabilidad a las articulaciones (figura 6.1), pero cuando se someten a fuerzas que superan esa capacidad elástica se genera un sobreestiramiento que puede provocar su rotura parcial o total, o simplemente no recuperan su forma inicial y quedan con una longitud mayor a la que le corresponde, y por tanto no pueden desempeñar adecuadamente su función estabilizadora sobre la articulación. Este tipo de lesión recibe el nombre de esguince. Según se den unas u otras de las características anteriormente comentadas, el grado de lesión y el tratamiento son diferentes, pero se requiere inmovilización y en algunos casos tratamiento quirúrgico. En los esguinces leves, tras un tratamiento inicial con hielo y antiinflamatorios, el tratamiento homeopático de elección es una combinación de Arnica montana 9CH y Ruta graveolens 5CH.

Bursitis. La bursitis es la inflamación de unas pequeñas bolsas que contienen líquido sinovial y que se localizan en algunas articulaciones, donde realizan la función de suavizar o lubricar el paso de los tendones. En casos de inflamación o infección de las bursas, se refiere un dolor a la presión y un aumento de tamaño de las mismas. Las localizaciones más frecuentes son la rodilla (sobre la rótula) y el codo (figura 6.2).


Figura 6.1. Imagen artroscópica del ligamento cruzado anterior, indemne.

Su tratamiento inicial es con antiinflamatorios y reposo deportivo. También puede estar indicado, en algunos casos, extraer ese exceso de líquido, para disminuir así la presión y, por tanto, el dolor. Para decidir el tratamiento homeopático, el médico debe valorar qué signos o síntomas destacan. Así, ante un enrojecimiento en la piel y dolor intenso, se suele utilizar Belladona 5CH. Si el dolor mejora con el reposo y cualquier movimiento lo empeora, el tratamiento de elección es Bryonia alba 9CH, y si el dolor mejora con el frío, se prescribe Apis 15CH.


Figura 6.2. Bursitis de codo derecho.

Lesiones en las articulaciones (luxación). Ocurre cuando un hueso se sale de la articulación (figura 6.3). Las luxaciones son muy dolorosas y necesitan ser reducidas, pero debe hacerlo un profesional con experiencia, ya que puede haber riesgos importantes si no se procede correctamente. Se debe ser muy riguroso con los plazos de inmovilización, porque los riesgos de recaída son muy frecuentes. Una vez reducida, el dolor no suele ser importante. El tratamiento homeopático que se acostumbra prescribir es Arnica montana 9CH.


Figura 6.3. Luxación posterior de codo.

Fracturas. Es una urgencia médica. Se debe realizar el traslado a un centro hospitalario, cumpliendo los protocolos correctos de desplazamientos de heridos. Cualquier actuación debe ser realizada por personal cualificado. Una vez inmovilizado, con la correspondiente férula o escayola (figura 6.4), y ya en casa, el tratamiento homeopático que se utiliza es Calcarea phosphorica 9CH, que puede ayudar a la consolidación de la fractura, y Arnica montana 9CH, que reduce la inflamación y el dolor.


Figura 6.4. Fractura de la cabeza radial sin hundimiento articular. Imagen previa a su inmovilización.

Periostitis. Es una inflamación del tejido que recubre el hueso, y se produce por sobrecarga. Una de las más frecuentes es la periostitis tibial en corredores de fondo. Las recuperaciones son muy lentas, sobre todo en los casos en que esté muy avanzada. El reposo deportivo es fundamental en su tratamiento, al igual que los procedimientos de fisioterapia. Una vez superada la fase aguda, y siempre y cuando el dolor haya disminuido, el fortalecimiento del músculo tibial anterior puede ayudar en la recuperación de la lesión y a evitar recaídas. En cuanto al tratamiento homeopático, los fármacos indicados son Symphytum officinale 5CH y Ruta graveolens 5CH.

Contusiones o golpes (Figura 6.5). El tratamiento inicial es la aplicación de hielo, quince minutos cada cuatro horas durante las 48-72 horas siguientes al golpe. Es importante recordar que el hielo no se debe aplicar directamente sobre la piel, ya que puede generar quemaduras, por lo que hay que colocar un paño fino entre la bolsa de hielo y la zona afectada. También puede ayudar a disminuir la inflamación la compresión suave mediante un vendaje (no debe estar muy apretado), la elevación del miembro afectado (por ejemplo, sentado con el pie en alto) y, por supuesto, el reposo. Los tratamientos homeopáticos dependen de la zona anatómica predominantemente afectada. Si es sobre un músculo, se suele pautar Arnica montana 9CH; sobre un hueso, Calcarea phosphorica 7CH y Symphytum officinale 5CH; sobre un tendón, Ruta graveolens 5CH, y sobre un nervio, Hypericum perforatum 5CH (acompañado de un complejo con vitaminas B1, B6 y B12).


Figura 6.5. Contusión torácica y hematoma subcutáneo extenso.

Hay que tener presente que los tratamientos de homeopatía no son productos naturales, son fármacos, están en la Ley del Medicamento y, como cualquier otro fármaco, requieren de un diagnóstico médico y de receta médica, ya que son productos de venta exclusiva en farmacias.

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1 Nota. Capítulo adaptado y actualizado por el autor a partir de su artículo «Stop lesiones sin medicamentos: homeopatía para deportistas», publicado online en abril de 2013 por la revista Sport Life.

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